martes, julio 19, 2011

Claudio Salomon Mendez, La furia Española…o era el Odio, nomas?

martes 19 de julio de 2011

La furia Española…o era el Odio, nomas?

Claudio Salomon Mendez

April 25, 2010

Es realmente relativismo cultural, enraizado en una antimodernidad de aldea? O simplemente odios atávicos mal disimulados, cubiertos de una fina capa de desesperada búsqueda de justicia milenaria, justicia de hoguera y soga, justicia de clavo y cruz?.

El caso de España es paradigmático y a la vez único. Quizás con la comunidad judía más pequeña de Europa, fuera de los países en los que la muerte nazi paso su eficiente guadaña, anida en ella un inexplicable, a esta altura de los acontecimientos, odio al judío como tal. Personas que no fueron educadas bajo la férula franquista, de veintitantos o algo más, pero siempre nacidas en tiempos de democracia, arrastran increíbles modismos, costumbrismos de rancia estirpe inquisitorial. Persignarse ante la palabra “judío”, aun cuando no se entra en una iglesia desde hace algún tiempo…digamos, unos veinte años, quizás.

Espetar un “no seas judío!” o “pareces judío!” ante el menor atisbo de simple interés comercial. La increíble proliferación de páginas y páginas de internet que pregonan la demonización y destrucción del Estado de Israel, en tanto Hogar Nacional del Pueblo Judío. La remanida manía de suscribir cada teoría conspirativa que involucre a judíos como factótums de destrucción, influencia o avidez desmedida. Todo ello cuando prácticamente no existe en España una comunidad judía que amerite llamarse así: “comunidad judía”. Solo algo así como veinte mil almas, desperdigadas en un país que fue casi asimilado al propio hogar nacional, en tiempos pretéritos, nebulosos y algo míticos.

¿Es realmente odio?

No tengo dudas de que se trata de alguna forma de memoria colectiva que recoge el legado racista de la “sangre pura”, de los cristianos “nuevos” y los Cristianos “viejos”?… lo cierto es que sólo en Ucrania se observa un nivel más violento de antisemitismo de cuño europeo, Ucrania, en la que los propios Ucranianos, al ser invadidos por los Nazis, jubilosamente se lanzaron a masacrar a cientos de miles de judíos, con los que habían combatido, días antes, hombro a hombro, a los mismos invasores nazis.



La horca y el garrote, el potro y la hoguera siguen imbricadas en la memoria colectiva española, sociedad rápida de reflejos para estar presente en lejanos lugares de ajena problemática, suscribiendo su odio ancestral a través de la acrítica mirada sobre un conflicto que, aunque ellos no lo quieran saber o entender, va a terminar reclamando su libra de carne sobre el alma hispana…Al Andalus, y aquellos que conocen la dicotomía entre el reclamo nacionalista árabe y la emoción jihadista de cuño imperial, nostálgico de un poder simple, de un poder ejercido sin limitaciones espaciales, en la inmensidad de la nada mas absoluta. Una nada que se extiende a la entrega lisa y llana a la voluntad vacía de la deidad y a la innecesaridad de todo progreso, de todo cambio, de todo movimiento. Solo dios y nada más.



Hay una relación oblicua, pero relación al fin, entre el no hacer, la contemplatio del universo musulmán que, entregado a dios, rinde la iniciativa a Allah y sus designios y el no hacer, la improductividad militante de la nobleza española, heredada directamente al ADN cultural sudamericano. Aunque ese es otro tema, la sospechosa laboriosidad del judío, termina hermanando ambos referentes y unifican su odio y su temor, pues trabajo es cambio social. Y cambio social despierta alergias conocidas, tanto en el universo islámico como en el hispánico.



Sin embargo, sigue inexplicado el fenómeno antijudío que se vive con intensidad a través del odio a Israel, del odio a todo lo que representa Israel, de la ciega identificación a la Palestina indivisa, integra e inexistente en esos términos absolutos. Tan imposible como la Israel bíblica. Del Éufrates al Mediterráneo, del Mar Rojo al milenario Alepo. Imposible.



Es inexplicable que no solo acepten, sino que impulsen una Palestina libre de judíos, y cuando nos referimos a la concepción española de Palestina, es ese territorio que va de las playas del Mediterráneo al Mar Muerto, y desde las alturas del Golán al Mar Rojo, y cuando nos referimos a “libre de judíos”, creemos que suscriben el imaginario árabe del judío lanzado al mar…en un ejercicio genocida que no reconoce limites. Baste leer los foros de opinión, baste leer los artículos de la prensa, toda ella, la de derecha o izquierda, encolumnadas increíblemente en un solo tema, pues disienten en todos los otros temas y coinciden en solo uno, el odio a Israel y los judíos.



Es inexplicable, salvo que se reconozca que el estigma deicida, el estigma demonizador y el odio racista no ha abandonado la península aun en el siglo veinte, y que en el siglo veintiuno asoma, desembozado y desvergonzado, ese mismo odio milenario, amparado en una ola, mediante la cual, Occidente pretende desembarazarse de la culpa del Holocausto.

Nada es casualidad. El odio actual, tampoco.

http://drclaudiomendez.blogspot.com

Difusion: www.porisrael.org

http://www.porisrael.org/porisrael/index.php?option=com_content&view=article&id=2175:la-furia-espanolao-era-el-odio-nomas&catid=98:antisemitismo&Itemid=530

1 comentario:

xxx dijo...

racista de mierda, psicopata serial, un día vas a terminar mal.