viernes, julio 30, 2010

Jose Melendez, El nacionalismo catalán se cubre de vergüenza

viernes 30 de julio de 2010

El nacionalismo catalán se cubre de vergüenza

José Meléndez

S E consumó la afrenta. Los nacionalistas catalanes se han cubierto de vergüenza al prohibir en el Parlamento autonómico las corridas de toros en Cataluña con el pretexto de evitar un espectáculo donde el toro sufre hasta su muerte, camuflaje que queda totalmente desvirtuado al no incluir en la prohibición las “corridas de bous” que se celebran en cientos de pueblos catalanes y donde las vaquillas y los toros son corridos por las calles con antorchas encendidas en sus cornamentas, atados con una soga y acosados durante horas por las peñas que cometen con ellos toda clase de ultrajes sin que los animales puedan defenderse.

La verdadera razón de esta inaudita prohibición está en el carácter español de la fiesta de los toros y es una prueba mas de ese nacionalismo cavernícola y rastrero que estaba larvado en la región catalana y ha surgido amparado por un presidente del gobierno de España que afirmó que apoyaría toda iniciativa que venga de Cataluña en su desmedido e incesante afán de mantenerse en el poder. La sospechosa inhibición de José Luis Rodríguez Zapatero, preso por las demandas de los diputados del PSC en el Parlamento español, ha facilitado la desastrosa decisión del parlamento autonómico, donde los dos principales partidos PSC y CiU dieron libertad de voto a sus diputados a sabiendas de ello acarrearía la prohibición propuesta por los republicanos e izquierdistas. Además. la decisión encaja perfectamente con la larga lista de prohibiciones y restricciones que Zapatero ha impuesto a la sociedad española desde su acceso al poder en busca de ese mito ideológico que es su idea de España.

La pugna entre taurinos y antitaurinos ha existidos siempre sin que ninguna parte haya podido convencer a la otra. El que es partidario de las corridas de toros va a verlas y el que no se queda en casa y de ahí no pasan. Ha habido también intentos de prohibición en la larga historia de la tauromaquia, como la famosa pragmática de Carlos III, pero se quedaron en nada y la fiesta siguió su curso ascendente hasta convertirse en un espectáculo singular de belleza y gallardía, que representa una de las mas acusadas características de la idiosincrasia española.

La lidia de los toros nació de una singular rebelión de los pobres contra los ricos. La callada y gallarda labor de los lidiadores de a pie que ayudaban a que los caballeros alanceadores a lomos de sus cabalgaduras se lucieran ante los toros, dio lugar a que surgiera el toreo como un espectáculo mas atrayente que las lanzadas desde los caballos. Francisco Montes “Paquiro” lo convirtió en arte y desde entonces hasta nuestros días la Fiesta Nacional ha sido la admiración del mundo. En, por tanto, un bien tradicional, cultural e histórico con un méritos muy superiores a los falaces e hipócritas propósitos de unos nacionalistas de corta visión y larga mala leche que no consiguen con decisiones como esta mas que ponerse ellos mismos en ridículo y contribuir a que el resto de España termine por odiar a los nacionalistas catalanes como ellos odian a los españoles, lo que antes no había ocurrido nunca.

La supresión de las corridas de toros en Canarias no representa un precedente porque en las Islas Afortunadas no había ninguna clase de tradición taurina ni se aprobó una norma específica contra las corridas de toros.

Lo que han perpetrado los nacionalistas catalanes es, por lo tanto, una tragedia histórica que, si se extendiera por España, representaría una catástrofe de incalculables magnitudes `porque, además de un gran espectáculo, la fiesta de los toros es un negocio económico que sostiene 180.000 puestos de trabajo directos, factura mas de 2.500 millones de euros al año, lo que representa el 0.25 por ciento del PIB, y se celebran mas de 2.000 corridas en cada temporada con una asistencia de 13 millones de espectadores.

En Cataluña las pérdidas serán proporcionalmente iguales a estas cifras y eso, en tiempos de crisis, es un atentado a los derechos de los ciudadanos catalanes. Eso es lo que ha firmado el cordobés José Montilla, con el hipócrita alegato de que él es aficionado a los toros, pero ha tenido que rendirse a la mayoría.

Son numerosas las opiniones de destacados juristas que creen que la decisión del parlamento autonómico es anticonstitucional y ya son varias las instituciones que ha anunciado que plantearán recurso ante el Tribunal Constitucional. Veremos en qué queda, pero el daño está ya hecho y ahora lo que queda por ver es si el PSOE con Zapatero a la cabeza da la cara en el Parlamento cuando el PP le interpele al respecto y sale de su hipócrita ambigüedad

http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=5795

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