viernes, junio 19, 2009

Jose Melendez, Todas las mujeres del presidente

viernes 19 de junio de 2009

Todas las mujeres del presidente

José Meléndez

D ESDE que el estruendo de las bombas de Atocha –y ahora puede decirse sin miedos ni tapujos que ese estruendo todavía no se ha extinguido ni lo que ocurrió en la mañana trágica está todo aclarado- a José Luis Rodríguez Zapatero le han llamado muchas cosas y, sobre todo últimamente, todas ellas malas. Es verdad que él ha dado sobrados motivos para ser considerado un campeón de la soberbia, un obcecado en creerse en posesión de la verdad, un espejo de trileros para esconder la bolita cuando le conviene y un vengador trasnochado de los que perdieron la guerra de su abuelo. Pero lo que es, sobre todo, es un gran recaudador de votos y un astuto amañador de apoyos. O, por lo menos, lo ha sido hasta ahora. Por eso ha sido una constante de su gestión gubernamental la adulación a las minorías nacionalistas, incluidas las radicales, a las que ha comprado su apoyo parlamentario a peso de oro. En un país tan aficionado a las estadísticas y las encuestas como el nuestro, habrá alguien alguna vez que acometa la tarea de saber cuanto le ha costado al contribuyente el apoyo nacionalista a Zapatero en el Congreso durante los cinco años largos de su mandato. Por la misma razón electoral ha autorizado legalmente los matrimonio entre personas del mismo género y pretende ahora reformar la actual Ley del aborto para ganarse a una juventud incipiente y desnortada y afianzar su aureola de feminista defensor de los derechos de la mujer. Ese feminismo a ultranza le llevó al establecimiento del disparate que supone confeccionar los altos órganos de gestión con paridad entre hombres y mujeres, incluido el gobierno de la nación. Y así nos han ido las cosas, no porque las mujeres hayan accedido a tan altos niveles, que habrá tantas como hombres con méritos suficientes para ello, sino por las características de las que fueron seleccionadas por el jefe supremo.

Zapatero ha formado en su entorno para defender su bunker de la Moncloa un batallón femenino, especie de guardia pretoriana con faldas y a lo loco, menos la vicepresidenta primera que no hace locuras y no tiene ni una falda en su amplia colección de pasarela que todavía no sabemos, ahora que está de moda airear las facturas de los sastres, cuanto cuesta y quien la paga.

La desaparición de la primera línea política de Carmen Calvo fue un lamentable revés para los periodistas que teníamos un chollo comentando sus ocurrencias, como su afirmación de que “la feria del Rocío es la explosión de la primavera en el Mediterráneo” o que la habitación preferida de su casa era el cuarto de baño “porque la encantaba hablar por teléfono con los alcaldes en bragas”. Y no menos dolorosa ha sido la marcha de la ex ministra de Fomento Magdalena Älvarez que después de casi cinco años de despropósitos y exabruptos, ha sido “partía” –lo que ella prefería según confesión propia a “estar doblá”,- y la envían al Parlamento europeo. No saben bien los traductores de Estrasburgo la que les ha caído encima para poder traducir medianamente el intrincado lenguaje de la ex ministra, de la que solo se entienden bien los insultos.

Pero lo que queda del batallón femenino no tiene desperdicio. El vertiginoso encumbramiento de Leire Pajín puede ser debido a que es una experta en el estudio del universo y debe haber adoptado tácticas de la guerra de las galaxias. Solo así pueden descubrirse las innumerables ventajas que supone para los terrestres la feliz conjunción de dos astros como José Luis Rodríguez Zapatero y el amigo Obama al frente de Europa y América que, dígase lo que se diga, son los dos continentes que importan. Otro de los méritos de Leire Pajin es que ha dado un matiz delicioso a las conferencias de prensa de los lunes por las chorradas que vierte en ellas, haciendo olvidar la tarea que durante muchos años ha tenido encomendada el inefable Pepiño Blanco. Leire mantiene un reñido pulso con la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, para ver cual de las dos dice mas tonterías y me temo que al final saldrá ganando Bibiana, porque afirmar que un feto es un ser vivo pero no es un ser humano, porque no hay base científica para demostrarlo es una sandez muy difícil de superar, aun mayor que la planetaria de Leire.

Y ahora resulta que las dos que parecían mejores en el batallón femenino, Carme Chacón y Elena Salgado tampoco se libran del suspenso y rivalizan con sus correligionarias en resbalones y meteduras de pata. Carme Chacón impresionó cuando fue nombrada primera mujer ministra de Defensa, con su barriguita de buena esperanza, sus gafas de intelectual y su aire modoso y recatado, hasta el punto de que llegó a estar en las valoraciones de las encuestas por encima de su jefe. Pero pronto ha enseñado su verdadera condición política. Se creyó que como ministra de Defensa las tropas españolas destinadas en Kosovo eran suyas y podía hacer con ellas lo que quisiera y anunció de sopetón y en hora de telediario que las retiraba sin contar para nada con la OTAN, la ONU y los países aliados o simpatizantes. Después organizó un buen lío con la nueva escala militar y finalmente, se ha hecho la sueca, aunque sea catalana, con el jaleo de los espías israelíes en el Líbano, achacándolo a la manida excusa de una mala interpretación. Eso la ocurre por tener tropas en una pretendida misión de paz en zonas de guerra.

Elena Salgado le declaró una guerra sin cuartel cuando era ministra de Sanidad al tabaco, al vino y a las hamburguesas. Y como premio, Zapatero la ha nombrado vicepresidenta segunda responsable de Economía, en un momento en que la mayor crisis económica de la era moderna se abate sobre nosotros. Es como designar a un cerrajero para solucionar una plaga de langosta. Pero Elena Salgado, que es todo sumisión a lo que diga el jefe (por eso la nombró, ya que el quemado Pedro Solbes comenzaba a cantarle las cuarenta) se ha dedicado al desempeño de su nuevo cargo con todo entusiasmo y en vísperas de las elecciones al Parlamento europeo, cuando ya sabía que la cosa no tenía arreglo e iba a peor, comenzó a ver brotes verdes en el ruinoso erial. Debe ser que veía esos brotes en la maceta de geranios de su casa. Sus dotes de visionaria no sirvieron para nada, porque el PSOE se llevó un buen palo electoral y tres días después de los comicios ha tenido que tragarse sus optimistas previsiones y anunciar que en el aspecto económico España está en estado comatoso y no comenzará la mejoría hasta el año 2.012. Y como la soberbia del gran jefe ha decidido castigar a los que le infringieron la ofensa de no votarle y, a la vez, necesita desesperadamente fondos, la vicepresidenta económica adornó el pésimo panorama que acababa de presentar con el anuncio de una sustancial subida de los impuestos sobre los carburantes y el tabaco Que es precisamente lo contrario que debe hacerse en una crisis económica de esta magnitud.

La voracidad fiscal de los socialistas es algo sabido y tradicional porque va con sus postulados y su forma de entender la política. Pero en una crisis no se puede asfixiar aún mas a los ciudadanos con una subida de impuestos que tampoco es bastante para lograr la recuperación de las arcas públicas La receta se la ha dado el mismísimo Felipe González, que ha engrosado las filas socialistas de los descontentos con Zapatero. No se saldría de esta crisis sin un consenso total entre los partidos políticos, el gobierno, los empresarios y los sindicatos, una reforma laboral, una bajada de impuestos y una férrea austeridad en el gasto público. Todo lo que Zapatero no está dispuesto a hacer.

A Zapatero se le han terminado sus repetidas diatribas contra Mariano Rajoy y el PP. Ahora, el perdedor es él, por dos veces, en Galicia y en las europeas. Y, además, es un mal perdedor porque en la noche del 7J, en vez de felicitar al vencedor como es protocolario y ofrecer algún comentario de los comicios, se escondió, no abrió la boca y reapareció 48 horas mas tarde para afirmar que el PSE había obtenido “un resultado muy digno”. El escapismo cuando pintan bastos es una de sus características. Lo hizo cuando el incendio de Guadalajara, cuando la explosión de Barajas, cuando las elecciones gallegas y ahora. Parece que las únicas crisis que le afectan son las de pánico y manda a la vicepresidenta Fernández de la Vega –ahora a la planetaria Leire Pajín- para dar la cara mientras él esconde la suya. Y hablando de caras, no hay más que ver la cara de funeral que tienen los socialistas que salen en los telediarios y en los programas políticos de televisión.

José Borrell, que tras ser triturado por José María Aznar cuando era líder del PSOE, fue defenestrado, ha dicho una frase que retrata puntualmente la situación: “Europa ha sido inundada por una ola azul”. Y es verdad, la ola azul de los conservadores europeos ha barrido a los socialistas. El triunfo de los partidos del francés Nicolás Sarkozy, de la alemana Angela Merckel, del británico David Cameron y hasta del italiano Berlusconi, debe ser objeto de una profunda reflexión. Y España no se escapa de esta verdad, por mucho que se esconda Zapatero y por mucho que hagan todas las mujeres del presidente. Porque ya se ve como opina una importante parte –más por su peso que por su número- masculina del PSOE.

http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=5237

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