martes, marzo 31, 2009

Santiago Abascal, Contra la interrupcion voluntaria de la lengua

martes 31 de marzo de 2009
Contra la ‘interrupción voluntaria’ de la lengua
Santiago Abascal (Elsemanaldigital.com)

RESULTA llamativo que la riqueza de la lengua española se emplee desde los poderes mediáticos y políticos para encubrir hechos tan definitivos, tan absolutos, como la muerte.

Este domingo se celebró, con un notabilísimo éxito de participación, una marcha por la vida, convocada por las organizaciones civiles defensoras del derecho a nacer, entre las que destacan las lideradas por Ignacio Arsuaga y Gádor Joya. Es obvio que no circularían medio millón de personas por el centro de Madrid si alguien no impidiera ese derecho del nasciturus. Y es también obvio que el gobierno radical de España trata de legislar contra los derechos, mucho más que positivos, de los niños mientras permanecen en el vientre materno.

Que el gobierno pretenda convertirse en el dueño y señor de la vida y de la muerte, jugando a ser Dios, o que pretenda otorgar a los padres títulos de propiedad sobre las vidas de sus hijos es una osadía propia de quienes no creen absolutamente en nada, de quienes lo relativizan absolutamente todo.

Este gobierno celestial que España padece cual plaga de Egipto debe creer que el índice que mide el progreso social viene dado por el número de monstruosos y malignos fetos que desdichadas y poseídas madres consiguen arrancar de su vientre antes de que los diabólicos malnacidos les compliquen la vida, pongan en riesgo su trabajo, o se entrometan en el mundo antes de tiempo.

Pero en este proceso dramático impulsado por el nihilistas ZP y por la miembra Aído (que en China no sería ministra, porque la habrían interrumpido), lleva aparejado también el aborto de la lengua española.

El eufemismo con el que el gobierno nos quiere colar esta nueva conquista social es la "interrupción voluntaria del embarazo". Protestan con razón muchas personas y organizaciones ante esta definición-trampa del drama de la muerte. Pero no caemos en la cuenta de que los eufemismos en esta materia tienen ya demasiada tradición.

Porque el concepto "aborto" es exactamente igual que el de "interrupción". Y porque cuando decimos "no al aborto", olvidamos involuntariamente señalar qué es eso que se aborta, que se interrumpe, que se trunca, que se rompe, que se evita. Y eso, señores, es la vida. Nada más y nada menos. Sin embargo, llevamos décadas aceptando gato por liebre y hablando del aborto que, no lo olvidemos, es una palabra que a veces se utiliza como desafortunado insulto, para definir a una persona de la que se quiere resaltar su malignidad o fealdad. Por eso creo que el eufemismo aborto tampoco es inocente, porque pretende sibilinamente dotar al feto de una carácter monstruoso, carente de toda humanidad, y castrador de las expectativas vitales de la madre.

Ciertamente la lengua española es extraordinaria, y algunos la utilizan para revestir, camuflar y esconder con términos como aborto, o interrupción, lo que solo se puede definir de una manera veraz: dar muerte al que va a nacer.

http://www.vistazoalaprensa.com/contraportada.asp

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