miércoles, febrero 18, 2009

Pretenden que el Reino de Valencia lo fundaron los moros

¡Pobre Jaime I, el Conquistador!

Pretenden que el Reino de Valencia lo fundaron los moros

JOSEP CARLES LAÍNEZ

19 de febrero de 2009

Una hilarante “Comisión del Milenario”, constituida por diversas asociaciones unipersonales y un activo centro cultural islámico, ha decidido celebrar en 2009 los mil años de la creación del Reino de Valencia. Es decir, que la entidad política mediterránea que formó parte de la Corona de Aragón habría tenido su origen en 1009. En aquel año, es cierto, dos eunucos declararon una independencia unilateral del califato de Córdoba sobre un territorio que ni es el valenciano ni se le parecía. Duró un suspiro. Se llamaba, eso sí, Mamlaka Balansiya, y era obra islámica. Esto último, parece, es lo que resulta importante para los promotores del engendro.

Evidentemente, quien conozca algo de historia sabrá que la fundación del Reino de Valencia está ligada a la expresa voluntad del monarca Jaime I tras la liberación del cap i casal (la Ciudad de Valencia, para los no autóctonos) de la invasión musulmana el 9 de octubre de 1238, día que pasó a ser el de la fiesta valenciana por antonomasia y, al tiempo, una de las más antiguas de cuantas se conmemoran en Europa, pues viene celebrándose desde 1338. Jaime I quiso crear una nueva entidad, no sumar las nuevas tierras descolonizadas a Aragón ni a Cataluña. ¿A qué viene, pues, ese milenario o ese intento de conceder a los muslimes lo que es obra de europeos? Tal vez haya que recordar algunas cosas.
Valencia no es nada si no es Valentia, si no inscribe su vitalidad de hoy y reconoce su esplendor de ayer en lo que la configura: romanidad, europeidad, latinidad, paganidad, cristiandad, y después Renacimiento, Romanticismo… Fuera de estos parámetros, de esta sucesión, Valencia es una entelequia. Y si retrocedemos al siglo VIII, Valentia es una ciudad deshecha, violentada por la invasión islámica, al igual que la mayoría de la península. Los reinos y condados del norte consiguieron poco a poco liberar las tierras bajo poder extranjero, iniciando un proceso de descolonización, uno de los primeros llevados a cabo en el planeta. Ahora nadie parece acordarse, pero nuestros antepasados fueron dominados y sometidos, tratados con desprecio o asesinados, y tardamos demasiados siglos en derribar la estaca de la ignominia. Gracias a catalanes, aragoneses y occitanos, principalmente, Valencia se reincorporó a la cultura europea, y los cristianos que pervivían ininterrumpidamente en ella trenzaron de nuevo lazos con la única patria que deberían haber conocido: Europa.
Valencia nunca fue, sino por la fuerza –y menos lo es ahora, por voluntad– islámica, pseudomusulmana, “balansayina” o renegada. Por eso la amalgama tan exótica de asociaciones es aún más chocante: unos, por conveniencia –o connivencia– política (el centro islámico); otros, por notoriedad y provocación; y el resto, como alguna organización universitaria, porque todavía creen que la juventud, sin conocimiento ni experiencia, otorga crédito. Y éste no es un tema para jugar de manera impune, porque es muy fácil caer en los tópicos (por tópicos, falsos) de una utópica convivencia en la etapa de dominio islámico en Valencia, y ceder terreno en lo que fue fuego y muerte, persecuciones y burlas, para los hispanos de entonces; y sólo hace falta leer los textos que dejaron.
Según la noticia publicada por el diario Levante-El Mercantil Valenciano el pasado 13 de febrero de 2009, la Comisión del Milenario afirma que “los reyes valencianos fueron musulmanes”, cuando la verdad es que algunos musulmanes se habían hecho reyes de una Valencia bajo ocupación, cosa bien distinta; y, según este mismo rotativo, asevera tal entidad que se debe “reivindicar el pasado árabe-islámico de los valencianos”, cuando los valencianos del siglo XXI no tienen ningún vínculo con este fantasmal pasado; hay elementos que perviven, es innegable, pero extrapolar minucias a una época colonial que se tradujo en negrura para Valencia –latina y cristiana–, es como decir que los europeos de ahora hemos de reivindicar nuestro pasado americano por consumir chocolate y patatas.
Si se ha de recuperar algo del pasado islámico es la verdadera historia de la invasión árabe por todo el norte de África y la península ibérica, a fin de conocer al dedillo las violaciones, esclavizaciones, matanzas y destrucciones que cometieron aquellos bondadosos guerreros: derribar ciudades hasta los cimientos, destrozar todo el sistema de canalización para los campos, tirar abajo los puertos construidos por Roma… He ahí su obra cultural.
Los españoles de ahora nos debemos a Hispania, a Europa y al cristianismo en la maravillosa síntesis surgida a través de los siglos. Sin ello no somos nada. Y quienes deseen comparar la Valencia de Cayo Higino, de Ausias March, o de Juan Gil-Albert con una tierra conquistada sólo tratan de provocar, de meter el dedo en el ojo buscando una nueva claudicación.


http://www.elmanifiesto.com/articulos.asp?idarticulo=3019

No hay comentarios: