jueves, febrero 26, 2009

Pablo Sebastian, Zapatero y el "crimen político" del PP

viernes 27 de febrero de 2009
Zapatero y el "crimen político" del PP

Pablo Sebastián

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, podría ser el jefe político, o al menos haber estado al tanto, de la llamada 'operación Gürtel' (correa, traducido del alemán) con la que algunos han pretendido dinamitar el Partido Popular durante las elecciones autonómicas de País Vasco y Galicia, así como el liderazgo de su presidente, Mariano Rajoy. Utilizando, con aviesa intención, la información secreta obtenida por la Policía Judicial, así como por la instrucción del juez Baltasar Garzón y la Fiscalía del Estado en torno a la trama de la corrupción de Francisco Correa y de los dirigentes y cargos públicos del PP ahora encartados. Un escándalo, por otra parte, estrechamente relacionado, en el tiempo, con otros de espionaje y corruptelas de la Comunidad de Madrid, previamente difundidos por los medios del Grupo Prisa - El País y la SER-, afines al Gobierno, y luego beneficiarios de las violaciones del secreto sumarial del 'caso Gürtel'.

La entrevista, de claro compadreo, de Zapatero ante los micrófonos de la cadena SER de radio, a los que acudió el presidente del Gobierno para defender apasionadamente al juez Garzón, completa, con las imágenes y noticias de la cacería de Garzón, Bermejo y el jefe de la Policía Judicial, el escenario de un "crimen político" premeditado y llevado a cabo con especial alevosía. Y no hace falta ser Sherlock Holmes o Hercules Poirot, para detectar el cúmulo de indicios y rastros -incluso de "sangre", en la montería- que han ido dejando los autores de esta presunta y malvada maquinación política, en la que no conviene perder de vista al que pudo haber sido su estratega político y mediático, el ministro Rubalcaba.

Conste que no estamos disculpando, con este análisis de la situación que se ha creado en la vida política nacional, a ninguno de los corruptos o de los delincuentes de las distintas tramas investigadas, que deben pagar por ello, y cuyas responsabilidades penales y políticas tendrán también que ser depuradas tras un juicio justo e imparcial. Pero, en la medida que se van conociendo los datos sobre la manipulación mediática y política de estos escándalos, de indiscutible consecuencia electoral, todo apunta a que podríamos estar, también, ante otro tipo de delitos. Como es el de revelación de secretos, al que estaba sometido el sumario del 'caso Gürtel'. Delitos de los que podrían ser responsables el juez Garzón, el fiscal del caso, y miembros del Gobierno, incluido el presidente, si se demostrara que todos, o alguno de ellos, han accedido al sumario y colaborado en su filtración a los medios afines al Gobierno y al PSOE.

Está visto que el "crimen perfecto" no existe, y menos en política. Y con mayor motivo si en la presunta trama de esta maquinación para liquidar a Rajoy y al PP participan personajes tan pintorescos como Garzón y su colega cazador Bermejo, para más inri desprovisto de la licencia de caza necesaria para acudir a la aparente sesión conspiratoria de Jaén, en la que para colmo participó el primer responsable de la Policía judicial del caso, en un grotesco fin de semana. Y mientras que cinco presuntos imputados en el 'caso Gürtel' permanecían detenidos sin que el juez del caso, Garzón, se dignara a tomarles declaración porque, aparentemente, tenía algo más importante que hacer: como era cazar, o reunirse con parte de la presunta trama política/judicial de la citada maquinación para ultimar los detalles, o los tiempos políticos electorales y de la filtración de datos a los medios amigos, tal y como parece desprenderse de lo ocurrido.

El móvil del presunto "crimen político" del PP y Rajoy parece sencillo: por un lado, la campaña electoral, y por otro, la galopante crisis económica y del paro, a la que se acaba de sumar la del sistema financiero español, del que Zapatero decía que era el mejor del mundo, con igual frivolidad con la que él había negado la crisis, o asegurado que el estallido de las hipotecas subprime no afectaría a España, el país con la mayor de las burbujas inmobiliarias del mundo occidental. Y puede, incluso, que este golpe de mano político estuviera previsto para los próximos meses más cercanos a las elecciones europeas, pero los presuntos maquinadores se vieron en la necesidad de adelantarlo ante el claro riesgo de que la crisis económica pudiera hacerles perder Galicia y el País Vasco.

Y ahora entramos en el caso de las coincidencias y del calendario del "crimen político" en cuestión. Las primeras noticias aparecen en El País con referencia a las tramas de espionaje descubiertas entre dirigentes de este partido en la Comunidad de Madrid. ¿Quién filtra esos documentos? Se podría dar el caso de que algunos dirigentes del PP despechados, como los que, también desde la militancia del PP, se dice que se denunció hace casi un año la trama de Correa. Pero los datos publicados prueban que los policías, o agentes de seguridad, que espiaron a los dirigentes del PP, como Cobo y Prada, incluían anotaciones de matrículas de coches que sólo se podían identificar en los servicios de documentación de Tráfico o de la Guardia Civil, y ya tenemos en solfa al Ministerio de Interior, y a no descartar, también, al CNI. También al Ministerio de Rubalcaba pertenece la Policía Judicial que investiga el 'caso Gürtel'. Primera coincidencia.

Y, ¡oh casualidad!, el Grupo Prisa empieza a difundir los escándalos de la Comunidad de Madrid -que dicho sea de paso pueden ser mucho mayores de lo revelado hasta ahora- en la víspera de la campaña electoral. Y, tras un breve paréntesis y cuando parece que se le acaba la munición, aparece el juez Garzón con la 'operación Gürtel', al inicio de la campaña electoral y cuando todo el mundo sabe que llevaba más de ocho meses investigando el caso. Y, otra vez, el Grupo Prisa, El País y la SER son beneficiarios de grabaciones secretas del sumario que acaba de estallar con la detención de Correa y de algunos de sus compinches, con el argumento de que se podía escapar al extranjero, lo que es falso a todas luces.

Así que ya tenemos los dos casos entrelazados, en tiempo, medios y objetivos políticos. Y todo ello adornado por los errores manifiestos de Garzón y Bermejo, lo que obliga a Zapatero a cesar al ministro antes de que salgan las imputaciones de dirigentes nacionales y autonómicos del PP, y como castigo por su impericia. Aunque el presidente no deja por ello de elogiar a Bermejo -no vaya a ser que este incontrolado hable más de la cuenta- en su entrevista en Antena 3 TV, llegando a decir Zapatero que el ex ministro merece un aplauso por dimitir (sic).

Otros de los elementos de la trama, y por los que el Partido Popular ha puesto una querella contra Garzón en el Tribunal Supremo por presunta prevaricación, tienen que ver con la no menos sospechosa instrucción del sumario y su revelación a los medios de comunicación "amigos" del juez y del Gobierno. Y todo apunta a que el juez ha querido, además de hacer estallar el escándalo en la campaña electoral, alargar el espectáculo y el suspense de la presunta maquinación para que diera más juego mediático durante las elecciones. Y parece que su plan consistía en dar a conocer los nombres de los más altos responsables políticos del PP, que han ido saliendo gota a gota, en vísperas del día electoral. Pero como se le cruzó, por causa del aforamiento de los encartados, la Fiscalía Anticorrupción y la querella del PP, el grueso del sumario -salvo que lo publiquen íntegro durante este fin de semana los medios afines- no aparecerá antes de la noche electoral. Por más que ya se han filtrado los nombres de Bárcenas y Galeote, para dar al caso la categoría de corrupción sobre la financiación del PP, lo que no es poco.

Si recordamos ahora que durante el 'caso Marey' de los GAL el Tribunal Supremo aplazó sus deliberaciones para no influir en la campaña de las elecciones del momento, y vemos lo ocurrido ahora con Garzón y con el amparo directo del presidente del Gobierno, además en la SER, veremos que las piezas de este puzzle maquiavélico van encajando con precisión. Y preguntamos ¿no sabía nada de todo esto el presidente Zapatero, si su ministro Bermejo andaba reunido con Garzón, y su ministro Rubalcaba tiene a sus órdenes a la Policía Judicial, y sus medios de cabecera son los que han filtrado las informaciones secretas del sumario en cuestión?

http://www.estrelladigital.es/ED/diario/95786.asp

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