miércoles, diciembre 17, 2008

Pio Moa, El pensamiento simplón

El pensamiento simplón
17 de Diciembre de 2008 - 11:11:43 - Pío Moa
Hace días publiqué aquí un viejo artículo con ese título, en realidad el primero de tres escritos en LD hace varios años:

http://www.conoze.com/doc.php?doc=775
http://www.libertaddigital.com/index.php?action=desaopi&cpn=1931
http://www.libertaddigital.com/index.php?action=desaopi&cpn=2055

Puse el artículo como prólogo, digamos, a algunos comentarios sobre la película La ola, con la que, dicen, el cineasta alemán Dennis Gansel pretende explicar el totalitarismo, apoyándose en una experiencia en un colegio de California: un profesor que, para explicar el totalitarismo a sus alumnos, les inocula, por así decir, ideas de disciplina y pertenencia grupal, con lo que crea en su clase un movimiento neofascista. Gansel cree que los jóvenes "buscan nuevos contenidos", y que pueden encontrarlos en el liderazgo de individuos carismáticos, tipo Obama, aunque este no ofrece peligro porque no es "autoritario". Lo mismo podría decirse de los antiglobalización, ecologistas, etc. Significativamente, Gansel habla de un "peligro" nacionalsocialista inexistente, y no a uno comunista mucho más real, todavía impuesto sobre gran parte de Asia y Cuba, y diluido, pero muy reconocible, en una multitud de grupos "no autoritarios".

La película enfoca el asunto desde las carencias afectivas y familiares, la inseguridad en las relaciones interpersonales, etc. Algo no muy alejado venía a plantear Hanna Arendt cuando veía la atracción por el totalitarismo como un producto de la destrucción de las sociedades tradicionales por el liberalismo y el capitalismo, que dejaban al individuo, al ciudadano, con muchos derechos pero aislado, sin saber a qué atenerse, necesitado de una seguridad que le predispone a formar masa detrás de líderes inspirados. En El derrumbe de la República, observé que, de ser así, los países más proclives al totalitarismo serían los anglosajones, donde el liberalismo capitalista alcanzó su máxima expresión, y no una Alemania o una Italia con estructuras más tradicionales.

Por otra parte la atracción por la disciplina, el espíritu de cuerpo, los himnos y la acción de grupo son normales y connaturales al ser humano, especialmente a los varones: son la base de los ejércitos y de una multitud de asociaciones, desde los alpinistas a los forofos del fútbol. Son valores normales que, como todos, pueden ser explotados en sentido totalitario o no. Pero el totalitarismo consiste en la tendencia a la anulación de la sociedad por el estado, la creación de una policía política y el aplastamiento o la marginación de los disidentes, todo ello envuelto a menudo en pretensiones científicas. Y pretender que nace de la disciplina, el sentido jerárquico, los uniformes, etc., es solo una manifestación más del pensamiento simplón tan en boga: el fomento del deporte en tales regímenes, por ejemplo, no significa que el deporte sea malo.

El totalitarismo puede apoyarse también en lo contrario, en el cultivo de la corrupción y degradación social, un poco al estilo de lo que denunciaba Azúa en su artículo enlazado ayer, situación a la que él, sorprendentemente, llamaba "fascismo". Podríamos llamarle más bien "zapismo" o, para España, el "método Zapo", un totalitarismo sin exhibiciones de fuerza, pero asfixiante, que explota y desvirtúa valores como la compasión o la solidaridad, guardando incluso algunas apariencias de democracia, al modo del pronosticado por Tocqueville.

Dice Gansel: "Hay una corriente en Alemania, sobre todo de directores jóvenes, que quieren estudiar el fenómeno fascista. Yo tuve un abuelo que tuvo un papel enorme en la Segunda Guerra Mundial y tuvo tres hijos de izquierdas, de la generación del 68". Pues mal arreglo, porque el 68 fue un intento precisamente totalitario, bajo sus frasecillas. Véase, en estos días, la histeria juvenil que ha sacudido Grecia y empezó a propagarse a otros países; histeria mucho menos ocurrente que la del 68 pero básicamente igual. Y uno se pregunta si no podrían analizar los alemanes el fenómeno comunista, que tienen muchísimo más reciente. Hace poco vi la película Goodbye, Lenin, una tontería afectuosa y un tanto nostálgica hacia aquella sociedad socialista, tan solidaria y demás.

Vivimos, desde luego, una crisis de valores, pero ¿cuándo no? El pensamiento simplón, tipo Gansel, es una manifestación más de esa crisis permanente.

Llamamiento de la Comintern. A ver quién se resiste. Observarán que el video es trotskista, cuando Trotski tuvo poco que ver con la Comintern, que fue stalinista casi todo el tiempo.
http://www.youtube.com/watch?v=JJ48EEzORZ4

Véase también el himno nazi:

http://www.youtube.com/watch?v=hgOpORxaVnU
Tengo entendido que la música procede de una canción marinera de Hamburgo, que también adaptaron los comunistas.

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**** Rajoy a Zapatero: "Hemos asistido a una descomunal bajada de pantalones". Protagonizado, debió decir protagonizado. Rajoy, en concreto, desde el 11-m o incluso antes, no se los ha vuelto a subir, salvo momentos excepcionales.

**** Rajoy a Aguirre: "Sé lo que estoy haciendo". Pues claro. Quienes no lo saben son sus mansos y temblorosos adversarios en el PP.

**** La marca Pardon quemará las bolsas que vendía con la imagen de Carla Bruni desnuda

¡Pero bueno! Si esa imagen no es falsa, será porque Bruni posó para ella, ¿no? ¿Con qué derecho demanda a la marca? Y aquí, por qué no posan en acción los miembros del gobierno? Ah, Matías, Matías Crevillente, te adelantaste a tu tiempo:

"En el Ateneo hemos elaborado un proyecto que me atrevería a calificar de avanzado, de revolucionario incluso, un proyecto que pide apoyos, esponsoreo (...) Con todo respeto, excelentísimas señoras, excelentísimos señores, ustedes no se han percatado aún plenamente de que vivimos en la era de la imagen y, o nos adaptamos, o la ruina. (...) ¿Qué pasaría si los señores excelentísimos ministros, el Gejotaerre, dejándose de remilgos de señoritas beatas, salieran en la televisión a explicar sus experiencias sexuales, ¡con audacia, insisto! ¡Sin falsos pudores!. A explicar cómo gracias a la tecnología del condón, se han librado del sida, la blenorragia, los picores... ¡Fuera mojigaterías, excelentísimos señores, señoras, ministros, ministras! Y si ustedes entrasen en acción ante la cámara, lúdicamente, poniéndotelo-poniéndoselo, para que las gentes atrasadas ¡que quedan muchas, damas y caballeros, no hay que pecar de triunfalismo, que todo el país no es como la distinguida concurrencia aquí reunida!. Hay que explicar con detalle y ejemplo la puesta del condón... En fin, ¿se dan ustedes cuenta de lo que supondría su ejemplo vivo y actuante? ¿Lo que supondría para salvar vidas y emancipar a las masas? ¡Qué altura moral! ¡Qué consecuencia en la actitud! ¡Qué ética! ¡Qué donosura y despiporre y qué belleza de formas! ¿No superaríamos así, de una tacada, siglos de atraso? ¿No nos haríamos más europeos? Considérenlo, se lo ruego, porque lo avanzado siempre choca al principio, pero después se vuelve natural. ¡La Utopía debe guiarnos, como siempre! Además, el primer país cuyos dirigentes pusieran en práctica la idea que desde esta histórica tribuna, desde este foro del pensamiento brindo, ese país iba a ingresar unos royalties de órdago. Piensen en la venta de vídeos, de películas por todo el mundo ¡Quién iba a dejar de adquirir esos documentos únicos! Porque el primero en abrir brecha será el ganador. Otros gobiernos seguirían el ejemplo, pero las imitaciones tendrán después interés escaso. Un filón (...) En lo que respecta al conferenciante que nos va a deleitar e instruir a continuación, es un astro del pensamiento. Es asombrosa la cantidad de pensadores y pensadoras, de filósofos y filósofas que han surgido en los últimos años en el Estado español. ¡Y lo que piensan, madre mía! Dicen unas cosas que te dejan turulato, vamos, de alucine ¡El terreno que hemos recuperado en tan poco tiempo!".

http://blogs.libertaddigital.com/presente-y-pasado/

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