lunes, septiembre 29, 2008

Tomas Cuesta, La felicidad, ja, ja (y Zapatero)

La felicidad, ja, ja (y Zapatero)

TOMÁS CUESTA

Lunes, 29-09-08
HAY otros mundos..., pero están en éste. Si alguien no comparte la afirmación de Paul Eluard, basta con que repase los dichos y los hechos del señor Zapatero para que rectifique su postura y cambie de criterio. Pues, si no hay otros mundos escondidos en la espesura arisca en la que nos movemos, ¿en qué mundo vive el presidente? Asegurar que es un marciano podría interpretarse como una falta de respeto. Tildarle de lunático, todavía es peor; implica ponerse a tiro de los fiscales de Bermejo. ¿Y si le etiquetamos como un OPNI, un Objeto Político No Identificado sobre el que únicamente el senador Obama parece tener una ligera idea? La chorrada es tan burda, tan inane, tan carente de ingenio, que le hace justicia, en cierto modo, a sus merecimientos. Pero tampoco cuela. Con el andar del tiempo, Rodríguez Zapatero ha dejado de ser una rareza y la curiosidad que despertaba en un principio ha embarrancado en el despego. Políticamente, sin embargo, el sujeto de marras es cada día más objeto. Objeto de rechifla y de irrisión en el selecto club de sus eminentísimos colegas ante los que se empeña en sentar cátedra de maestro Ciruela. Aquel que, cual es fama, no sabía leer y puso escuela. (Nostalgia de Campmany, orfebre de los dichos y de las frases hechas, que habría desplumado al interfecto de un plumazo soberbio. Nostalgia de las plumas, hartazgo de plumeros).
Existen otros mundos, en efecto, pero no están en éste, sino en ése. Ése, por descontado, es Zapatero. Aunque los españoles, con rumbosa inconsciencia, le hayamos convidado a repetir la ronda (y lo que te rondaré, morena) nuestro líder global es un globo de feria. Es un cajón de sastre y de desastre; un cósmico barullo y un cómico enredo. Que cada cual elija la versión que más le pruebe mientras tratamos de encontrar el hilo conductor entre pespuntes y remiendos, hilvanes y alfileres. Aquellos que comulgan con ruedas de molino -el único sacramento que complace al Gobierno-, quizá tengan acceso a ese mundo feliz que los demás no vemos; ese que Zapatero despliega sin rubores ante los verdaderos «Masters of the Universe» (Profeta en Nueva York, chúpate esa, si Federico levantase la cabeza). Tenemos un país que es la caraba, una salud bancaria que no nos merecemos, un sistema industrial que para qué te cuento y dinero a raudales... ¿será por dinero? El mundo feliz no es el que Aldous Huxley se sacó del caletre, sino el que ha construido Rodríguez Zapatero poniendo en su lugar a la derecha extrema (pa fuera, pa la calle, no hay cama pa tanta gente) y derribando los tabiques que acogotaban los derechos. Luchando día a día -extremosa contienda- contra la incomprensión de tantos, contra tantos recelos, contra viento y marea.
Pero lo que marea -¡vaya que si marea!- es descubrir, de pronto, que la felicidad, ja, ja, ya no es el viejo «hit» que encumbró a Palito Ortega. Ahora es la milonga amodorrante que quiere poner de moda el presidente. La felicidad, ja, ja. ¿No se ríen ustedes? ¿Acaso son, también, de los no le ven la gracia a los chistes grotescos del señor Zapatero? Bienvenidos al club, pasen y vean. Jorge Guillén, antaño, desde el privilegiado observatorio de su sillón de orejas, miró, sintió y templó: «El mundo está bien hecho». Con la beatitud, hogaño, no pagas la hipoteca y la serenidad se agosta en las tinieblas. Si el porvenir que pintan rosa-palo (con más palos que pétalos) algunos lo fundimos invariablemente en negro, ¿qué diablos ocurre? ¿Somos daltónicos o incrédulos? ¿Sufrimos de miopía ideológica o de catastrofismo recurrente? Y, puesto que preguntar no es ofender y la duda, por contra, cuando se enquista ofende, ¿van a arrearnos una patada en los cupones por haber incurrido en pertinaz ceguera?
Al cabo, hay otros mundos que no hacen buenas migas con la mundología empalagosa del Sultán de Occidente. Sombríos mundos en los que la felicidad, ja, ja, no es moneda corriente. Mundos en los que corre el paro y la pensión renquea. Mundos inmundos..., pero que están en éste. ¿De qué mundo nos habla el señor Zapatero?

http://www.abc.es/20080929/opinion-firmas/felicidad-zapatero-20080929.html

1 comentario:

Anónimo dijo...

Pedro J. Ramírez se encarga de que Tomás Cuesta no puede hilar dos frases en la tertulia "La Mañana" de la Cope