viernes, septiembre 19, 2008

Teresa Jimenez Becerril, Los buenos se vuelven malos

TERESA JIMÉNEZ-BECERRIL

Los buenos se vuelven malos

Sábado, 20-09-08
ANV, el partido vasco que no condena los asesinatos de ETA era respetable ayer y despreciable hoy. No se sabe por qué capricho del destino los que ocuparon y ocupan a día de hoy demasiados ayuntamientos han dejado de ser buenos para convertirse en malos. Creo tener una idea acerca de tan extraña transformación; la bondad era proporcional a la voluntad del Gobierno de Rodríguez Zapatero de negociar con ETA. Aparcada la negociación por la imposibilidad real de negociar con asesinos, sus representantes políticos dejan de ser útiles, o mejor dicho lo son más en la suplencia. Era imposible, en las condiciones actuales, seguir otorgando legitimidad a los amigos de ETA, no importa como se llamen, ANV, PCTV, cuestión de letras. Pero fue posible otorgársela hace unos meses, alegando que se había estudiado cada caso, permitiendo la gobernabilidad en algunos municipios sí y en otros no. ¿Pero se dan ustedes cuenta de la desvergüenza que hay que tener para decir que un partido es legal en un pueblo e ilegal en el de al lado? Entonces, quienes nos gobernaban, que son los mismos que lo hacen hoy, dijeron que habían intentado ilegalizar pero no habían logrado hacerlo, llegando a esa humillante fórmula de te prohibo, pero te permito. Lo que hizo entonces el Gobierno del PSOE fue una bofetada a las víctimas del terrorismo y a la sociedad española, permitiendo que quienes apoyan a ETA se sentaran al lado de legítimos representantes de la libertad.
Los indignos amigos de los terroristas ocupaban sus sillones entre sonrisas y amenazas, mientras que muchos concejales que verdaderamente buscaban defender la democracia no llegaron a ocupar sus escaños porque la heroicidad tiene un límite. Hemos visto demasiada injusticia y humillación durante estos años, el ejemplo más claro fue la excarcelación de De Juana, antes de cumplir su condena, por motivos humanitarios. El terrorista volvió a la cárcel cuando convino, donde se quedó poco, porque la ley es la ley, es lo que se suele decir cuando interesa que se cumpla a rajatabla. Hoy ANV pasa a ser legalmente lo que siempre fue, aunque los tribunales dijeran lo contrario, es decir, una banda de enemigos de España y amigos de quienes no tienen otro objetivo que hacer el mayor daño posible al país al que odian, al nuestro. ¿Cree alguien que quienes permitieron que ANV gobernara no pensaban ayer exactamente igual de esa gentuza que piensan hoy? ANV no ha cambiado, eran impresentables y lo siguen siendo. Pero quien cerró los ojos ante el espectáculo de ese partido apoderándose de nuestra libertad no lo fueron menos. En lo que a mí respecta todos aquellos que permitieron ese atropello perdieron la credibilidad y la respetabilidad y esa no se conquista fácilmente. No es suficiente defenderse diciendo que hicieron lo que tenían que hacer, que no podían ir contra la ley. ¿pero qué ley? Hicieron lo que tenían que hacer, sí, que no era otra cosa que agradar a ETA, no fuese ésta a enfadarse. ¡Ingenuos! O mejor dicho torpes y presuntuosos, ¿por qué iba ETA a dejar de ser lo que era? ¿Era Zapatero un encantador de serpientes que iba a conseguir que el bicho se durmiese? No. ETA nunca se durmió y cuando se le antojó le recordó al presidente quiénes eran. Así que ya que ETA ha vuelto a ser quien es, era de esperar que quienes la rodean volviesen a su sitio, del que nunca debieron salir, es decir fuera de las instituciones, donde nunca tuvieron que entrar. Imagino que saldrán pronto de los ayuntamientos y estos se volverán más limpios, más libres y más justos.
Esta decisión no debe ser motivo de alegría, aunque lo correcto sea aparentarla. Para mí es solo una muestra de cómo los intereses políticos preceden a la razón, a la justicia, a la dignidad y a todo aquello que se le ponga por delante. Ayer buenos, hoy malos. ¿Y mañana? Es imprescindible que quienes nos gobiernan sepan que los terroristas son criminales, empuñen armas o señalen víctimas. Ése es el terrorismo, donde la línea entre quien dispara y quien no es relativa y mientras no se admita ese hecho seguiremos padeciendo impotentes las decisiones de nuestros gobernantes. No voy a tocarle las palmas ni a Zapatero ni a Garzón ni a quien ha dicho la ultima palabra para ilegalizar a ANV, antes de hacerlo debería escuchar un «mea culpa» que no he escuchado. Para no repetir errores es imprescindible ser conscientes de haberlos cometido.

http://www.abc.es/20080920/opinion-firmas/teresa-jimenez-becerril-buenos-20080920.html

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