jueves, septiembre 18, 2008

Sin escapatoria

Sin escapatoria

18.09.2008 -

L a sentencia por la que la Audiencia Nacional condenó ayer a veintiún dirigentes de las llamadas Gestoras Pro Amnistía o Askatasuna a penas de ocho y de diez años de cárcel, junto a la disolución acordada de dicha organización, ha acabado judicialmente con una de las vertientes más indignantes del entramado etarra. De entre todas las marcas que han conformado hasta la fecha la izquierda abertzale, era sin duda ésta la que se hallaba más directamente bajo la disciplina de la banda terrorista. Para ETA siempre ha resultado vital mantener prietas las filas de sus presos, neutralizar la inquietud de sus familiares y, cuando menos, silenciar o depurar la disidencia que puntualmente podía darse entre los reclusos. Es más, desde que ETA declarara su 'alto el fuego' en marzo de 2006, y en especial tras su ruptura, se hizo evidente que cabecillas como Juan Mari Olano encarnaban la versión más intransigente del mundo radical y, a la postre, la mejor conectada con los designios terroristas.
Dentro de la compleja trama etarra, la función encomendada a la estructura cuyos integrantes fueron condenados ayer adquiría también otra dimensión, puesto que han sido su defensa de los derechos de los presos o la denuncia sistemática de torturas tras cada detención las que han conseguido que demasiadas personas en el País Vasco acabasen considerando como víctimas a los verdugos. Esa doble tarea, la del control disciplinario de los presos y la de su sublimación como héroes represaliados, ha contribuido como pocas a garantizar la continuidad de la banda terrorista y su capacidad para echar raíces en la conciencia fanatizada de los sectores más radicalizados de Euskadi.
Es muy probable que el rigor de la sentencia dictada por la Audiencia Nacional no logre conmover a los condenados, la mayoría de los cuales han dado muestras más que sobradas de su inquebrantable sumisión al mandato etarra. Como es de suponer que la banda persistirá en su empeño por atar en corto a los presos y a sus familiares, especialmente en estos momentos en los que ni siquiera los más obcecados de entre ellos son capaces de pensar seriamente en que una futura negociación de ETA con el Gobierno les dejará en libertad. Pero nada será igual después de esta sentencia, ni para la izquierda abertzale ni para la banda terrorista, sometidas en todas sus variantes y marcas a la implacable presión de un Estado de Derecho que no puede conceder escapatoria alguna a la barbarie.

http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/prensa/20080918/opinion/escapatoria-20080918.html

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