miércoles, septiembre 24, 2008

Sin enredos

Sin enredos
25.09.2008 -

L a detención de dirigentes de la Batasuna francesa, como consecuencia de las investigaciones que se siguen por actos de violencia en el País Vasco francés y a causa de las finanzas del ilegalizado EHAK, rompió ayer con la impunidad en la que se ha movido la izquierda abertzale al otro lado del Bidasoa. Independientemente del curso que sigan las pesquisas y del procedimiento judicial a que pudieran dar lugar, Francia parece resuelta a atajar la eventual traslación de la violencia de suelo español al suyo. Pero las propias detenciones dejan en evidencia la contradicción que supone que en el seno de la Unión Europea una misma trama organizativa pueda ser ilegal y legal según el país de que se trate. Esto, que obedece a la preeminencia de las legislaciones de cada Estado miembro y a la carencia de un marco jurídico común que propicie una misma interpretación sobre los límites que afectan a la realización de los derechos fundamentales, podría resultar especialmente crítico si la liquidación de los tentáculos públicos de los que ha venido sirviéndose ETA en España quedase parcialmente limitada en sus efectos reales y en cuanto a su legitimidad democrática por la continuidad de su actividad en el país vecino.
La crucial escena que componen la amenaza etarra y los esfuerzos del Estado de Derecho para desbaratarla se convirtió ayer en elocuente trasfondo de la enésima comparecencia de Ibarretxe y de los miembros de su Gobierno en apoyo de la consulta suspendida por el Constitucional. El lehendakari no dudó en añadir su particular enmienda al documento suscrito por los partidos del Gobierno vasco y Aralar, que tan significativamente elude toda mención al anunciado recurso al Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo. Pero la insistencia de Ibarretxe en que, aunque la declaración que firmó ayer no lo diga, se recurrirá a dicho Tribunal no es, ni de lejos, tan grave y perniciosa como su afirmación de que la consulta que preconiza resultaría «letal para ETA». Sólo desde la ignorancia, el oportunismo o la mala fe puede defenderse a estas alturas que saciando determinados anhelos nacionalistas se acabará con el terrorismo etarra. Cuando, en realidad, el desafío que Ibarretxe insiste en mantener frente al Estado constitucional se ha convertido en el balón de oxígeno del que ETA podría aprovecharse para prolongar algo más su existencia.

http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/prensa/20080925/opinion/enredos-20080925.html

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