lunes, septiembre 15, 2008

Seismo financiero

Seísmo financiero
16.09.2008 -

L a imposibilidad de la Administración estadounidense de salvar a Lehman Brothers y la consiguiente bancarrota del que era hasta la fecha el cuarto banco de inversión mundial, con una trayectoria centenaria a sus espaldas, hicieron tambalearse ayer el sistema financiero mundial y desataron una nueva oleada de pérdidas bursátiles, aunque éstas fueron algo más acusadas en Europa -el Ibex cayó un 4,5%- que en Wall Street. La zozobra que ha vuelto a sacudir los mercados evidencia que, lejos de remitir, la volatilidad que los aqueja desde el estallido hace un año del escándalo de las hipotecas 'subprime' se ha convertido en su incierto y desasosegante estado natural. Resulta aleccionador que la estabilidad que intentaba procurar hace apenas una semana el excepcional rescate por parte del Gobierno de Estados Unidos de las agencias hipotecarias Fannie Mae y Freddie Mac haya quedado arruinada ya por el temor que sólo unos días después han generado la caída de Lehman Brothers y la adquisición contrarreloj, a fin de evitar su desplome definitivo, de Merrill Lynch por Bank of America. La relevancia de las compañías que en los últimos doce meses han quebrado o bien han tenido que ser forzosamente auxiliadas por la intervención gubernamental no sólo revela las contradicciones a las que se enfrenta la economía de libre mercado ante riesgos de consecuencias globales. Advierte además de la profundidad de una crisis cuya dimensión exacta -las multimillonarias pérdidas asociadas a los productos especulativos- aún se desconoce.
A pesar de que el origen de las turbulencias se situó indudablemente en EE UU y de que las dificultades resultan allí más acuciantes, la respuesta ante las mismas está resultando más rápida y eficaz que en Europa. A las rebajas en los tipos de interés decididas por la Reserva Federal y la modulación de la política fiscal, con un mayor gasto productivo y un recorte en los impuestos, se une un sector privado mucho más flexible para acomodarse a los escollos de una coyuntura como la actual. Todo ello contrasta con la rigidez de la estrategia antiinflacionista del Banco Central Europeo y las trabas existentes para poder coordinar las distintas políticas nacionales en el seno de la Unión Europea. El resultado es una disparidad en la reacción ante la crisis que, si bien está contribuyendo a reanimar el crecimiento estadounidense, no está redundando en el apaciguamiento duradero de los mercados ni siquiera como consecuencia de las sucesivas inyecciones de liquidez a ambos lados del Atlántico. La inquietante conclusión no es sólo que no se atisba una mejoría a corto plazo. También habría que subrayar que el efecto de la volatilidad financiera sobre el sector productivo puede agudizarse al endurecerse de forma severa las condiciones de acceso a los créditos que facilitarían la reactivación de las economías en apuros como la española, cuya recuperación sigue dependiendo de la agilidad con la que se promueva el cambio en el patrón de crecimiento.

http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/prensa/20080916/opinion/seismo-financiero-20080916.html

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