martes, septiembre 09, 2008

Renovacion sonsumada

martes 9 de septiembre de 2008
Renovación consumada
Disminuir tamaño del textoAumentar tamaño del texto Martes, 09-09-08
CON la publicación de los nombres de los veinte vocales que integrarán el Consejo General del Poder Judicial, PP y PSOE han consumado la renovación de este órgano, poniendo fin a una prórroga de mandato que duraba ya dos años. Como es obvio, ambos partidos han elegido personas afines -al margen de su valía profesional, de la que no hay que dudar-, lo cual, salvo que se incurra en un ejercicio de ignorancia inexcusable, no es reprochable porque es inherente al sistema de designación parlamentaria, que exige el consenso de las principales fuerzas políticas. Si realmente se quiere neutralizar cualquier tentación de dependencia partidista, habría que empezar por devolver a los jueces la decisión soberana de designar con plena libertad a sus doce representantes. Mientras esto no ocurra, ningún partido desperdiciará ocasiones de este tipo para conservar su influencia en las instituciones. El verdadero problema se produce cuando se pretende establecer una correlación estricta entre las decisiones políticas de los partidos y las decisiones de los vocales del CGPJ. Entonces se degrada la función de este órgano y se produce el vicio de inconstitucionalidad que advirtió el Tribunal Constitucional -sin llegar a sancionarlo- en el sistema de designación por «cuotas».
Como la elección será por consenso, ambos partidos han destacado el «perfil técnico y profesional» de todos los candidatos propuestos, valoración que se sobreentiende dadas las exigencias de las funciones que van a desempeñar. Sin embargo, sería ingenuo obviar que, además, los nuevos vocales van a necesitar perfil político, porque en esta segunda legislatura socialista se va a reconfigurar el Poder Judicial, con las reformas orgánicas que quedaron pendientes en el anterior mandato de Rodríguez Zapatero (Consejos autonómicos, Tribunal Supremo y Tribunales Superiores de Justicia, acceso a la judicatura); con los efectos de la sentencia del TC sobre el Estatuto de Cataluña, para el caso de que mantuviera su regulación sobre la Administración de Justicia; y con las reformas procesales, como la del proceso penal. También tendrá que debatir sobre proyectos de ley que tienen que ver con la legislación penal, como la futura regulación del aborto, encauzada hacia una ley de plazos incondicional, y la revisión del «suicidio asistido», anunciada por el ministro de Sanidad, Bernat Soria.
De este nuevo CGPJ hay que esperar, por tanto, una respuesta a la altura de las circunstancias, sin temor a que sus vocales confronten modelos de Justicia, porque los proyectos que afectan a los poderes del Estado, como es el judicial, deben ir precedidas de deliberaciones serias y argumentadas, por enconadas que puedan llegar a ser. Sería un grave perjuicio para el sistema de contrapoderes que caracteriza a la democracia que el buen entendimiento entre PP y PSOE se convirtiera en una sordina para los vocales del CGPJ, sobre todo a la vista de las pocas contemplaciones que ha demostrado tener el PSOE con las instituciones que no se aquietan a sus objetivos. El hecho de que tanto socialistas como populares hayan propuesto el mismo número de vocales es, teóricamente, un buen punto de partida, aunque afecte únicamente al nombramiento de cargos judiciales. El PSOE debe ser leal y no volver a cambiar las reglas, como hizo en diciembre de 2004, si no logra sus propósitos.
Sea cual sea el desarrollo de este CGPJ renovado, el acuerdo entre PP y PSOE recupera una cierta normalidad institucional, además de concretarse en profesionales del Derecho y la justicia de reconocido prestigio. Ahora, resuelto el problema de las personas, debe empezar el debate de las ideas sobre la Justicia que se quiere para la sociedad española. No es un debate únicamente técnico. Es, ante todo, un debate político, que va a exigir argumentos sólidos y firmes, porque tiene que ver con el modelo de Estado, con su unidad jurisdiccional, con la independencia de los jueces y con el régimen constitucional de libertades y derechos. Cuando llegue este debate se verá quién ha elegido con mayor acierto.

http://www.abc.es/20080909/opinion-editorial/renovacion-consumada-20080909.html

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