martes, septiembre 23, 2008

Qintano, Tomas es el toreo; Zapatero, la politica

Tomás es el toreo; Zapatero, la política

IGNACIO RUIZ QUINTANO

Martes, 23-09-08
UNOS desconocidos lanzan piedras contra las lunas del modisto Antonio Pernas en La Coruña con una nota en letras de periódico recortadas que dice: «Inimigo do galego».
Esta perla del aldeanismo separatista, absurda como un molusco -¿qué les parece el lingueirón?-, me vino el mismo día que una frase de Ricardo Bada, que es un humanista de Huelva que vive donde han de vivir los humanistas, en Alemania, y que cada fin de semana reparte frases como Guti cuero. La frase de Bada es de un Billy Wilder cuyo ingenio captó como nadie el mecanismo de la ley de la memoria histórica, la única ley que en España ha decidido respetar Zapatero:
-Los austriacos han conseguido el malabarismo de convertir a Beethoven en austriaco y a Hitler en alemán.
A lo que, desde Madrid, un amigo de Bada contesta con una oportuna observación de Einstein: «Si se comprueba la teoría de la relatividad, los alemanes dirán que soy alemán, y los franceses, que soy ciudadano del mundo. Pero, si es falsa, los franceses dirán que soy alemán, y los alemanes, que soy judío.»
«¡Inimigo do galego!» Cuando George Borrow, el vendedor de Biblias, llegó a Toledo, se alucinó con la buena educación y cortesía de las gentes de Villaseca de la Sagra, que al dirigirse al forastero le hablaban a gritos y en gallego:
-Todos saben unas cuantas palabras en gallego, aprendidas de los que bajan cada año del monte para ayudarles en la siega, y como la única lengua extranjera que conocen es el gallego, creen de buena educación hablar en ese idioma a los forasteros.
Irrumpe en la controversia cultural Revilla, el jefe de los cántabros -paisano de Quevedo, al fin y al cabo-, con una declaración institucional que no deja lugar a la duda: tampoco ha leído a Quevedo.
-Yo mojé por primera vez a los 18... y pagando.
Algunas beatonas ponen el grito en el cielo: «¡Apología de la prostitución!» ¿Pero de dónde creen las beatonas que salían los chicarrones que clavaban la pica en Flandes? Oigamos a la Historia de España, ignorada por Montilla, jefe andaluz de los catalanes que, a cambio de una subvención, han obligado a Rebecca Hall a decir «¡estoy haciendo un máster en identidad catalana!» en una película de Woody Allen:
-En 1646, el mando militar organizó una redada en los burdeles de Madrid, se esposó a todos los varones útiles, los metieron en carros y los llevaron a luchar a Cataluña en nombre del Rey.
Madrid y Barcelona. Por su culpa, incluso una cosa tan bizarra como la fiesta nacional ha devenido en calentura «emo» cuyo «trade marketing» incluía un rabo en Madrid y un indulto en Barcelona, la ciudad donde una vez mataron a los curas para protestar el trapío de los toros. En Madrid no hubo rabo porque el público no se tomó en serio al presidente que animaba a pedirlo. Pero en Barcelona ha habido indulto, lo nunca visto desde Finito. Lo ha hecho el «Emo» republicano, que ya lleva dos vidas perdonadas: «Idílico», de Cuvillo, en Barcelona, y en Madrid, «Lagartijo», de Adolfo Martín. «Es el torero del pueblo», resopla Boix por su siringa. El pueblo son esos descamisados del pantalón teja y la melena distraída que salen de la plaza toreando con la «senyera».
Los nacionalistas vienen de Juliano el Apóstata, dijo Eugenio d´Ors, pero explíquenle esto a Montilla. También dijo D´Ors que el problema cultural (y político) de España arranca del XVIII: una masa prehistórica, impermeable a la cultura, y dos formas de interpretarla: Tradición, o solidaridad de todos los siglos en el tiempo, y Universalidad, o comunión de todos los pueblos en el espacio. Nos falló la síntesis, y cada partido prescindió siempre del otro. Resultado: o un Tradicionalismo nacionalista y castizo, o un Liberalismo descastado y progresista.
-La masa triunfó a sus anchas, y ese triunfo de la prehistoria nos degrada.
El pueblo, nos recuerda Gómez Dávila, a veces acierta cuando se asusta; pero siempre se equivoca cuando se entusiasma. El pueblo hoy no se siente libre sino cuando se siente autorizado a no respetar nada.

http://www.abc.es/20080923/opinion-firmas/tomas-toreo-zapatero-politica-20080923.html

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