jueves, septiembre 04, 2008

Pablo Sebastian, Cerrojazo a la inmigracion

jueves 4 de septiembre de 2008
Cerrojazo a la inmigración

Pablo Sebastián
El vertiginoso crecimiento del paro, que ha superado la cifra de los dos millones y medio, ha desatado todas las alarmas y ha dejado en evidencia la que ha sido política social y de inmigración del presidente Zapatero y de su ex ministro Caldera, cuyas iniciativas y pronósticos se han derrumbado con estruendo, por su mala planificación y por motivo de la crisis económica que este Gobierno ha estado negando hasta hace pocos meses. Y que ahora, como en otras tantas cuestiones de gran alcance como el Estatuto catalán y la negociación con ETA, van a ser sometidas a una profunda revisión y a la rectificación plena, hasta el punto de que el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, llegó a pronunciar ayer, en una rueda de prensa, la frase de “cero contratos para nuevos inmigrantes”.
El ministro Corbacho ha cerrado la puerta a los contratos de trabajo para inmigrantes —salvo para contadas excepciones— en una declaración firme y precisa, muy en su estilo, que echa por tierra toda la política de inmigración de Zapatero de los últimos años. Y que pone en el mayor de los entredichos la que fue su masiva legalización de inmigrantes duramente criticada, en su día, por el Partido Popular, que la calificó de grave error y efecto llamada para la inmigración ilegal, así como y por numerosos gobiernos europeos.

Siempre se ha dicho que rectificar es de sabios, y cuando antes mejor. Y eso es lo que ha hecho del ministro de Trabajo ante la avalancha del paro que, de paso, pone en jaque la caja del Inem, y que amenaza con aumentar, hasta nadie sabe dónde, en los próximos meses superando las cotas del paro que ya se alcanzaron en los últimos gobiernos de Felipe González, en tiempos de la primera vicepresidencia económica de Pedro Solbes, que se vuelve a encontrar en momentos tan difíciles como los que gestionó en el pasado, y ya veremos si no acaba dejando una herencia peor que la que trasladó a los populares en 1996.

Este horizonte de avalancha imparable del paro ya lo conocía el Gobierno de Zapatero antes de las elecciones, como sabía los graves problemas de la economía española por culpa de la crisis económica internacional, pero también por la crisis específicamente española, entre otras cosas por causa del estallido de la burbuja de la construcción. Pero el Gobierno calló para no empeorar el resultado del PSOE en las elecciones del pasado mes de marzo, y ahora tiene que hacer frente a esta grave situación que, por otra parte, explica por qué no se le renovó al ex ministro Caldera en el cargo.

Se han perdido más de dos años para preparar el país ante la llegada de este anunciado huracán económico y social, y aunque es cierto que el Gobierno está trabajando con ahínco, y el ministro de Trabajo de manera especial y con la mayor contundencia y transparencia, se está llegando tarde a todo y vamos a remolque de los acontecimientos.

Pero con el riesgo añadido de que puede que el Gobierno ponga todo su empeño en la cuestión laboral y social y se olvide de los empresarios y de las empresas, como está ocurriendo en el sector industrial, donde cunde el pánico y la preocupación por los altos costes de la energía, que ponen en jaque el tejido básico industrial español, entre otras muchas cosas que están pendientes y a la espera de una solución que no se ve por ninguna parte. Y que se acrecienta cada vez que el vicepresidente Solbes, que ha perdido su credibilidad, o su ministro de Industria, Sebastián, aparecen con excusas y ocurrencias en televisión.

Veremos qué nos cuenta sobre todo esto el presidente Zapatero cuando el próximo día diez comparezca en el Congreso de los Diputados, para tener que rectificar sus políticas y sus pronósticos por enésima vez, pidiendo a los ciudadanos paciencia y confianza en lugar de decirles la cruda verdad.

http://www.estrelladigital.es/diario/articulo.asp?sec=opi&fech=04/09/2008&name=manantial

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