martes, septiembre 23, 2008

Pablo Martinez Zarracina, Tres por dos

Tres por dos

24.09.2008

PABLO MARTÍNEZ ZARRACINA

L legado el fin de semana, el padre de familia vizcaíno y la madre de familia vizcaína encierran a sus hiperactivos chiquillos vizcaínos en el utilitario japonés y enfilan juntos hacia el centro comercial. Una vez allí, rodeados de cientos de familias vizcaínas, llenan el carro de la compra, renuevan las zapatillas de deporte del niño, buscan un chubasquero para la niña, encargan un reloj para la cocina, revelan las fotos de las vacaciones y eligen un regalo para el cumpleaños de la abuela. Si queda tiempo y los chicos no han destrozado nada demasiado valioso, unas hamburguesas y cuatro entradas para la película de superhéroes del momento.
El hombre contemporáneo es un individuo que lleva bermudas y achina los ojos intentando detectar qué caja de pago va más rápida. Según una encuesta de la Cámara de Comercio, el 70% del consumo de la provincia se realiza en grandes superficies. Lo cierto es que, viendo cómo algunas de esas grandes superficies se quedan pequeñas los sábados por la tarde, habíamos llegado a pensar que el porcentaje era mayor. Lo siguiente que nos dicen es una nueva entrega del clásico gran superficie versus pequeño comercio: la apertura de nuevos centros y la mejora de las comunicaciones están provocando que las tiendas de los municipios pequeños apenas puedan retener a sus clientes. Sin duda, una de las cosas malas que tienen los clientes es que no se dejan retener fácilmente.
Ya lo ven: los vizcaínos eligen gastar su dinero en las megatiendas, los macromercados, las relucientes boutiques clónicas de las multinacionales. Hay quien piensa que lo hacen porque son unos alienados, pero la realidad es menos emocionante: lo hacen porque en esos lugares encuentran donde aparcar, horarios extensos, diversión para los niños, precios apetecibles. Es triste, pero el consumidor, cuando saca su tarjeta de crédito, no piensa en los comerciantes a los que damnifica con su indiferencia. Piensa en que la oferta de tres por dos en los yogures de aloe vera con bífidus radiactivos le ha sido muy beneficiosa. O sea, piensa sólo en sí mismo. Dicho de otro modo: se comporta exactamente igual que los dueños de las grandes superficies y los de las pequeñas tiendas entrañables.

http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/prensa/20080924/vizcaya/tres-20080924.html

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