martes, septiembre 23, 2008

Pablo Martinez, Datos y medidas

Datos y medidas

23.09.2008

PABLO MARTÍNEZ ZARRACINA

A yer mismo, el periódico traía la noticia de dos nuevas agresiones a mujeres ocurridas en Vizcaya. Una de ellas pertenecía a la cada vez más extendida modalidad 'outdoor', consistente en que el maltratador golpea a su pareja en medio de la vía pública, como si el tipo estuviese en un desierto y a su alrededor no hubiese nadie dispuesto a interponerse o a llamar a la Policía. Ocurrió el sábado en un lugar tan poco transitado como la Plaza Circular. Un día antes, otro individuo fue detenido por pegar a su ex mujer y a una prima de ésta en Sabino Arana.
Al leer noticias como estas, tendemos a pensar que el problema va en aumento y que no deben estar sirviendo de mucho los mecanismos que en los últimos años se han creado para hacerle frente. Sin embargo, nuestra impresión es subjetiva y suele estar impulsada por cierto resorte de alarmismo bienintencionado que, en ocasiones, salta al hablar de este tema. Hace un par de años, por ejemplo, se dio por bueno el dato de que la violencia a manos de sus parejas constituía la primera causa de mortalidad entre las mujeres menores de 45 años: un disparate estadístico que borraba de la faz de la tierra realidades tan desagradables como el cáncer y los accidentes de tráfico.
El informe que cada año redacta el Observatorio de la Violencia de Género de la Diputación constituye un buen instrumento para conocer fríamente la realidad del problema, al menos en Vizcaya. En el del último año advertimos que aumenta el número de víctimas que se trasladan a pisos de acogida y que, entre ellas, se incrementa el porcentaje de inmigrantes. También podemos constatar cuántas reciben apoyo jurídico y psicológico y comprobar que se trabaja por el bienestar de los otros grandes damnificados de la violencia doméstica: los niños. Son estas medidas, pragmáticas y efectivas, las que deben conseguir que cada vez más mujeres escapen de la influencia de sus agresores y puedan comenzar una nueva vida. Luego están las campañas simbólicas y optimistas, como la célebre carta de los hombres vascos por la igualdad, que no dejan de estar bien, pero que probablemente tienen la misma utilidad que las rogativas marianas en época de sequía.

http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/prensa/20080923/vizcaya/datos-medidas-20080923.html

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