domingo, septiembre 21, 2008

Olmo, La raspa

La raspa

22.09.2008 - OLMO

La 'telefonomanía' se ha convertido ya en una pandemia de la que sólo se libran, de momento, los niños lactantes. Yo también tengo mi telefonito, lo reconozco, pero no lo uso en todas partes como la inmensa mayoría de los vecinos y, sobre todo, de las vecinas que son las más adictas; lo llevo siempre apagado y lo utilizo sólo para llamar en caso de necesidad.
Pero como el resto del paisanaje no participa de mi criterio, las musiquillas inflagaitas (porque las hay discretas y las hay inflagaitas) pueden sonar en los lugares menos apropiados a estas expansiones musicales. Les contaré algunos casos.
Los usuarios de telefonitos cuando van a oír misa no adoptan la precaución de apagarlos en la iglesia y a una señora le sonó la musiquita del móvil cuando estaba en uno de los bancos delanteros del templo. Tuvo que salir precipitadamente y recorrió todo el pasillo hasta la salida con acompañamiento musical. Un auténtico espectáculo.
El otro caso me ocurrió en un templo de Las Palmas durante mis vacaciones. En el momento silencioso de la Consagración comenzó de pronto a sonar el himno marchoso de 'Caballería rusticana'. A mí me agrada que se realce la Consagración en la misa, pero aquella musiquilla no me pareció la más apropiada y siguió sonando hasta que el propietario del telefonito la apagó.
El caso más chusco lo viví en la consulta de un médico en la que había unos carteles rogando que se apaguen los móviles. Pero como la gente no hace mucho caso de los consejos murales, comenzaron de pronto a sonar en la sala, potentes y audibles (se conoce que la usuaria era algo sorda), las alegres y jaraneras notas de 'La raspa' mexicana.
Lo peor fue que la señora tenía el telefonito metido en el bolso. Tardó en encontrarlo y cuando lo encontró tuvo que sacarlo de una funda de tela. Como la buena señora era un poco torpe de movimientos, habríamos tenido tiempo el resto de los pacientes para haber organizado un buen bailoteo al compás de la raspa. Si no lo hicimos fue porque el recinto no era, precisamente, de los que invitan a la juerga.

http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/prensa/20080922/vizcaya/raspa-20080922.html

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