jueves, septiembre 18, 2008

Marcello, El parentesis de Diaz Ferran

jueves 18 de septiembre de 2008
LAS PESQUISAS DE MARCELLO

El paréntesis de Díaz Ferrán

Marcello

No ganamos para sustos, la crisis financiera americana no cesa y amenaza a otros grandes bancos del país, mientras la Bolsa de Nueva York vuelve a darse otro batacazo presa del pánico y la desconfianza de los inversores e impositores, y todo ello a pesar de las acciones de salvamento que la Fed (Reserva Federal) está llevando a cabo para evitar la quiebra de grandes entidades financieras y aseguradoras. Lo que no ha servido para poner un punto y aparte en esta avalancha de acontecimientos americanos que no van a tardar en alcanzar a otros grandes países, aquí incluidos los del continente europeo. De hecho, la avanzadilla el huracán zarandeó la Bolsa de Moscú y ha vuelto a provocar el pánico en Inglaterra, donde se anuncian fusiones de grandes entidades financieras, mientras crecen rumores sobre Alemania, y no pocas interrogantes sobre España.

Ayer mismo, el presidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, hizo un muy llamativo pronunciamiento al decir que, ante la dimensión de la crisis, sería bueno crear "un paréntesis en la economía de mercado" para tomar así las medidas que permitan frenar la destrucción de empleo y, por supuesto, de las empresas, que imaginamos que es lo que más le preocupa al jefe de los empresarios.

Aunque las palabras de Díaz Ferrán no dejan de ser llamativas, que el jefe de la patronal defienda un paréntesis en la economía de mercado es bastante sorprendente en un momento donde, además de los debates y discusiones sobre los orígenes, el alcance y las consecuencias de la crisis, se está poniendo sobre la mesa otro debate paralelo e ideológico en contra del modelo capitalista y de la economía de mercado por parte de dirigentes de la izquierda, así como pensadores y analistas, que viene a subrayar la gran hipocresía y contradicción que supone que los gobiernos, con el dinero de todos sus ciudadanos, carguen con las pérdidas de las grandes empresas, al tiempo que los empresarios y poderosos empresarios sólo cargan, durante las vacas gordas -se entiende-, con los beneficios.

Naturalmente, este problema no es tan simple ni tan sencillo, entre otras cosas porque la izquierda, desde el fin del comunismo, no tiene alternativa posible al liberalismo económico. Otra cosa es que ese liberalismo haya degenerado en brutal especulación financiera, aprovechando todas y cada una de las facilidades y puertas de escape que ha ofrecido el actual sistema financiero, sin las garantías necesarias ni las oportunas barreras de control, algo que ya se vio, en fecha no muy lejana, con el estallido de la burbuja tecnológica.

Pero siendo todo esto una cuestión compleja y global, lo cierto es que, a corto plazo, y mientras los gobiernos embridan al sistema financiero de las grandes potencias de Occidente, algo hay que hacer para frenar, en lo que se pueda, el Big Bang que ya se anuncia sobre nuestras cabezas. Y es en el corto plazo, donde los grandes pagadores son los ciudadanos de a pie y los trabajadores quienes van a perder sus empleos o sus ahorros y viviendas, donde urge actuar y buscar los cortafuegos necesarios, al tiempo que se ponen en marcha las que han de ser reformas obligadas y estructurales del sistema.

Y va a resultar muy difícil hacer esas reformas y generar confianza cuando, al mismo tiempo, se está denunciando que todo el sistema está podrido. Por ejemplo, en España se está diciendo, por la derecha y la izquierda, que hay que sustituir el modelo de crecimiento, que en nuestro país y en los últimos años ha estado basado en la construcción y en los servicios, el turismo y en algunos otros sectores. Pero ese salto de nuestro sistema, al que día a día se está denostando, a otro modelo de crecimiento tecnológico, de I+D+i, del conocimiento y desarrollo científico, no se puede implementar de la noche a la mañana sino que necesitará de muchos años para convertirlo en realidad.

De ahí que está muy bien hablar del fracaso del neoliberalismo salvaje y de la necesidad de un cambio de modelo de crecimiento, en el caso español. Pero y ahora mismo ¿qué hacer? Ésa es la cuestión ante la avalancha de los acontecimientos que, como en el juego o timo tramposo de la pirámide, ha ido enganchando a empresas y bancos, de mayor a menor, siendo las más poderosas las primeras responsables de este desastre en cadena cuyo final y alcance nadie está en condiciones de adivinar.

Las palabras de Díaz Ferrán pidiendo un paréntesis en la economía de mercado, se supone que para facilitar el intervencionismo del Gobierno, son más que discutibles, pero dan una idea de la inquietud y del alcance de la situación en la que todos estamos inmersos, sin que nadie tenga soluciones ni medidas mágicas para ofrecer, a corto plazo, una duradera, eficaz y sólida solución. Lo de los galgos o podencos, liberalismo o socialismo, o los errores del Gobierno y el pesimismo de la oposición, aportan más bien poco a la urgencia de respuestas que están haciendo falta y que tienen en vilo en España, como en el resto del mundo, al conjunto de la población.

http://www.estrelladigital.es/ED/08-09-18/41136.asp

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