martes, septiembre 23, 2008

Maite Pagazaurtundua, Lo que nos falta

Lo que nos falta

23.09.2008

MAITE PAGAZAURTUNDÚA RUIZ| PRESIDENTA DE LA FUNDACIÓN DE VÍCTIMAS DEL TERRORISMO

H oy, pocas horas después de que ETA haya asesinado a Luis Conde, debemos ser conscientes de que como sociedad podemos ayudar, mucho más, a debilitar a los terroristas. Resulta preciso sacar fuerzas para que la deslegitimación de ETA y su política fanática alcance más allá de las cocinas de casa y de los amigos íntimos. Y salir a la calle, pacíficamente. Y es que el microcosmos fanático debe asumir que el terrorismo ha fracasado como intento de homologarnos, por la fuerza y la brutalidad, a ellos mismos. La excusa más relevante para no asumir el fracaso de su política fanática es el silencio de corderos que aún se escucha en la sociedad vasca.
Aunque ésta, por debajo de los discursos oficiales, y en silencio y pese a las paletadas de pasividad, ha cambiado mucho en los últimos 30 años. Hoy es menos sectaria que en los años 80 y 90, y parece anhelar decir en voz alta que la mayoría quiere y desea vivir junto a sus vecinos, aunque tengan ideas políticas distintas. La sociedad vasca ha ido madurando a pesar de los discursos oficiales, interiorizando muy lentamente el dolor, el horror, y despertando también lentamente de la banalidad política que invade a una buena parte de sus líderes. Nos falta convertir eso en un clamor para parar a ETA.
Nuestros fanáticos domésticos han cabalgado sobre los tabúes humanos en el camino de su degradación. Hace algún tiempo cargaban todavía la responsabilidad de sus bombas en los demás, bajo la excusa de que avisaban con anterioridad a la hora de la explosión. Aunque no era sino una argucia propagandística a fin de calmar las conciencias privadas de sus votantes. De hecho, han asesinado a ancianos, a mujeres embarazadas y a niños pequeños. Con las casas cuartel de la Guardia Civil, donde viven niños, ni han guardado el miramiento formal. El caso más reciente ocurrió en Legutiano, cuando a los residentes en el acuartelamiento se les vino abajo literalmente la casa en plena noche y quedaron un montón de niños asustados, entre escombros, bajo la lluvia. Aquella noche en que buscaban un asesinato masivo con niños, madres y padres, lograron asesinar a la última víctima inocente, Juan Manuel Piñuel. La última hasta la madrugada de ayer, en que otra bomba ha matado al brigada Luis Conde de la Cruz.
ETA ha entrado en su declive y podemos ayudar a que éste sea menos horrible. Es tiempo de mostrar que somos adultos y que nos responsabilizamos de poner límites a los sueños ideológicos que se convirtieron en algo caprichoso y monstruoso al mismo tiempo. Que queremos vivir sin vergüenza por lo que está pasando, y que algún día deberemos comenzar un proceso de revisión y memoria lento y complicado, pero que podríamos hacerlo con un punto de dignidad si no callamos más.
Sólo así podremos confortar alguna vez a la familia que hoy se duele en un verdadero infierno personal. A los heridos de estos días y sus familias. A todos los que soportan los dificilísimos meses de ausencia de Piñuel, de Isaías Carrasco... En definitiva, lo que nos falta es no banalizar colectivamente el asesinato de Luis Conde de la Cruz y las bombas con que ETA ha vuelto a sembrar el terror en los últimos días.

http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/prensa/20080923/opinion/falta-20080923.html

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