miércoles, septiembre 10, 2008

Luis Racionero, No mas tumbas, por favor

jueves 11 de septiembre de 2008

No más tumbas, por favor

Luis Racionero
“Es difícil saber qué se propone Garzón, pero todo indica que intenta recuperar el protagonismo perdido en los medios de comunicación”, comenta el editorial del periódico El Mundo ante la petición del juez mediático de abrir un proceso equivalente a la Causa General ordenada por Franco en 1940 con el propósito de catalogar y denunciar todos los delitos cometidos por los partidarios de la República desde abril de 1931.
Se nos antoja un poco tarde, más de sesenta años, para andar removiendo fosas comunes, archivos y denuncias. Las injusticias y atrocidades franquistas —como las de los republicanos— han sido estudiadas a fondo por los historiadores anglosajones, franceses e italianos, y son de sobras conocidas por las personas cultas. Declarar crímenes a las represalias franquistas me parece lógico y creo que el actual Gobierno se ha manifestado en ese sentido en repetidas ocasiones. ¿Qué más cabe hacer?

Hay una Ley de Amnistía de 1977 que se ocupó de zanjar la cuestión y hay un consenso de sentido común que considera irrelevante y perjudicial seguir removiendo cadáveres y arrojárselos unos a otros, porque cadáveres los hubo por ambas partes y con similar ilegalidad.

¿A quién aprovecha abrir investigaciones sobre crímenes ocurridos hace sesenta años? Sobre todo al que la abre, los perjudicados ya tuvieron su reconocimiento con el advenimiento de la democracia y las reiteradas declaraciones de los gobiernos de los dos bandos. Los judíos optaron por la opción más práctica y lógica de perseguir a los criminales de guerra y detenerlos allá dónde se encontraran. Aquí no ha aparecido en la picota ningún personaje de aquellos tiempos. Es todo más teórico, más publicitario.

¿Puede quedar alguien que no condene los crímenes de la Guerra Civil? Creo que no. Aquello fue un mal necesario, quizás. En el mejor de los casos se puede pensar como nuestra revolución francesa retrasada, la que acabó con el antiguo régimen de los terratenientes caciquistas, los derechos medievales, el poder represivo de la iglesia y las insalvables diferencias de clases sociales. Como sublimada por esa guerra España entró en la modernidad merced a los cambios de mentalidad, a los tabús rotos en esa guerra. No hay mal que por bien no venga.

El presente democrático ha sido el premio a tanto sufrimiento y desatino. Ya hemos aprendido a convivir y respetar las ideas del otro. ¿Para qué necesitamos contar los muertos otra vez?

http://www.estrelladigital.es/diario/articulo.asp?sec=opi&fech=11/09/2008&name=racionero

No hay comentarios: