lunes, septiembre 22, 2008

Ladron de Guevara, Reaccion de ETA

lunes 22 de septiembre de 2008
Racción de Eta

Ernesto Ladrón de Guevara

E STE sábado pasado estuve en la concentración de padres ante la residencia del presidente de la Comunidad Autónoma Vasca, demandando libertad. Libertad de elección de la lengua en la que educar a los hijos. Estoy en edad de ser abuelo, pero no puedo sustraerme al deber de defender el derecho de los padres a educar a sus tutelados en su lengua materna porque así lo recomiendan tanto los expertos más acreditados como la misma UNESCO, y, al fin y al cabo nadie está legitimado para reemplazar a éstos en su derecho a elegir el tipo de educación que quieren para sus pupilos.

En la concentración tuve la sensación de palpar el miedo: no muchos asistentes. Y como dato relevante, la aparición de cinco especímenes con aspecto de sicarios cebados por el régimen gritando los típicos eslóganes característicos del mundo abertzale, como recordándonos que habíamos sobrepasado la línea de lo permitido. Alguien de los padres concentrados les espetó con el insulto ¡fascistas!, que en este caso es un término exacto desde un análisis del significado para describirles pues ese matonismo chulesco me recuerda a los “Guerrilleros de Cristo Rey” a finales de los setenta, al agredirnos a los demócratas. La respuesta de uno de los energúmenos fue, con la característica prepotencia de quien se sabe protegido por el sistema, elevar el dedo corazón de su mano derecha, en un gesto soez de chulo de burdel.

Horas más tarde, cuando los relojes nos anuncian un nuevo día, me sobresalté por un tremendo zambombazo que hizo vibrar los cristales de mi habitación. Le dije a mi mujer que, indudablemente, eso era una bomba de ETA. No podía ser otra cosa.

Más tarde escuché por la radio que fue, efectivamente, una bomba, la cual ha causado destrozos en la nueva sede, con arquitectura vanguardista, de la Caja Vital de Álava. Y que en Ondarroa también ETA hizo acto de presencia con otro coche bomba contra la Comisaría de la Ertzaintza.

No es sorprendente. Desde que se detuviera y se encarcelara a una más de las partes del entramado de ETA hace unos pocos días, se decidiera ilegalizar a ANV, y se declarara inconstitucional la consulta de Ibarretxe, todos teníamos en la mente que habría una reacción de ETA. Y lo más fácil es poner coches-bomba.

Que la Ertzaintza sea un objetivo de ETA no es nuevo. Es una forma de expresar a la policía vasca que el mundo abertzale no está dispuesto a que se repriman los actos subversivos. Pero el atentado contra la Caja Vital hay que interpretarlo como represalia por no integrarse en el conglomerado financiero de lo que antaño fuera el proyecto de Banco Público Vasco como herramienta de construcción nacional. Ya se sabe que la Kutxa guipuzcoana y la BBK vizcaína han apostado por la fusión ante las reticencias de los alaveses a entrar en un nuevo tinglado para la formación del Estado vasco. Por tanto, la bomba contra la Caja Vital, entidad de ahorro muy querida por los alaveses por su vocación social, no es casual. Tiene un significado indudable. Lo que reafirma más la idea de que ETA persigue los mismos fines que el nacionalismo llamado democrático, y coincide con las reticencias ya habituales del mundo nacionalista a la aplicación de todos los resortes para eliminar la lacra terrorista. ETA reacciona mediante la lógica “acción-reacción”, pero sus acciones son selectivas, no son aleatorias.

Llevamos mucho tiempo planteándonos si realmente el problema es sólo ETA. La evidencia nos dice que no. El conflicto vasco es la propia existencia la lacra nacionalista.

http://www.vistazoalaprensa.com/contraportada.asp

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