martes, septiembre 23, 2008

Ladron de Guevara, La bestia malherida

miercoles 24 de septiembre de 2008

La bestia malherida

Ernesto Ladrón de Guevara

H ACE tan sólo unas horas nos lamentábamos de la salvajada etarra en Ondarroa y Vitoria, y ahora tenemos que llorar a la víctima mortal de ETA en Santoña, el brigada del Ejército D. Luis Conde, y esperar con preocupación la evolución de los heridos, alguno de ellos de gravedad.

ETA sabe dónde hacer daño, y esta vez lo produce en Santoña, Villa admirable por la excelente convivencia civilizada que caracteriza a sus gentes, su pluralismo democrático, y la naturalidad con la que expresan lo que son, españoles a secas, ciudadanos pacíficos y tolerantes que trabajan y disfrutan. Muy distinto a otros lugares muy próximos geográficamente aunque alejados en cuanto a la imagen progresista de la forma de ser de esta maravillosa localidad cántabra; puesto que progreso es precisamente eso: saber compartir y vivir en paz. El veneno asesino de la serpiente endiablada ha sido inoculado en la tranquilidad de esta población, desestabilizando la cotidianidad de sus buenas gentes. Ha conseguido convulsionarnos emocionalmente de nuevo.

Sabemos que ETA dispone aún de capacidad para producir desasosiego a la sociedad española. No es ni sorprendente ni inesperado. Tenemos la suficiente experiencia de sufrimiento como para saber que esta banda asesina es capaz de golpear como reacción a las últimas decisiones judiciales. ETA y justicia son antagónicas. ETA, democracia y libertad son conceptos incompatibles. Por tanto no debemos doblegarnos ante esta nueva acción y las que puedan seguir. Si se hubieran mantenido la unidad y la coherencia de las acciones antiterroristas y de aislamiento social y político hace cuatro años, sin las actuaciones erráticas de Zapatero y su Gobierno en la anterior legislatura, ETA no tendría tanta capacidad para producir dolor. Lo que hace falta de ahora en adelante es que todas las fuerzas políticas y sociales democráticas, sin fisuras de ningún género, actúen como un suelo cuerpo contra la banda y contra quienes la apoyan. Y cuando hablamos de apoyos a ETA debemos contemplar todo el espectro político que le da cobertura, incluso más allá de las propias estructuras de la Banda. Contra este tejido que sostiene las acciones mafiosas y de extorsión, el Estado debe articular todos los mecanismos de poder, puesto que el ahogo de las pulsiones de libertad de los ciudadanos no tiene en consideración lo que es moral o lo que es legítimo. Esto es una lucha donde las consideraciones ñoñas y pretendidamente benévolas no tienen sentido. Hay que endurecer las acciones contra esta lacra del terrorismo y sus concomitancias políticas si tenemos alguna aspiración a que España sea homologable a cualquier país del entorno civilizado. Y si ETA reacciona es porque el Estado de Derecho está acertando. No debe haber pábulo a la debilidad.

http://www.vistazoalaprensa.com/contraportada.asp?Id=1781

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