miércoles, septiembre 10, 2008

Ladron de Guevara, De "no hay crisis" a "recesion"

jueves 11 de septiembre de 2008

De ‘no hay crisis’ a ‘recesión’

Ernesto Ladrón de Guevara

U NA vez más nuestros representantes de la soberanía decepcionan. Sobre todo el presidente de un Gobierno dedicado a un populismo ramplón y bananero, más propio de una república del tercer mundo que de un país como España que decíamos era la octava potencia económica.

El debate como efecto de la comparecencia de ZP no ha servido para nada sino para constatar la inoperatividad e incapacidad del Gobierno y de la oposición para regir los destinos de España. Es así de duro y de triste.

En respuesta de Zapatero a Rajoy la motivación de personarse ante los señores diputados era “dar la cara”. ¿Y qué? Para qué sirve si no ha planteado ni una acción de gobierno que pueda calificarse como mínimamente concorde con la temible situación de estancamiento y depauperación de la estructura económica española y de cada uno de nosotros como pacientes pasivos. ¿De qué sirve que comparezca el Gobierno y se produzca un debate si no se abordan las claves de resolución de la crisis desde sus causalidades más estructurales? ¿De qué sirve que reconozcan que ya estamos en recesión con los efectos consiguientes de paro, de cierres empresariales, de destrucción de tejido económico, de déficit público, de grave desequilibrio exterior de nuestra balanza de pagos, de pérdida de competitividad, etc. si no se nos ha hecho ni un solo diagnóstico de las patologías de fondo y de los remedios paliativos? ¿Para, una vez más, aturdir al personal con cataplasmas que no sirven más que para producir un efecto placebo y un aletargamiento colectivo de la capacidad de análisis de las masas?

Es lamentable que en menos de un año se haya pasado de “aquí no hay crisis” y “estamos mejor que el resto de las economías” a “vamos hacia la recesión”. Alguien que se equivoca en el diagnóstico de forma tan flagrante debería dimitir aunque sólo sea por vergüenza torera y reconocimiento tácito de su propia incapacidad. Es una cuestión de decencia.

Pero es peor aún el caso cuando lejos de haber adoptado decisiones anticipadas a la crisis para amortiguar el golpe, se sigue sin dar aportación alguna en las políticas de fondo para frenar la caída y recomponer, más allá del gesto, la tendencia, al efecto de que la trayectoria de la descomposición del sistema económico no vaya en vertical y tienda a retomar la senda del crecimiento en un plazo de años suficiente para no empobrecernos sin remisión.

Por ejemplo, ante este tipo de situaciones, han sido eficaces las medidas que han…
- Reducido el gasto público, para reducir el déficit. Esta solución transitoria es tremendamente impopular, pero imprescindible.
- Posibilitado un Pacto social, como los pactos de la Moncloa de los años ochenta, para acomodar los salarios a las circunstancias de la crisis. Impopular pero imprescindible.
- Realizado una política fiscal de medidas de incentivación del empleo y de reducción de las cargas pasivas de las empresas, reduciendo el Impuesto de Sociedades para estimular las economías empresariales. No va con el discurso populista de la izquierda tradicional pero es lo que hay…
- Redirigido la política de subvenciones a la estimulación de la iniciativa empresarial, para fomentar la inversión.
- Reducidos los impuestos directos, como en el caso del sector del automóvil, para estimular la demanda.
- Etc.

Es decir, políticas de austeridad, de ajuste del gasto para reducir el déficit, y de redirección de los recursos hacia las políticas de generación de inputs empresariales. Lo que no tiene sentido es que se siga con las políticas de gasto irracional y compulsivo, que no se adopten medidas tendentes a frenar el déficit exterior, que no se promueva tejido productivo y que el poco que se crea sea estructuralmente baldío, por no decir un lastre para la generación de una estructura económica saneada. Estamos pagando ahora las políticas de especulación inmobiliaria y la equivocada tendencia a que la construcción fuera el principal sector motor de la economía. Lo decíamos algunos hace unos años y los hechos nos han dado la razón, pero… ¿estamos condenados a seguir igual pese a que la tozuda realidad nos siga diciendo que por ese camino no vamos a ninguna parte?

http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=4814

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