jueves, septiembre 04, 2008

Jose Oneto, Garzon ayuda al Gobierno...

jueves 4 de septiembre de 2008
Garzón ayuda al Gobierno…

José Oneto

El polémico juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón ha conseguido acaparar la primera página de los periódicos nacionales y extranjeros y la apertura de los telediarios, ha logrado enterrar, por unos días, los catastróficos datos de la crisis económica, y le ha echado una mano al Gobierno Zapatero para aclarar muchas de las lagunas de la recién aprobada Ley de Memoria Histórica.
Criticado por sus compañeros —todas las asociaciones profesionales de jueces, incluida la progresista Jueces por la Democracia—, que han manifestado desconcierto por la decisión de Garzón de elaborar un censo de desaparecidos del bando nacional desde el alzamiento de julio de 1936, instalado en la picota por el periódico El Mundo, su antiguo y mitificado aliado en el escándalo de los GAL, aplaudido por el Gobierno, apoyado por el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, animado por la izquierda y censurado por la derecha, el mediático juez ha vuelto a erigirse en árbitro de la justicia a pesar de la oposición de la Fiscalía que cree que no es competente en el caso.

“Un juez intenta aclarar el destino de las víctimas de Franco” (The Guardian). “Un magistrado madrileño que está acostumbrado a los golpes de efecto” (Le Figaro). “España, campeona en las persecuciones contra dictadores extranjeros pero timorata sobre su propio pasado, ha entreabierto la puerta a la investigación sobre los desparecidos durante el franquismo” (Liberation). “Un brindis al sol. Garzón, simpatizante del Partido Socialista, aborda ese intento de superación del pasado en España en contra de las objeciones de los políticos conservadores” (Frankfurter Allgemeine Zeitung). “La Audiencia Nacional ya no tendrá que dejarse atribuir un mayor miedo a Franco, ya fallecido, que a un Pinochet, aún vivo cuando fue procesado, o a los verdugos guatemaltecos o ruaneses” (Suddeutsche Zeitung). “El juez más famoso en España se vuelca ahora en la Guerra Civil (Trouw).

Esos titulares son sólo una muestra mínima de las reacciones que han producido en todo el mundo la decisión del juez Garzón (conocido internacionalmente por el procesamiento del general chileno Augusto Pinochet) de elaborar una lista de desaparecidos que se puede elevar a más de cien mil personas que, según él, pueden estar en los archivos de más de veinte mil iglesias, en el Valle de los Caídos y en algunos Ayuntamientos de España.

Garzón, que todavía no se ha declarado competente en el caso, está asumiendo una responsabilidad que no debería ser de la autoridad judicial sino del Ejecutivo, del Gobierno que, por miedo, ha ido descafeinando la Ley de Memoria Histórica hasta convertirla en un simple testimonio.

Según fuentes jurídicas, ni los obispos van a permitir abrir los archivos eclesiásticos de las iglesias invocando el concordato con la Santa Sede, ni los intentos de Garzón, a pesar de la constancia con la que suele trabajar, le va a conducir a nada.

Los causantes de los excesos de la Guerra Civil, en uno y otro bando, han desaparecido, durante la Transición se dictó la correspondiente Ley de Amnistía y el recurso de invocar el genocidio, como se ha hecho en otras intervenciones de la Audiencia Nacional, no sólo es un exceso sino un auténtico disparate.

http://www.estrelladigital.es/diario/articulo.asp?sec=opi&fech=04/09/2008&name=oneto

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