jueves, septiembre 25, 2008

Javier Gurruchaga, Precavidos

Precavidos

26.09.2008

XABIER GURRUTXAGA

E n el acto solemne de adhesión al manifiesto elaborado por PNV, EA, EB y Aralar, el lehendakari, interpelado sobre las dificultades técnicas para que pudiera prosperar la demanda anunciada ante el Tribunal de Estrasburgo, aseveró que «es bueno ser precavido, pero no hay que tener miedo al fracaso». Supongamos que sea cierta la afirmación de Ibarretxe, aunque uno piensa que la inmensa mayoría de los mortales, de entrada, tienen cierto miedo al fracaso, miedo a que le puedan salir mal las cosas, particularmente las que afectan a decisiones de calado.
Ese miedo preventivo y cautelar es precisamente el que lleva a la inmensa mayoría de las personas a ser precavidos, a asegurar al máximo posible sus decisiones, a esmerarse y a adoptar aquellas medidas dirigidas a garantizar el buen fin de sus iniciativas. Los que no sienten ese miedo preventivo normalmente son temerarios. Cuanto más cauto y sagaz se sea en la prevención del riesgo, menos razones habrá para ser temeroso ante el fracaso.
Cuanto menos precavido se haya sido, más razones existirán para considerar que el sentimiento de fracaso tiene bases sólidas. Por consiguiente, en todas estas cuestiones relativas a la Ley de consulta, la pregunta que se deberían formular sus promotores es si se ha actuado precavidamente; es decir, con la diligencia suficiente como para evitar un desenlace que presuntamente no se quería. A la luz del resultado habido hasta el presente está claro que la respuesta es negativa. Pero lo más grave, lo que roza lo temerario, es que desde el mismo momento en que se decide tirar adelante se era consciente de las dificultades y, por consiguiente, se contaba ya con este desenlace como final más probable.
Saben igualmente que las demandas ante el Tribunal de Estrasburgo serán, a buen seguro, inadmitidas, si se presentan. Sin embargo, el lehendakari ha afirmado que espera «que nos den la razón», añadiendo además que no está «preocupado por eso». Lo cual resulta francamente preocupante. ¿Se podían haber hecho las cosas de otra manera? Es obvio que sí. La propuesta tenía desde su primera formulación, ahora justamente un año, vicios de origen. Entre ellos, el más grave, el de dirigirse en primer lugar a La Moncloa, sin haber intentado obtener en Euskadi previamente el consenso interno indispensable, para abordar a posteriori con mayor protección política el diálogo y, en su caso, la negociación con los representantes del Estado.
Se ha insistido machaconamente que la naturaleza del problema es eminentemente política más que jurídica y judicial, pero, sin embargo, desde el inicio los promotores han optado por resoluciones de carácter normativo-legal, con lo cual se le ha dejado en bandeja al presidente del Gobierno la opción de pasar la 'pelota' a los tribunales a través del recurso pertinente. Sabiendo como se sabía que el Constitucional no iba a convalidar la Ley de consulta, y conociendo también que tras la anulación no se iba a celebrar la misma, parece muy poco precavido seguir obstinadamente en el planteamiento inicial, dejando el desenlace de toda esta historia en sede judicial, cuando el Parlamento podía haber abordado la cuestión desde una perspectiva mucho más política que legislativa adoptando las resoluciones pertinentes.
Desde el punto de vista de la viabilidad jurídica de la ley, lejos de prevenir los riesgos de inconstitucionalidad lisa y llanamente se optó por minusvalorarlos cuando no a despreciarlos. Lo cual tampoco es un ejemplo de una actuación sagaz y cauta por parte de quien pretende evitar el peligro del fracaso. Los partidos que suscriben el manifiesto saben que la iniciativa anunciada por el lehendakari de presentar demandas individuales en Europa, encabezados por la suya propia, no tiene recorrido.
Los partidos, en un ejercicio de 'prevención de riesgos', han dado a la iniciativa un carácter más político que judicial. En este contexto la demanda del lehendakari deja ya de tener sentido político, jurídico nunca lo tuvo, y en cambio los perjuicios podrían ser importantes. El lehendakari ha alabado a los partidos por 'pulir' su iniciativa. Tengo dudas si dicho verbo explica realmente lo sucedido. Me temo que no.

http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/prensa/20080926/politica/precavidos-20080926.html

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