miércoles, septiembre 10, 2008

Irene Lozano, Palin, la pitbull

Palin, la pitbull

IRENE LOZANO

Jueves, 11-09-08
Sarah Palin se ha comparado a sí misma con un pitbull de labios pintados. Ella solita. Se nos revela, de entrada, torpe para la metáfora: un pitbull con carmín es grotesco y ridículo a partes iguales, un mal autorretrato. Además, es injusto para los pitbull, refuerza los prejuicios sobre su ferocidad.
Según ella solita, pues, es perro peligroso, prohibido en muchos países, algo irrelevante para quien hasta hace un año no tuvo su primer pasaporte. Ha viajado poco, preocupante síntoma de falta de curiosidad, y no ya fuera de EEUU, país vasto y complejo: ha salido poco de Alaska, lo cual explica esa mentalidad suya como llegada sin escalas de la Edad del hielo. La Palin es perro de presa, cualidad valiosa para abordar en campaña asuntos como el aborto o la educación sexual -a la que ella se opone en la escuela y también en la familia, visto lo visto-, ya que en estos debates la exaltación hace las veces de argumentación.
No todo en los pitbull es agresividad: resultan excelentes animales de compañía, lo cual habrá pesado en McCain más que su escasa experiencia de dos años de gobernadora, porque en todo caso ella gobernaría con el útero, sempiterno, como es sabido. Quizá de aquí a noviembre McCain descubra el más peligroso atributo del pitbull: una alteración del instinto que anula su impulso de autoconservación. Se le utiliza para atacar reses grandes y corpulentas, contra las que pelea hasta morir, él solito. El problema es que McCain tiene mucho más movilizadas las bases republicanas que Obama las demócratas, y no es previsible que a los votantes independientes o centristas les seduzca el fiero pitbull. Con un poco de suerte, Mc Cain se ha equivocado.

http://www.abc.es/20080911/opinion-firmas/palin-pitbull-20080911.html

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