lunes, septiembre 22, 2008

Irene Lozano, El agua, mamma mia

El agua, mamma mia

IRENE LOZANO Lunes,

22-09-08
AH, sí. Quedaba por privatizar el agua en Madrid. Nos habíamos distraído. Menos mal que Esperanza Aguirre está en todo, y ya se ha puesto manos a la obra. El Canal de Isabel II es una empresa eficiente, cuyas campañas han resultado decisivas para fomentar el ahorro: cada madrileño consume unos 140 litros diarios de agua, mientras la media española se sitúa en 170. Repara las averías con rapidez y responde de inmediato a los avisos de fugas. Sus canalizaciones pierden en torno a un 15%, cantidad muy elevada, aunque inferior a la media. El Canal es una empresa pública que funciona: un mal ejemplo.
De su eficacia se beneficia la calidad de vida de los madrileños, pero disponer de un bien preciado y escaso a un precio razonable quiebra la lógica del mercado: si hay poca oferta y mucha demanda, el producto debería encarecerse, lo cual enriquecería a esos accionistas convocados por Aguirre para hacerse con el 49% de la compañía. Más de una vez ha asegurado la ONU que las guerras de este siglo serán por el agua, y en España ya hemos tenido algunos prolegómenos verbales. Cuando el agua adquiere el color del dinero se enturbia, aunque admito que las perspectivas de negocio son inmejorables.
Aguirre ha defendido la privatización por el bien del pueblo: los madrileños poseerán acciones de la compañía, será suya, ha dicho. Su recalcitrante populismo le ha inducido a error, porque resulta que ya los madrileños somos los propietarios del Canal, que ya es nuestro, precisamente porque es público. En realidad, lo que ahora es de todos pasará a ser de unos pocos.
La privatización del Canal no se lleva a cabo para estimular la competencia ni la eficacia, sino para erradicar la idea de que ciertos bienes merezcan ser salvaguardados del negocio, para extraer esa cuña insoportable en la lógica de la oferta y la demanda, y liquidar el pésimo ejemplo de una empresa pública eficiente. El Canal es la mala hierba que afea el lindo jardín de los prejuicios ultraliberales: ahora que Wall Street está volviendo, Aguirre está yendo; una conjunción pavorosa, la de los bancos en quiebra nacionalizados y el agua privatizada.
Cuando se hizo en el Reino Unido resultó innovador, pero ya no le granjeará a Aguirre el lugar de honor entre los políticos europeos que ella merece. Para lograrlo, no obstante, quedan piezas valiosas por cobrar, por ejemplo, la presidencia autonómica. ¿No ha pensado en privatizarse a sí misma? Eso sí sería revolucionario, verdaderamente rompedor a escala mundial: Comunidad de Madrid, S.A., directa al Ibex. Los ciudadanos asistiríamos en tiempo real al ascenso espumoso de su cotización; cada medida presidencial acarrearía el estallido de júbilo del dinero, no sordo y brumoso, como ahora, sino transparente y sonoro, un aplauso constante, una apreciación infinita de las acciones: la ganancia perpetua de los mercados. Y constataríamos que gobierna para ellos, algo de lo cual hoy sólo albergamos la sospecha.

http://www.abc.es/20080922/opinion-firmas/agua-mamma-20080922.html

No hay comentarios: