Ignacio Marco Gardoqui, Sigue la tormenta

Sigue la tormenta

18.09.2008 - IGNACIO MARCO-GARDOQUI

Ayer no hubo reposo en la tormenta que azota a los mercados financieros. La Reserva Federal se vio obligada a abandonar de nuevo sus principios y aplicar otra vez la ayuda pública para salvar de la quiebra a la mayor aseguradora del mundo. La decisión era ciertamente peliaguda. Por un lado estaban en riesgo un volumen de activos por valor de un billón de dólares, casi el 80% del PIB español, y un juego de compromisos cruzados igual de apabullante. Por otro, existía el precedente de las actuaciones llevadas a cabo en los casos de Merrill Lynch y Bear Stearns que encontraron cobijo en otras entidades. Por un tercero, estaba bien reciente la caída de Lehman Brothers y, por último, la operación costaba 85.000 millones de dólares. Es decir, se han intentado todas las opciones, se ha puesto todo el dinero imaginable y, sin embargo, hasta ahora no se ha conseguido traer la calma a los mercados.
Incluso la SEC -el equivalente a la Comisión Nacional del Mercado de Valores de España- tuvo que prohibir algunos sofisticados comportamientos bursátiles -las conocidas como posiciones cortas-, para evitar que la especulación dañase aún más las, ya de por sí suficientemente castigadas, cotizaciones de la gran banca de inversión que se mantiene en pie. La situación es ciertamente compleja. El sistema financiero es capaz de soportar situaciones de escasez de dinero o de rentabilidades limitadas, pero no puede hacerlo si la confianza huye de los clientes. Por eso, en estas situaciones, es tan importante el papel de los organismos oficiales que son los únicos que pueden recomponerla cuando está deteriorada.

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