jueves, septiembre 18, 2008

Ignacio Camacho, Las uvas del lobby

Las uvas del lobby

IGNACIO CAMACHO

Jueves, 18-09-08
HAY un fenómeno anómalo en esta crisis, y es el silencio de la patronal mientras se desploma el tejido productivo. Que no píen los sindicatos tiene su lógica, porque son de la cuerda del Gobierno y además Zapatero se ha puesto rumboso a cuenta del déficit para que no le tosan: sube los sueldos de funcionarios y pensionistas, amplía los subsidios y derrama fondos de formación y otras partidas que engrasen los aparatos de la burocracia sindical. Pero la callada del empresariado resulta sospechosa. Quizá es que, como el Lazarillo de Tormes, algunos estén comiendo las uvas de tres en tres mientras otros las toman de dos en dos. En los clásicos siempre se encuentran explicaciones y enseñanzas.
Algo debe de ocurrir, desde luego, para que la CEOE muestre ante la recesión una boca tan chica en tanto los juzgados concursales rebosan de suspensiones de pagos y en los sociales se empiezan a acumular los eres. La derecha política se desgañita sola en el Congreso pidiendo reformas estructurales que apenas reclaman sus presuntos beneficiarios. En la cúpula de los patronos hay un tapón que cierra el paso a la protesta, pero está mal apretado porque el malestar corporativo se escapa en burbujas gaseosas que amenazan con derramar el contenido la botella.
El presidente del Gobierno está aplicando la receta que lleva años dándole resultados a Chaves en Andalucía. Consiste en tratar a la organización empresarial como un lobby, manejándola a través del tráfico selectivo de favores. Para eso tiene a los hombres de Sebastián, que son como los hombres de Paco pero algo más espabilados, y practican entre la alta empresa la diplomacia florentina de los contratos y la ingeniería de fusiones. Taguas, el ex asesor de Moncloa, está incrustado en la patronal del ladrillo; Gómez Navarro pastorea las Cámaras de Comercio y Javier de Paz oficia de explorador de los tiburones financieros e industriales por los pasillos del poder, en los que se pueden encontrar ayuda o créditos para reflotar grupos en apuros si se sabe dar con el despacho adecuado o acudir al almuerzo oportuno. Al que se equivoque de resorte lo dejan caer, como aviso para navegantes despistados.
La marejada de la CEOE tiene que ver con esos tejemanejes. Vencido de la edad, como Quevedo, Cuevas soltó el timón en un hombre, Díaz Ferrán, que tiene vocación de lobbysta, pero lo dejó rodeado de sus pretorianos. Éstos se han rebelado porque sospechan que el nuevo timonel sólo pretende llegar a su puerto privado, ayudado de prácticos socialdemócratas. Al fondo del problema late un defecto estructural de nuestra democracia, en la que los llamados «agentes sociales» se han quedado pendientes de modernización, desfasados en una transición a medio hacer y con demasiados tics enquistados procedentes del viejo verticalismo. Sindicatos que no defienden a los parados y patronales que ignoran los problemas de sus socios rodean el pesebre del poder en busca de posiciones de ventaja. Lo peor es que casi siempre las consiguen.

http://www.abc.es/20080918/opinion-firmas/uvas-lobby-20080918.html

No hay comentarios: