jueves, septiembre 18, 2008

German Yanke, El lema del autogobierno

jueves 18 de septiembre de 2008
El lema del autogobierno

Germán Yanke

Los debates en el Congreso de los Diputados son casi siempre aburridos, faltos de tono y de interés. No es que no haya buenos oradores, es que la inmensa mayoría de éstos no están en el Parlamento. Y los que, siendo excepción, han logrado un escaño parecen verse sometidos a los corsés de las estrategias partidistas. Pero, a pesar de todo, son significativos a menudo de por dónde va, no el país, pero sí la política.

Es significativo que, tratándose de la crisis económica o de la política de protección civil, porque el asunto da igual, se sucedan las intervenciones de nacionalistas y regionalistas en las que sus cuitas particulares (aquella promesa gubernamental, esta competencia, la otra infraestructura, etc.) tengan más peso e importancia que los temas generales, que son los que uno espera que se traten en la sede de los representantes de la soberanía. Pero no hay manera. Por el contrario, si algún orador despistado hace alusión en la Cámara a esta o aquella política autonómica se declara el anatema y se condena la intromisión. Así que, demasiado frecuentemente, el Congreso se convierte en la cámara de resonancia de agravios y solicitudes autonómicas, es decir, se empequeñece. Sí, se empequeñece pero revela el trazo de la política que padecemos.

Enrique Múgica, Defensor del Pueblo, sabe de ello cuando tiene que escuchar allí lo enfadados que están los diversos nacionalistas porque haya interpuesto un recurso de inconstitucionalidad contra ciertos artículos del Estatuto de Autonomía de Cataluña. "Métase en sus asuntos", vienen a decirle, cuando legalmente la posibilidad del recurso es uno de sus asuntos y no de otros. La ley no está por encima, al parecer, de los asuntos que los nacionalistas consideran suyos y sólo suyos por propia e inopinada voluntad. El presidente Rodríguez Zapatero, en su discurso de investidura, hizo referencia a una política de protección civil y también le salieron al paso los nacionalistas con la murga de sus competencias. Para que luego digan que una desorbitada reforma de los Estatutos no puede convertir el país en ingobernable...

A todos los políticos catalanes que consideran un intolerable agravio el ejercicio de las potestades que reconoce la ley o la simple discrepancia con su política habría que pedirles, serenamente, que se ocupen de sus asuntos. Ha comenzado el curso escolar y mientras en Vallirana los niños recibían sus clases en las dependencias de un restaurante. Muchos otros en barracones que el lenguaje oficial llama "aulas prefabricadas", el señor Carod-Rovira ha concedido una ayuda de casi tres millones de euros para que se enseñe catalán en algún pueblecito del sur de Francia. Mi corresponsal se pregunta, con ironía amarga, si en Vallirana, al menos, los niños podrán estudiar, ya que están en un restaurante, "a la carta". Para paliar la crisis, la de algún distribuidor se entiende, la Generalitat concede una subvención para que los productos catalanes se vendan un 20% más barato.

Así están las cosas, en Cataluña y en muchas otras comunidades autónomas que, en vez de ocuparse razonablemente de lo suyo, se dedican a reclamar bilateralidad y privilegios. "Nadie más que nosotros y, desde luego, jamás el Estado" parece ser el lema del autogobierno en la hora presente. ¿Y los ciudadanos? Que paguen.

http://www.estrelladigital.es/ED/08-09-18/40911.asp

No hay comentarios: