martes, septiembre 09, 2008

Ferrand, Marimantas y lecheras

martes 9 de septiembre de 2008
Marimantas y lecheras
Disminuir tamaño del textoAumentar tamaño del texto POR M. MARTÍN FERRAND Martes, 09-09-08
Aunque la palabra marimanta está menos viva que cuando yo era niño, sigue figurando en el DRAE y, a falta de ocupaciones de mayor provecho, José Luis Rodríguez Zapatero trabaja activamente para recuperarla. Al presidente del Gobierno, cuya enjundia es de muy difícil evaluación, le gusta hacer de marimanta y, a la menor oportunidad y para conseguirlo, simula ser un fantasma capaz de acoquinar a los más ingenuos de todo el país. Ahora, en una gran pirueta ética, la ha tomado con la Iglesia y, sin venir a cuento y en solo un par de días, ha puesto sobre la mesa el proyecto de una nueva Ley del aborto, el suicidio asistido -un paso más allá de la eutanasia-, la solicitud a las parroquias para elaborar el censo imposible de los asesinatos de la Guerra Civil -con más énfasis en un bando que en el otro- y, como de propina, la eliminación de crucifijos y otros símbolos de fe en los actos oficiales.
Del mismo modo que, cuando niños, no sabíamos distinguir un marimanta de un fantasma verdadero, que no digo yo que no los haya, muchos obispos y muchísimos sacerdotes andan asustados, inquietos, con el revuelo laico de Zapatero y su muchachada. No se dan cuenta de que, a falta de un proyecto de Gobierno y de fórmulas paliativas de la crisis, tienen que entretenernos de algún modo. Lo de Caperucita Roja ya no le conmueve a nadie y ha sacado del baúl de los recuerdos algo que aquí gusta mucho, el anticlericalismo. La cosa tiene poco sentido porque con los curas nos ocurre algo parecido que con el lince ibérico: se extinguen y todos pagaremos el desequilibrio ecológico y social al que nos conducen ambas desapariciones.
A Zapatero le asusta tanto la crisis que no quiere hablar de ella y cualquier pretexto le va bien para desviar la atención de la ciudadanía. Se equivoca. Un garrotazo esperado, recibido con la plena advertencia de que nos van a sacudir la badana, duele menos que otro de igual intensidad propinado por sorpresa. La sociedad se acostumbra a todo -¡qué remedio!-, pero no le gustan los sobresaltos. Tan nervioso está el líder socialista que ha vuelto a utilizar el muñequito estelar en sus espectáculos de ventriloquia, José Blanco, para hacerle decir que Mariano Rajoy es «un patriota de pacotilla» y que el rumbo de la política del PP «lo marca Esperanza Aguirre».
Supongo que ser patriota de pacotilla es algo más que no ser patriota. ¿Lo es quien, en situación comprometida y por no perjudicar su propia imagen, deja la Nación a la deriva? Además, no se entera de lo que pasa. El rumbo del PP lo traza ahora, esos son la novedad y el riesgo, Javier Arenas. Rajoy sigue preparándose para ser un gran presidente del Gobierno. Lástima que no se aplique con la misma intensidad para llegar a serlo. La lechera del cuento hacía algo parecido hasta que se le rompió el cántaro.


http://www.abc.es/20080909/opinion-firmas/marimantas-lecheras-20080909.html

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