jueves, septiembre 18, 2008

Ferrand, Ciudadanos de primera

Ciudadanos de primera

M. MARTÍN FERRAND

Jueves, 18-09-08
TODO parece indicar que, contra los pronósticos iniciales, Pedro Solbes sacará adelante en el Congreso los Presupuestos Generales del Estado. A partir del incomprensible dicho popular que asegura un roto para cada descosido, el PNV y el BNG, acólitos de pago y circunstancia, respaldarán al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero para evitarle el sonrojo de un fracaso parlamentario. Por el momento hay que recordar a los sabios depredadores de Hacienda que, en tiempo de crisis, la actividad económica acarrea un inevitable descenso en las recaudaciones del IVA y el IRPF y que la prudencia, que no es de derechas ni de izquierdas, anuncia una previsión muy pesimista en los ingresos del Estado y, por ello, aconseja la reducción drástica del gasto público.
Solbes, que no aprendió lo suficiente cuando cocinó la crisis que terminó expulsando a Felipe González de La Moncloa, no parece tener muy clara la idea de la moderación en el gasto y ello le acredita como un buen socialista. Utilizando como recadera a la ministra de Administraciones Públicas, Solbes le ha hecho saber a los sindicatos -¡antes que a los parlamentarios!- que los funcionarios públicos se beneficiarán de un incremento salarial de 3,875 por ciento. Algo, sin duda, muy social y benéfico que, en los planteamientos generales de la economía nacional, constituye un disparate despilfarrador.
En España tenemos, redondeando, 2,5 millones de funcionarios. La mitad presta sus servicios en las Autonomías, 800.000 en la Administración Central y algo más de medio millón en los Ayuntamientos. Son muchos funcionarios: uno por cada 18 habitantes. Puede consolarnos pensar que en Francia, el país más burocratizado del mundo y el que asiste a su propia decadencia con mayor señorío, cuenta con un funcionario por cada 12; pero, en una organización más ejemplar y próspera, Alemania, la ratio no llega a uno por cada 25.
La congelación salarial de los funcionarios -dolorosa e impopular- es una medida de las que están en los manuales para atajar una crisis económica tremenda y demoledora; pero, como se demuestra, el zapaterismo es una forma de Gobierno que consiste en anteponer los intereses electorales del PSOE a cualquiera otro y, por supuesto, a los de la Nación. Los puritanos radicales que, en el XVII, le dieron cuerpo nacional a Nueva Inglaterra solían repetir una frase de su más afamado pastor, John Cotton: «Una ley es tanto menos provechosa cuanto más huele a hombre» y, por lo que se nos anuncia, la Ley de Presupuestos que perpetran Zapatero y Solbes no es que huela a hombre, apesta a compañerismo. ¿Alguien le garantiza los ingresos, sin incremento, a los trabajadores autónomos que, además de ser tantos como los funcionarios, corren con la mayor aportación a las cajas públicas?

http://www.abc.es/20080918/opinion-firmas/ciudadanos-primera-20080918.html

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