martes, septiembre 23, 2008

Ferrand, Bombas y politica

Bombas y política

M. MARTÍN FERRAND

Martes, 23-09-08
ASEGURAN los más acreditados estudiosos de ETA y de la patología social y política que la banda es capaz de alentar y mantener que la organización terrorista necesitaba una exhibición de fuerza. Tras haberse quedado sin los interlocutores visibles que le aportaban un cierto respeto entre sus propias bases y patrocinadores y recuperado el entendimiento entre el PSOE y el PP en las líneas básicas de la lucha contra el grupo asesino, les resultaba imprescindible presumir de musculatura. El capítulo fundamental de su financiación, el chantaje, no funciona sin el estímulo del miedo y los tres atentados perpetrados por el nuevamente renacido «comando Vizcaya» han sido tres pregones de terror con destinatarios específicos.
En este resurgir asesino de quienes se disfrazan de patriotas vascos para justificar su reprobable conducta hay dos notas básicas que ponderar. Una, la primera, reside en el hecho de que la fortuna, que suele ser caprichosa, se puso esta vez del lado de la Ley, el orden y, en lo que cabe, de los valores que emanan de la Constitución. El balance mortuorio podría haber sido, tanto en el atentado contra la comisaría de la Ertzainza en Ondárroa como en el dirigido contra Caja Vital en Vitoria, de mayor cuantía. En el de Santoña, igualmente, una única víctima mortal entra en el capítulo de lo milagroso. La otra, políticamente más significativa, es el estreno de la Ertzainza como objetivo directo y concreto de los asesinos independentistas. Se hablaba de la confusión en el seno de la banda a la hora de plantear una estrategia que, básicamente, busca el diálogo con el Gobierno de España -tal y como se lo regaló José Luis Rodríguez Zapatero en la legislatura anterior-; pero ya no hay duda, el PNV entra en el punto de mira de los etarras.
Después de la ilegalización de ANV y del PCTV era previsible una reacción etarra; pero el golpe judicial que esas ilegalizaciones significan ha debido de dolerles más de lo previsto. ETA tiende a despreciar, con alarde gestual, todo cuanto surge de la acción de la Justicia en la condena y castigo de sus actos delictivos. En esta ocasión hay un salto cualitativo que, en el retorcido caletre de los terroristas, parece un acto de «respeto» a los tribunales. Aspiran a conversar, de igual a igual, con el Estado y terminan por reaccionar irreflexivamente contra la decisión de uno de sus poderes. Es algo que no encaja bien con la tradición de la banda ni con la tipología de sus matones conocidos.
Dando por buena y oportuna la reacción del Gobierno y el proclamado apoyo del principal partido de la oposición, lo que ahora está por ver, en la reacción política consecuente con los hechos, es el juego de Juan José Ibarretxe y, por extensión, de un PNV más distanciado de lo que parece de su hombre en Vitoria. Es fundamental enfriar el corazón para que funcione la cabeza

http://www.abc.es/20080923/opinion-firmas/bombas-politica-20080923.html

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