martes, septiembre 23, 2008

Desproposito de Solbes

24-IX-2008
Despropósito Solbes
Ahora, dicha toda la verdad, sólo cabe preguntar: ¿por qué no lo ha reconocido antes? ¿Por qué mintió a los españoles en la campaña electoral? Y, por último, ¿por qué no ha hecho nada?

Hace año y medio, en la primavera de 2007, todos los observatorios económicos independientes vaticinaban una profunda crisis que afectaría de lleno a la economía española. Por aquel entonces, Pedro Solbes, interpelado por la prensa acerca del pinchazo en la construcción, aseguraba que lo máximo de lo podía hablarse era de una "ligera desaceleración" que no pasaría de ahí. Ese era el pronóstico de la persona que mejor informada debería estar sobre la previsiones económicas en toda España. Pero como aún era pronto todo el mundo tragó, que es de lo que se trataba.

Naturalmente, la ligera desaceleración no fue ni ligera ni desaceleración. Pocos meses después estalló con virulencia la crisis subprime en Estados Unidos y el mercado financiero, el mismo que permitía a los españoles endeudarse sin límite, se secó sin remedio. Hace exactamente un año la crisis era ya una realidad y no un simple augurio interesado para estropearle la precampaña al PSOE. Pero Solbes seguía sin verlo y, lo peor, seguía inventándose fantasiosas predicciones a corto plazo con intención de allanar la carrera de las urnas, que por entonces se antojaba complicada y llena de obstáculos para el inquilino de la Moncloa.

Así, por ejemplo, aseguró que la crisis de liquidez no afectaría a España, demostrando una ignorancia rayana en lo supino respecto a los mercados financieros que, por su propia naturaleza, son internacionales y están perfectamente intercomunicados. Ignorancia a la que, tres meses después, habría que sumar la irresponsabilidad, porque Solbes, desconociendo la razón por la cual la materias primas –y por tanto los precios– subían sin parar, despachó el problema de la inflación alegando que no era un "tema excepcional". No lo sería para él, claro.

De cara a las elecciones el suma y sigue de desatinos fue in crescendo hasta que, metido hasta las cejas en la campaña, aseguró que España estaba lejos de la recesión, tanto en 2008 como en 2009. Las capacidad infinita de fabulación e inventiva del que había sido el "ministro serio" del Gobierno le valió la confianza de Zapatero, que lo paseó por los mítines del PSOE como el artífice de una legislatura milagrosa en lo económico. No había nada de eso, por descontado. Sólo un mes después de las elecciones Solbes empezó, tímidamente eso sí, a reconocer las dificultades trocando la "ligera desaceleración" de la primavera anterior por una "desaceleración intensa". De crisis ni hablar.

Las buenas noticias, sin embargo, no se iban a acabar aunque la poltrona la tuviese garantizada por otros cuatro años. En abril dijo que la crisis de los años 90 fue "mucho más profunda" y que de esta "desaceleración significativa" saldríamos bien airados en el segundo semestre de 2009. Con todo, y aunque las "dificultades", que no crisis, fuesen "transitorias", éstas serían muy beneficiosas para la economía española y sólo afectarían a un "grupo reducido de población". Razón de más, junto al "ligero déficit" previsto para no preocuparse y, en consecuencia, no hacer nada.

En verano, la restricción del crédito en todo el mundo, la inflación y el hundimiento del sector de la construcción declaraban oficiosamente la crisis, pero el ministro seguía en sus trece negándose a reconocerlo. Y eso a pesar de que, antes de las vacaciones de agosto, revisó a la baja la previsión de crecimiento que había vendido alegremente a los votantes sólo cinco meses antes. ¿Pidió perdón por la estafa? No, muy al contrario, días después relativizó la situación arguyendo que había "ciudadanos a quienes no les ha afectado". Le faltó añadir que esos ciudadanos eran él mismo y toda la casta política, que nunca ha sabido de crisis.

En el mes de septiembre ha sido, después de año y medio, a Pedro Solbes se le han acabado las largas. No le quedan excusas y, si bien ha tardado en pronunciar la palabra maldita –crisis–sustituyéndola por la menos dramática –recesión–, al final le ha terminado por traicionar el subconsciente. La crisis actual es, efectivamente, la peor de cuantas se han dado desde que el ministro tiene uso de razón. Lo que viene a significar que este es el peor bache desde la posguerra. Ahora, dicha toda la verdad, sólo cabe preguntar: ¿por qué no lo ha reconocido antes? ¿Por qué mintió a los españoles en la campaña electoral? Y, por último, ¿por qué no ha hecho nada?


http://www.libertaddigital.com/opinion/editorial/desproposito-solbes-45513/

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