miércoles, septiembre 24, 2008

Demetrio, Teatro 'missing' y cuentos del plasta abuelo Cebolleta

jueves 25 de septiembre de 2008

DEMETRIO PELÁEZ CASAL

AILOLAILO

Teatro 'missing' y cuentos del plasta abuelo Cebolleta

Hubo un tiempo bastante cercano en el que por Santiago recalaban numerosas compañías de teatro que se encontraban de gira por toda España, e incluso el Principal llegó a acoger algún preestreno a nivel nacional, con la repercusión que tales iniciativas tenían a nivel mediático. A la rúa Nova llegaban con frecuencia grandes camiones atestados de focos, ropajes lustrosos y maletas hartas de chupar carretera, y alrededor de ellos pululaban auténticos monstruos de la escena que recorrían muchos miles de kilómetros al mes para cumplir los compromisos adquiridos en infinidad de ciudades grandes y pequeñas. Por supuesto, el desembarco de esas compañías se recibía siempre con júbilo y por lo general había puñaladas a la hora de conseguir un par de entradas para cualquiera de las dos o cuatro funciones que representaban por estos lares.

Algunos lectores jóvenes quizá puedan pensar que este menda está rememorando las típicas batallitas del abuelo Cebolleta, de cuando los actores se llamaban cómicos, viajaban todos juntos a bordo de autobuses destartalados por pueblos llenos de gallinas y dormían en habitaciones compartidas de pensiones gélidas, como los retrató, de una forma magistral, Fernando Fernán Gómez en el simpatiquísimo y sentimental Viaje a ninguna parte. No es cierto. Estamos hablando de hace solo una década o poco más, o sea, de anteayer como quien dice, pero las cosas han cambiado tanto desde entonces que parece como si hubiese transcurrido más de medio siglo. Lo triste es que han cambiado para mal, para muy mal, y Compostela ya no parece contar nada cuando las grandes compañías diseñan esas giras que duran meses o años.

El inconmesurable Agustín González, la siempre grande Nuria Espert, Florinda Chico, Silvia Munt, Pepe Rubio, Pedro Osinaga, Joaquín Kremel, Marsillach y otros muchos cómicos de primerísima fila -ya quisieran tener la mitad de ese talento numerosos dioses de barro del celuloide actual- desfilaron también en su día por el Principal, un Principal que parece haber perdido eso que los cursis llaman glamour, empuje y hasta vida, al igual que otros recintos culturales de la capital gallega que ni siquiera han podido sobrevivir para contemplar esta decadencia (la sala Yago, sin ir más lejos).

Los munícipes y mecenas culturales de esta santa ciudad alegarán al respecto, y no les faltará parte de razón, que el teatro sigue igual de vivo y que numerosas compañías locales y regionales representan aquí sus montajes, algunos francamente buenos y dignos de aplauso por el esfuerzo que supone poner en marcha productos atractivos con poco dinero, pero los tiros, amiguetes, no van por ahí. Tan sólo se trata de saber por qué antes podíamos disfrutar aquí de obras que ahora sólo se pueden ver en Madrid, Barcelona y también, ojo, en ciudades pequeñas que parecen estar más espabiladas. ¿Qué tal unas dosis de Pharmaton Complex?

http://www.elcorreogallego.es/index.php?idMenu=13&idEdicion=1017&idNoticiaOpinion=346257

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