martes, septiembre 02, 2008

Daniel Martin, La educacion va de culo

martes 2 de septiembre de 2008
La educación va de culo

Daniel Martín

La Comunidad de Madrid, que para algo debe servir, decidió desmarcarse del resto de Europa al no las pruebas del informe PISA sobre el nivel de estudios escolares. Esta decisión, que debe tener sus motivos, llevó aparejada la realización de unos exámenes propios cuyos resultados se conocieron el pasado viernes. Los estudiantes madrileños de 3º de la ESO —antiguo 1º de BUP— sacaron un 5,87 en la prueba de Lengua y un 3,64 en la de Matemáticas. Y eso que el examen lo hicieron los mismos que querían fardar de independencia y calidad en la enseñanza.
Lo curioso de este asunto es que estos nuevos resultados demuestran lo que muchos venimos diciendo desde hace tiempo: nuestro sistema educativo no funciona. Si a eso unimos el clima social de relajación moral donde los valores humanos son tan solo un estorbo que se opone al hedonismo al que se entregan muchos de los adolescentes españoles, nos encontramos con una situación realmente desesperada. De ahí que sea necesario un análisis de los resultados de las pruebas y de todo el entorno educativo:


Los niños actuales no aprenden matemáticas y eso nos coloca entre los países atrasados según las reglas mínimas de alfabetización de la UNESCO. El problema estriba fundamentalmente en que a los alumnos no se les hace trabajar la memoria —nada de tablas— y el razonamiento abstracto apenas se trabaja en los primeros años de escolarización. Un chaval de doce años tiene verdaderos problemas para aplicar a la realidad el teorema de Pitágoras. Asimismo, la nula exigencia para con los chavales hace que estos apenas se esfuercen cuando se les atraganta alguna asignatura. Con la nueva ley, podrán incluso llegar a Bachillerato sin necesidad de ir aprobando las matemáticas.


En cuanto a la lengua, el resultado de la prueba de Madrid es más que mediocre, por mucho que digan los responsables de Educación de la Comunidad. El examen estaba “chupao” y aún así no se ha llegado a una calificación media de bien. El problema es que la asignatura, además de compartir horario con Literatura, ha sido sustraída por lingüistas, filólogos y gramáticos estructuralistas que la deforman y alejan del idioma o “sentido común” del que hablaba Unamuno. Los alumnos son incapaces de entender muchas de las reglas técnicas y científicas que escapan a la lógica consustancial al lenguaje verbal. Por otro lado, los problemas terminológicos, donde el complemento de régimen de aquí es suplemento allá, y el determinante de allí es adjetivo determinativo acá, sólo sirven para confundir aún más a los alumnos. La lengua se ha convertido en una asignatura técnica que no ayuda a que los alumnos aprendan a leer, escribir, comprender, opinar, argumentar y, sobre todo, pensar.


En la mayoría de los colegios de Madrid no se dan cinco horas semanales de Matemáticas y Lengua. Es cierto que gozan de gran ventaja sobre los catalanes, que apenas dan nada de castellano. Pero estas dos asignaturas, junto a las clásicas Naturales y Sociales, son las básicas en cualquier sistema educativo, muy por encima de Plástica, Música, Educación Física, Religión, Tecnología o Educación para la ciudadanía. Si seguimos dando la misma importancia a todas estas asignaturas, vestiremos muy bien a unos chavales de mente fofa y escasamente crítica, poco o nada apta para cumplir con los deberes de un ciudadano responsable.


El principal problema del actual sistema educativo es que huye del rigor, la disciplina y la excelencia. Se deben exigir unos contenidos mínimos ambiciosos, imponer otra vez unas reglas disciplinarias que enseñen comportamientos respetuosos y éticos, y se debe premiar a los mejores al tiempo que hay que apoyar y ayudar a superarse a los que tengan mayores problemas con las asignaturas.


Todo esto será agua de borrajas mientras la Educación sea una competencia autonómica. Debe ser el Estado el que controle, cuando menos, los programas educativos para garantizar y exigir que todos los niños de España compartan unos conocimientos mínimos, tanto en lo matemático y lingüístico como en lo relacionado con la historia, la ciencia, la geografía y la filosofía.


Por otro lado, mientras los políticos continúen preocupados tan solo en los sistemas de concierto, los itinerarios, la especialización yerma del profesorado y demás zarandajas, la educación como tal continuará en unos mínimos que perjudican, y mucho, a los actuales escolares.
Cada vez que se publican los resultados de los estudiantes de secundaria de cualquier comunidad autónoma saltan las alarmas, pero nunca se hace nada. Al hablar con cualquier profesor universitario, su desánimo por la escasa base de los alumnos es enorme. Nos estamos convirtiendo en un país de analfabetos, pero los mandamases siguen empeñados en dar preferencia a la enseñanza de idiomas minoritarios, los afluentes del Pisueña o qué demonios es un sintagma adverbial. Así nos va, y peor que nos irá.


dmago2003@yahoo.es

http://www.estrelladigital.es/diario/articulo.asp?sec=opi&fech=02/09/2008&name=martin

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