jueves, septiembre 11, 2008

Contratacion en origen y desempleo

Contratación en origen y desempleo

Jueves, 11 de Septiembre de 2008

Por Xavier Rius Sant, periodista y autor de El Libro de la Inmigración en España (EL PAÍS, 11/09/08):

Si un acierto tuvo la política migratoria de Jesús Caldera fue la creación de dos procedimientos de contratación en origen para trabajos estables. Uno, por medio del catálogo provincial trimestral de empleos de difícil cobertura que permite contratar a un extranjero que está en su país, sin tener que esperar que el INEM certifique que no hay parados dispuestos a ocupar el puesto. Hasta entonces, esta comprobación de que no hubiera españoles en paro, hacía pinchar la contratación nominal. El sistema se ha utilizado tanto para traer a trabajadores recomendados por otro inmigrante que está en España, como para regularizar a alguien que está sin papeles. Puesto que la aceptación de la propuesta era automática, acto seguido se tramitaba el visado desde el país de origen. Tras dos años de funcionamiento, este sistema se encalló en algunos países por la demora en la tramitación del visado -que puede tardar ocho meses-, y el pequeño empresario que necesita un trabajador o la familia que precisa una cuidadora no pueden esperar tanto tiempo. El otro sistema es la contratación colectiva de trabajadores seleccionados en origen, cuyos visados se tramitan rápidamente desde la Unidad de Grandes Empresas de la Secretaría de Estado de Inmigración.

La situación hasta ahora es que la contratación en origen para trabajos estables sí funciona para las grandes empresas, pero no tanto para el pequeño empresario. Y da la impresión de que se utiliza la demora en los visados para frenar el flujo. El sistema no es perfecto, pero permitió en 2007 traer a 200.000 inmigrantes. Y la consecuencia lógica al pinchazo de la construcción y al incremento del paro estaba siendo la eliminación de la construcción y otros trabajos de los catálogos provinciales, mientras en muchos lugares se iniciaban programas para recolocar trabajadores de la construcción en agricultura u hostelería. Pero más allá del paro actual -como bien explicaba en las páginas de Negocios de EL PAÍS, el pasado día 7, Alfonso Jiménez en el artículo La demografía impacta en la empresa- pese a la recesión, la caída demográfica de los años ochenta y noventa provoca que se vayan a necesitar cientos de miles de nuevos inmigrantes. Y todos sabemos que continúa habiendo una gran cantidad de empleos que muchos españoles, pese a estar en paro, rechazan por su horario o su poca consideración.

Pero el ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, en unas declaraciones que no pueden ser fruto de la improvisación, anunció la reducción “casi a cero” de la contratación en origen. Anuncio que gustó al PP, desconcertó a empresarios y sindicatos y desautorizó la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega. Pero con esta nueva propuesta, Corbacho vuelve a lanzar un mensaje que puede entenderse como una culpabilización a los inmigrantes del incremento del paro. Propuesta sin rigor, pero con una moraleja que penetra en la ciudadanía, como la que hizo hace unos meses sobre la invitación a marcharse a los inmigrantes en paro.

La propuesta de cobrar el subsidio de paro de golpe, a cambio de renunciar al permiso de residencia, olvidaba que los extranjeros más vulnerables a la hora de perder el empleo son los que poseen el permiso inicial o su renovación, es decir, los que se regularizaron hace tres años o llegaron después. Y quien ha cotizado sólo 15 o 30 meses, no tiene derecho a esas prestaciones que se estimaron suficientes para el retorno de 9.000 o 15.000 euros. A los que podría satisfacer la propuesta por tener derecho a una prestación importante son los que han cotizado cinco años. Éstos ya no están atados por el permiso de trabajo inicial a un sector, por lo que lo tienen más fácil para insertarse en otra actividad. Pero en el caso que no encontraran empleo, tras quedarse en paro, si llevan en España cinco años, en la mayoría de casos tendrán aquí a su familia, y es poco probable que renuncien al permiso de residencia y a todas las prestaciones educativas y sanitarias. Además, al estar aquí con familiares, soportarán mejor un periodo de desempleo dado que otros familiares trabajarán. Sugerir, como dijo Corbacho, que para solventar el paro cientos de miles de inmigrantes debían aceptar el subsidio y marcharse es mentir, dado que la mayoría de inmigrantes en paro no tienen derecho a ese subsidio. Anunciar que a causa del paro en unos sectores debemos reducir casi a cero la llegada de inmigrantes, también es faltar a la verdad.

Corbacho, con sus propuestas, recuerda a quien fue en 2002 el delegado del Gobierno para Extranjería, Enrique Fernández Miranda -el cual, argumentando que había 100.000 extranjeros inscritos en el INEM, eliminó la contratación nominal del llamado Régimen General- y lo que generó fue las mayores llegadas de irregulares. También anunció que se pagaría el billete de avión a decenas de miles de ecuatorianos para que regresaran a tramitar el visado y, ante lo disparatada de la propuesta, se le desautorizó. Corbacho, como cuando antaño Fernández Miranda repetía el mensaje de que la inmigración está tocando techo, miente a la ciudadanía. Y a la ciudadanía hay que explicarle que la inmigración, pese al paro en unos sectores, seguirá creciendo.

http://www.almendron.com/tribuna/22087/contratacion-en-origen-y-desempleo/

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ver 3r anuario de la comunicación inmigrante en España, editado por Étniacomunicación, octubre 2008
www.mundoetnia.com
Autores: Juan Antolín, Pablo Alonso, Joaquín Arango, Isidoro Arroyo, Juan Pedro García, José Antonio Herce, Catalina Iliescu, Ángel López, Xavier Rius, Paz Ulloa y otros

Anónimo dijo...

Viernes, 13 de Marzo de 2009 00:00

RETROCESO EN LA LEY DE ASILO
Sin la trascendencia que merecería, el Congreso de los Diputados está debatiendo estos días el proyecto de Ley del derecho de asilo, es decir de lo que se conoce popularmente como el asilo político o refugio que se concede en los países democráticos a una persona que está perseguida por motivos políticos, étnicos, religiosos, conflicto bélico, etc en su país.

Ley que no se plantea como una reforma de la de 1984, sino como un nuevo texto que debe adaptarse al Sistema Común de Asilo de la Unión Europea y que coincide con los 25 años de la regulación del derecho de asilo y refugio en España. Si bien se creía que se debatiría casi simultáneamente a la reforma de la Ley de Extranjería que el Consejo de Ministros anunció en diciembre, eso no va a ser así dado que la Ley de Extranjería todavía no ha sido remitida formalmente al Congreso, teniéndose la esperanza en el seno de las asociaciones del ámbito de asilo y refugio, que si bien la nueva ley de extranjería significaría un endurecimiento, el nuevo texto de asilo mejoraría y ampliaría las garantías de los solicitantes.

Lamentablemente el nuevo texto de asilo va más allá de lo que exigen las directivas comunitarias y significa un retroceso en determinados aspectos que están a tiempo de ser subsanados si el Grupo Socialista atiender ahora las críticas planteadas por diferentes asociaciones de derechos humanos y la misma Comisión Española de Ayuda al Refugiado y que han sido recogidas en forma de enmienda por Iniciativa per Catalunya, Izquierda Unida, Esquerra Republicana, CiU y los nacionalistas vascos.

Pese a que ni la Ley de Extranjería ni la de Asilo deben modificarse exclusivamente desde una visión de coyunturalidad ni de oportunidad política, es un hecho que España está a la cola de la cifra de solicitantes de asilo. Así de los 7.664 demandantes de de 2007 se pasó sólo 4.561 en 2008, cifra más baja desde 1989. Y de éstos sólo se concedió el estatuto de refugiado u otra protección complementaria a 544 a en 2007 y a 277 en 2008 —lo que significa un 8’38% y un 5’34% del total—. Cifras contrastan con los 35.164 solicitantes que tuvo Francia en 2008, los 24.353 de Suecia, los 22.530 del Reino Unido, los 21.371 de Alemania o los 19.884 de Grecia. El blindaje de fronteras de Ceuta y Melilla, ciertamente eficaz gracias a la colaboración de la policía y el ejército marroquí —que defiende unas fronteras que jurídicamente Marruecos no reconoce— y la externalización del control de fronteras con el apoyo del programa europeo FRONTEX que permite a España frenar la salida de cayucos desde Senegal, Gambia o Mauritania, han influido en esta disminución del número de solicitantes de asilo.

Si se dificulta la llegada desde África a territorio español, para solicitar el asilo quedan pues otras vías como la solicitud en frontera terrestre española, en aeropuerto de destino o tránsito o, sobretodo, la petición en las embajadas españolas. Recordemos, por ejemplo, el papel que jugaron las embajadas y consulados extranjeros en golpes de estado como el de Pinochet en Chile, que acogieron a miles de demócratas que, poco a poco, fueron abandonando el país andino con el estatuto de refugiado concedido. Pues bien, el actual proyecto de ley elimina la posibilidad de solicitar el asilo en las embajadas o consulados españoles. Además refuerza la figura de país de origen o de tránsito considerados seguros, con lo que al ser “seguros” Portugal, Andorra y Francia, liberará a las autoridades españolas de admitir a trámite a quien llegara a frontera española por tierra desde esos países o por avión si el solicitante hubiera tomado el vuelo en otro país considerado “seguro”. El actual redactado parece hacer más débil la garantía de la asistencia del abogado, agiliza la capacidad de inadmitir a trámite solicitudes y quita valor al informe favorable a la admisión a tramite de la solicitud que pueda emitir el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). Además este informe favorable del ACNUR ya no garantizará la paralización suspensión temporal del retorno forzado o expulsión.












Xavier Rius Sant es periodista y autor de El libro de la inmigración en España



Usar puntuación: / 55
MaloBueno