domingo, septiembre 21, 2008

Araceli Medrano, Más allá del estrés

Más allá del estrés

22.09.2008 - ARACELI MEDRANO| DOCTORA EN PSICOLOGÍA. PROFESORA DE LA UNED

ÁLVARO SÁNCHEZA muchas personas, cuando regresan de las vacaciones de verano les resulta difícil retomar el ritmo diario que se inicia con el sonido del despertador, y que implica la estructurada repetición de los hábitos construidos en torno a la vida laboral, familiar o social.
En este proceso transitorio de adaptación algunos sujetos padecen una sensación generalizada de agobio, acompañada de síntomas de ansiedad, cansancio, angustia, insomnio e irritabilidad. Esta serie de manifestaciones se pueden asociar al denominado estrés post vacacional, que no se considera como una entidad clínica, pero sí como un conjunto de síntomas que forman parte de un proceso de adaptación que genera cierto malestar.
Sabemos que este proceso de acomodación dura un breve periodo de tiempo, que varía en función de la estructura de personalidad de cada sujeto, del grado de bienestar durante el verano y del desencuentro que se produce con los conflictos previos no resueltos, ya que intensifican los síntomas asociados al estrés post vacacional.
Aunque se habla mucho del malestar que acompaña al estrés post vacacional, es aún más necesario nombrar los efectos positivos que a corto y a largo plazo producen determinados tiempos de descanso, como el periodo estival.
A veces, las vacaciones brindan la oportunidad de conocer los laberintos de esos espacios psíquicos íntimos, en los que se descubren recuerdos, pensamientos o emociones latentes, que posibilitan encajar y cambiar alguna de las piezas desordenadas de nuestro puzzle mental.
Algunos sujetos relatan que durante este periodo de tiempo en el que parece que predomina la pulsión de vida, han podido reestructurar algunos esquemas de su escala de prioridades y valores (que posteriormente se traduce en actos), y que este posicionamiento ha repercutido en su grado de bienestar.
Esta reordenación mental que se produce en los periodos de descanso, introduce cambios en la construcción que las personas realizan de su proyecto post vacacional.
Y no me refiero a esos buenos propósitos que surgen siempre en septiembre, como dejar de fumar, y que no se pueden sostener en Navidad; o a esos otros de corte imaginario como apuntarse a un gimnasio para adelgazar, o para solicitar un programa completo a la carta de ejercicios, nutrición y estética, que supuestamente ayudan a moldear una figura espléndida o a mejorar el estado psicofísico.
A lo que me refiero, es a ese tipo de cambios en la posición subjetiva que producen un 'lifting' mental duradero en la interrelación que se establece entre la realidad, el placer y un principio del deber más bien de orden ético.
Por ejemplo, algunas personas relatan que cambia su identificación en relación a los mandatos mortificantes de orden imperativo que se han interiorizado respecto a lo que debemos ser, o lo que debemos hacer, en contra siempre de lo que realmente queremos, y que dirigen de manera destructiva al sujeto. Estos mandatos y estos ideales que provienen de identificaciones a las expectativas del otro, aportan un plus de estrés innecesario, y en algunos casos autodestructivo.
Sin embargo, estar más en contacto con la particularidad de nuestras necesidades y deseos repercute en la salud mental y favorece que se exprese lo mejor de nuestra capacidad y de nuestra potencia vital.
Quizás, la vuelta de las vacaciones pueda convertirse en un momento estimulante en el que el trabajo y la estabilidad que proporciona la rutina cotidiana, no sea incompatible con la puesta a punto de un deseo subjetivo dinámico que genera proyectos e introduce algún cambio en la esfera personal, o en el ámbito laboral, político, o social.
El grado de bienestar del sujeto tiene que ver no sólo con su disposición para acomodarse a los cambios propuestos, sino también con su capacidad para aprender y generar ciertos cambios en la dirección en la que apuntan sus proyectos y su decidida apuesta.

http://www.elcorreodigital.com/vizcaya/prensa/20080922/opinion/alla-estres-20080922.html

No hay comentarios: