jueves, agosto 21, 2008

Felix Arbolí, ¿Que tipo de crisis tiene usted?

jueves 21 de agosto de 2008
¿Qué tipo de crisis tiene usted?

Félix Arbolí

T ODOS hablamos de crisis y nos regodeamos en ello. Los recalcitrantes de siempre aprovechan la oportunidad y llenan las páginas de malos augurios, críticas exacerbadas y ofensivos epítetos a diestra y siniestra según la orilla en la que acostumbren a nadar, casi alegrándose de que hayan encontrado un motivo para airear los trapos sucios del adversario. Desde que amanece, en la prensa, hasta que anochece, en las últimas noticias de la “tele”, no se habla de otra cosa, incluidas las charlas vecinales, los comentarios de tertulias y los debates familiares, donde abundan tendencias a veces cercanas y otras muy distantes. La crisis se ha convertido en el “pan nuestro de cada día”, no por lo que nos alimenta, sino porque que la necesitamos como pretexto para opinar sobre un tema que al parecer a todos interesa y en el que creemos poseer la solución, como si fuésemos portadores de la varita mágica del hada de Cenicienta, para convertir las hipotecas y préstamos reales en calabazas y ratones imaginarios, dándole la vuelta al famoso cuento. Tengo una vecina que dice que pasa las crisis a base de pepinos. Si, no se rían, ni piensen mal, comiéndoselos crudos en cuanto se siente estresada. Yo no creo en la eficacia de esta cucurbitácea para atajar estos sofocos y depresiones, pero en su caso lo justifico ya que se halla embarazada. ¿Capricho o añoranza?

Pero, ¿qué es la crisis?. En el diccionario hay tantas versiones como uno quiera considerar. Está la de la enfermedad cuando se produce un cambio brusco por mejorar o empeorar el enfermo. La mutación importante en el desarrollo de procesos físicos, históricos o espirituales, (muy frecuentes en nuestros días) y las dificultades graves en el proceso de un negocio cuando está en duda su continuación o cese, que es lo que está ocurriendo actualmente. De manera genérica se conoce como crisis la escasez o carestía aguda en la economía de una familia, comunidad o nación e incluso a nivel internacional, ante una situación muy complicada. Sin olvidar las de gobierno cuando se producen cambios importantes e imprevistos entre los ministros de un gabinete, con ceses y nombramientos inesperados a causa de sus errores o por el capricho de su presidente buscando nuevos favorecidos. .

En España hablar de crisis se refiere casi siempre al aspecto económico y es un tema bastante reiterativo. Si repasamos nuestra Historia Contemporánea, desde los tiempos en que los monarcas dejaron de ejercer para dedicarse a relaciones públicas internacionales y contemplar el panorama desde su atalaya, las crisis se han sucedido como los meses en el calendario ya que somos gentes muy dadas a controversias, opiniones enconadas, consejos interesados y vaticinios favorables o desfavorables sobre toda clase de cuestiones aunque no entendamos de nada. En cada español existe o cree él que existe, que no es igual, un Séneca puesto al día, sin darnos cuenta que el papel de la antigua Roma que más nos cuadra en es el de Bruto y no por su nombre, sino por su acción, aunque en algunos sea por ambas cosas.

Yo creo que por encima del problema del petróleo, que es de una importancia vital, está la corrupción política imperante en todos los niveles con la desaparición de muchos miles de millones que no se recuperan aunque se descubra y detenga al autor de la fechoría. Cinco años de cárcel, que quedan reducidos a dos por “buena conducta”, merecen la pena para algunos si a la salida les espera un futuro sin problemas. Esta crisis de honradez es cada vez más habitual y el tema más comentado en la prensa y noticiarios y por lo visto la norma de enriquecimiento más generalizada entre los sinvergüenzas que gozan del respeto de la sociedad. .

Pero tampoco los ciudadanos nos molestamos por suavizar y contrarrestar la crisis, ya que continuamos utilizando el coche para nuestros caprichos, disparando los gastos en rebajas innecesarias, que no son tan rebajas como las anuncian y marchándonos a veraneos y puentes carretera adelante aunque hayamos tenido que solicitar ese préstamo tan fácilmente concedido y tan difícil de pagar porque los meses corren más aprisa que el atleta Usain Bolt. No podemos omitir en este apartado la voracidad de un gobierno que nos ahoga con los impuestos, gravando en proporciones desmesuradas los carburantes que son necesarios, sin que baje el precio de la gasolina al consumidor, cuando desciende el del barril del crudo. Una fórmula impopular e injusta, si se piensa que no les debe faltar el dinero a nuestro gobierno cuando nuestra vicepresidenta lo reparte alegremente por los distintos países que visita intentando comprar el voto inmigrante para su partido, con el pretexto de la doble nacionalidad. Los millones salen de sus alargadas y

No olvidemos asimismo que en esta serie de crisis que estamos padeciendo, ocupan lugar destacado por el daño que causan a la sensibilidad del ofendido, las ostensibles diferencias entre comunidades que se erigen en “brahmanes” de la política y la economía y las que se ven forzadas a asumir el papel de parias o como máximo el de “sudras”. Una distinción que se está implantando a base de chantajes al gobierno y al empecinado propósito de anteponer las leyes regionales a las que rigen en la Constitución Nacional. Buscando una diferenciación que no tiene su origen en el nacimiento, como ocurre el sistema de castas de la antigua India, sino en las procedencias geográficas o regionales. Puro nazismo por su pretendida supremacía de razas o genes sobre el resto de las regiones, sin darse cuenta que en su mismo gobierno y más altas instituciones autonómicas abundan los que llegaron procedentes de otras tierras y han renegado de sus raíces para medrar en ese coto de ingenuos que se creen privilegiados. A esto le llamo yo crisis de identidad. Aunque en lenguaje vulgar sería considerado opiniones de cretinos. Y si no que se lo pregunten a los extremeños…

Pero hay otras crisis porque existen demasiados “Geppetos” moviendo los hilos a su antojo y conveniencia y muchos más “pinochos” de largas narices y grandes orejas que se dejan manejar por los hilos de la insidia, la mentira y el egoísmo. Esto podríamos considerarlo crisis de personalidad y de carácter, porque están consiguiendo que el pueblo se arme tal lío que no sepa lo que está bien o mal, lo que le conviene o perjudica y a quien debe entregar su confianza o mirar con malas artes. Pero lo peor del caso es que se está extendiendo por nuestra geografía como una auténtica plaga y no se dispone de antídotos suficientes. Estamos aborregándonos y perdiendo la condición de animal racional, para quedarnos simplemente en la de animal domado. Aquí solo pueden razonar Pepiño, Rajoy y ahora también la Cospedal, Solbes para ver blanco lo que es más negro que el carbón, Fernández de la Vega cuando habla “ex.cátedra” después de los Consejos de Ministros, Zapatero si le dejan la frase preparada y en otra escala no exenta de trascendencia Ibarretxe o Ibarreche, Carod Rovira, Montilla (el cordobés injertado en Cataluña), y un tal Pérez Touriño, que rige de momento los destinos gallegos. A los demás solo les dejan asistir como extras en este gran teatro de la política española. Comparsas de un circo en que no se llega al límite del más difícil todavía.

Nadie quiere destacar, para que no les tachen de meapilas y ratas de sacristía, la crisis religiosa o carencia de fe que estamos viviendo. Un difícil e importante problema al que nos enfrentamos en este tornadizo país que hoy se acuesta rezando y mañana se levanta quemando iglesias. Está de moda el blasonar de ateísmo, de falta de fe y de sentir un vacío espiritual en el más amplio sentido. Goza de constante actualidad el chiste blasfemo, el escarnio a la Iglesia y la generalización del escándalo de algunos pocos que con aviesa intención lo hacen extensivo a toda la comunidad católica. Los petimetres de las letras, artistas de escaso calado y políticos ineptos, buscan alcanzar la notoriedad que su escasa inteligencia no le permite con la procacidad y la crítica a todo lo sagrado, como si la ausencia de religión en sus vidas, y de manera especial la católica, fuera el soporte principal para mantenerse activo y destacado. Hoy es muy difícil entrevistar públicamente a una figura, sea de la faceta que sea, que manifieste y se precie de ser católico y cumplir con sus deberes como tal. Parece como si esta demostración de fe religiosa le hiciera perder puntos en el ranking de los falsos privilegios.

Y esta crisis de fe da origen a una laxitud de conciencia que nos impide diferenciar lo que es correcto y honesto de lo que es falso y deshonroso y obrar en consecuencia. Se acepta el aborto como un derecho de la mujer, sin tener en cuenta que se está asesinando a un inocente al que le niegan su indiscutible derecho a la vida. Pero está mal visto socialmente atacar esta injusta manera de comportarnos con los que hubieran podido llegar a ser nuestros hijos. ¿Cómo puede tener justificación eliminar en el cuerpo de una madre, que debería ser un lecho de amor y protección y lo han convertido en campo de exterminio, ese trozo de vida que se aferra a ella para desarrollarse y nacer?.

Se admite el divorcio con tan fácil y frecuente permisividad que el matrimonio raya en el esperpento y la frivolidad como se si tratara del estreno de un traje que podrá ser reemplazado en cualquier momento sin mayores consecuencias. Hoy se rompen los matrimonios, incluso los eclesiásticos por un simple capricho o causas injustificadas e intenciones nada honestas, sin tener en cuenta el daño que causan al cónyuge y sobre todo a los hijos que adquieren complejos de las antiguas maletas de cupletistas en su continuo traslado de un lugar a otro, según acuerdo de sus irresponsables padres que se los reparten y cuestionan sin tener en cuenta sus preferencias y mejores condiciones. Este cambio de parejas y escenarios distorsionan la educación y el carácter de los hijos que terminan en muchos casos odiando a sus padres, enredados en la droga o sintiéndose huérfanos sin estarlos.

http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=4785

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