viernes, agosto 29, 2008

Cesar Alonso, Esta derecha nuestra

Esta derecha nuestra

CÉSAR ALONSO DE LOS RÍOS

Viernes, 29-08-08
Conciencia de perdedores. Todas las gentes conservadoras a las que he tratado durante el verano piensan que la derecha no volverá al poder en mucho tiempo. Es un estado de ánimo. Tienen el derrotismo de quienes piensan que la izquierda tiene un especial sentido para la conquista del poder y un virtuosismo mediático sin límites morales. En estas condiciones, sienten la soledad del PP como una desgracia insuperable. Ni siquiera traicionando los principios podrían conseguir los pactos necesarios. Por lo mismo les parece despreciable el aperturismo de los dirigentes populares. El desfondamiento es tal que ni siquiera conciben ya la victoria en una región donde, como en Galicia, el PP ha conseguido cuatro mayorías absolutas o dan por eterna la derrota en Andalucía o Extremadura, donde no existen partidos nacionalistas. En realidad, la necesidad del pacto con estos ha sido el producto de la propia dirección de la derecha que desde la transición los sobrevaloró tanto desde el punto de vista cuantitativo como desde el punto de vista democrático e incluso llegó a desconocer su naturaleza antiespañola.
A modo de apunte impresionista, el retrato de la derecha española se definiría por una desconfianza radical en sí misma como soporte de una expresión política. Se diría que aún sigue sintiéndose una invitada en las instituciones democráticas. Su defensa de éstas sería la de un nuevo rico, mientras la izquierda puede tener legitimidad para la transgresión en nombre de no se sabe qué estadio superior, «avanzado». Por otra parte, ¿acaso el progresismo no encarna los valores que les resultan más seductores a los conservadores? Sus propios dirigentes son intercambiables con los de la izquierda, con la desventaja de haber llegado al poder con un discurso muy distinto. Desde el punto de vista nacional no se atreven a defender que el franquismo, del que proceden sociológicamente, fue un hecho inevitable en 1936. Quieren olvidar las razones que llevaron a Ridruejo, Aranguren y Torrente Ballester a levantarse frente a la República. Mientras la izquierda reivindica la memoria histórica, la derecha oculta su pasado e incluso ha hecho del término derecha algo innombrable.

http://www.abc.es/20080829/opinion-firmas/esta-derecha-nuestra-20080829.html

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