domingo, julio 27, 2008

Salvaje ETA

lunes 28 de julio de 2008
Salvaje ETA
LA desarticulación del «complejo Vizcaya» de ETA tuvo el pasado viernes su prolongación con las detenciones en Francia de Asier Eceiza y Olga Comes. Eceiza está considerado como uno de los terroristas más cercanos al jefe de la banda, pero, sea cual sea su papel, su detención ratifica la buena marcha de la lucha contra el terrorismo y de la cooperación con Francia, asentada en los acuerdos de Perpiñán de 2001, que crearon los más eficaces instrumentos legales existentes en Europa para combatir a una organización terrorista que se siente vigilada de cerca por las Fuerzas de Seguridad, tanto españolas como francesas. Esto es lo que cabe esperar de un Estado de Derecho, más aún tras conocerse los sanguinarios planes del «comando Vizcaya», que pretendía secuestrar y asesinar a un concejal socialista de Éibar, Benjamín Atutxa, siguiendo el mismo patrón criminal del asesinato de Miguel Ángel Blanco, planes de secuestro de los que ABC dio cuenta hace un año. Los etarras desistieron de llevar a cabo tan salvaje crimen disuadidos por la escolta que protegía al edil socialista, pero el fracaso del plan no reduce la gravedad de que la cúpula etarra lo ideara, porque revela que ETA persevera en sus más viles tendencias asesinas y cuenta -o al menos cree que cuenta- con infraestructura para ejecutar y mantener un secuestro, aunque sea corto.
La marea cívica que en 1997 se lanzó a la calle contra ETA para pedir la liberación de Miguel Ángel Blanco, primero, y condenar su brutal asesinato, después, no ha hecho mella en los terroristas. ETA no se preocupa de las quejas de sus víctimas, ni de las condenas políticas, sino de la eficacia de la Guardia Civil, de la Policía Nacional y de la Gendarmería francesa; le preocupa la dispersión de sus terroristas presos, el cumplimiento íntegro de las condenas que se les imponen, la ilegalización de sus testaferros «políticos» y el bloqueo de sus fuentes de financiación. Obviamente, le preocupa que de nuevo PP y PSOE hayan reiniciado el consenso antiterrorista y compartan lenguaje y objetivos para referirse al fin de ETA.
Que ETA está más débil es obvio, pero si ETA se propuso planes como asesinar al juez Grande-Marlaska -quien fue decisivo, durante la tregua de ETA, en mantener la dignidad del Estado de Derecho mientras otros pretendían desactivarlo desde dentro-, secuestrar y matar a un concejal o, como se supo ayer, atentar contra una furgoneta de la Ertzaintza es porque aún tiene determinación y expectativas. El Estado debe eliminarlas con la ley en la mano, y en este objetivo contra ETA debe estar incluido, como sucediera en 1998 con el Pacto de Lizarra, la nueva oferta del PNV a los etarras para consolidar el frente nacionalista. Esto y no otra cosa es el plan de consultas soberanistas del lendakari Ibarretxe, lo que el ex presidente del PNV, Josu Jon Imaz, calificó con pleno acierto como el «plan B» de ETA. Esta intentona anticonstitucional de Ibarretxe es la forma que tiene el nacionalismo vasco de mantener vivo el conflicto con el Estado, legitimar políticamente el terrorismo de ETA como una anomalía provocada por la falta de respeto a unos supuestos derechos del pueblo vasco y dar a los terroristas la oportunidad de evitar su derrota a cambio de aceptar sus propósitos básicos. Es coherente con este planteamiento que el Gobierno vasco rechazara el consenso entre Zapatero y Rajoy con el argumento de que no contempla el «diálogo» con los terroristas, auténtica confesión de parte con la que el Ejecutivo de Ibarretxe reconoce que su estrategia sigue fiel a esa pauta histórica que lleva al PNV a salir al rescate de ETA siempre que los terroristas están en un punto crítico.
La lucha policial y judicial es la opción más realista para acabar con ETA. En unos meses de presión en España y Francia se ha hecho más por su derrota que en cuatro años de estériles negociaciones. Los planes del «comando Vizcaya» demuestran que los etarras son irrecuperables para la convivencia sin un proceso previo de erradicación de su organización terrorista y de cumplimiento de largas condenas de prisión.

http://www.abc.es/20080727/opinion-editorial/salvaje_200807270253.html

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