jueves, junio 26, 2008

German Yanke, Ahora el PSOE

jueves 26 de junio de 2008
Ahora el PSOE

Germán Yanke
Tras el congreso del PP, le toca el turno ahora al PSOE. No habrá las tensiones y los nervios que ha padecido la derecha por los ataques y la oposición, a la postre fracasada, a Mariano Rajoy. La posición de José Luís Rodríguez Zapatero es muy distinta: ha ganado las dos elecciones que el PP ha perdido y, además, no tiene adversarios interiores, ni pequeños ni grandes, ni activos ni pasivos. Las voces críticas son anecdóticas y los que discrepan de su política están, mal que les pese, durmientes.
Seguramente por eso, los temas que se anuncian como cuestiones fundamentales para el debate congresual son las que no afectan directamente a las políticas llevadas a cabo por el Gobierno. Y los enmendantes a los textos iniciales de las ponencias parecen, más bien, del sector más a la izquierda del partido: se pretende potenciar la intervención del Estado en la economía bajo el tópico de los “excesos del mercado”, negarse a las rebajas fiscales para que los impuestos se establezcan en función de prestaciones sociales previamente establecidas, no hay ningún entusiasmo, sino más bien lo contrario, sobre la energía nuclear, etc.

No es que el partido se incline hacia posiciones más intervencionistas (y en ocasiones utópicas), sino que los enmendantes parecen constituirse en una minoría ante un partido que se va dando de bruces con la realidad y moderando el discurso del optimismo antropológico de la pasada legislatura. La dirección, más bien, quiere obviar todas estas cuestiones, mantener como doctrina el programa electoral de 2008 —que de algún modo se “centró” y vino bien para las expectativas electorales— y poner el acento en lo que el PSOE ha dado en llamar “ampliación de derechos”, cajón de sastre en el que entraría ahora desde la despenalización del aborto a la eutanasia pasando por la “laicidad” del Estado.

Es decir, el PSOE quiere centrar la discusión en lo que no se convertiría directamente en programa del partido, sino que precisaría acuerdos más amplios que no son fáciles de conseguir, como no es fácil sostener seriamente algunas de las cuestiones propuestas. Jesús Caldera, coordinador del texto doctrinal del Congreso, parece preferir que se aborden las cuestiones como en el “laboratorio de ideas” que quiere poner en marcha, más que como el análisis y las propuestas concretas sobre la acción política del PSOE.

La insistencia en la laicidad, el aborto, la eutanasia, etc. (que son cuestiones sin duda importantes, pero planteadas aquí con un radicalismo más propio de sectores minoritarios que de un partido de Gobierno) hace que se eche en falta que el PSOE no coloque en el primer lugar de sus preocupaciones en el momento presente los grandes retos políticos del momento: una política económica para el siglo XXI —y para el comienzo del mismo en plena crisis—, la Justicia, la reflexión sobre el modelo de Estado en el que el partido ha estado a menudo en posiciones arbitrarias y discutidas, etc. En todo esto parecen timoratos, como se ve, por ejemplo, en las enmiendas sobre inmigración.
http://www.estrelladigital.es/diario/articulo.asp?sec=opi&fech=26/06/2008&name=german

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