lunes, abril 28, 2008

Carrascal, Piratas del cuerno de Africa

lunes 28 de abril de 2008
Piratas del cuerno de África

POR JOSÉ MARÍA CARRASCAL
No es una novela de Salgari ni una nueva película. Es otra crisis que añadir a las muchas que tenemos encima. Mejor dicho, una vieja crisis que rebrota, como la tuberculosis, cuando la creíamos erradicada.
Las causas son varias, simples en apariencia, peliagudas de resolver. La primera, es el desplome del «orden» internacional mantenido por Washington y Moscú durante la guerra fría, y ponemos «orden» entre comillas pues se apoyaba sólo en la tranca. Pero bastaba que alguien se desmandase para que fuese llamado inmediatamente a capítulo por la superpotencia que controlaba su campo, y dejara de dar la lata. Era la «paz atómica», basada en el equilibrio nuclear, que podía llevarnos a todos al otro mundo en caso de que el conflicto se declarase entre los dos grandes señores, pero que nos ahorraba el engorro de los conflictos pequeños. Cuando Washington rompió ese equilibrio con el sistema antimisiles, multitud de satélites, sobre todo en el campo soviético, empezaron a buscar sus propios objetivos -entre ellos, el nuclear-, que chocaban con los del resto. Sin que los Estados Unidos, ganadores de la guerra fría, sean capaces de controlar todas las pequeñas guerras que van surgiendo.
La segunda causa del desorden mundial que sufrimos es lo mal que se hizo la descolonización de África. En vez de obligarse a las potencias coloniales a quedarse como meras administradoras de sus ex colonias hasta que estas fuesen estados operativos, se las hizo salir deprisa y corriendo. Algo que ellas aceptaron encantadas, por saber la escabechina que dejaban detrás. Pues esas colonias no eran estados, ni naciones, ni nada parecido. Eran tribus, la mayoría rivales de las vecinas desde tiempo inmemorial. Y cuando se marcharon los colonos, la lucha entre ellas fue inmediata, haciendo imposible toda administración central. El resultado está a la vista. África es hoy una inmensa herida, un panorama dantesco de asesinatos múltiples, campos de refugiados, niños-soldados, sátrapas, corrupción y todos sus viejos problemas multiplicados por la eficacia de las armas modernas. Antes, los africanos se mataban con lanzas y fechas. Hoy lo hacen con armas automáticas.
Una de las viejas prácticas que surgen es la de la piratería. Esas bandas incontroladas de asesinos que pululan por África han encontrado mucho más provechoso asaltar barcos extranjeros que tribus vecinas. Es lo que hacen y seguirán haciendo, pues nada aviva tanto la toma de rehenes como el pago del rescate. ¿Qué puede hacerse ante ello? Contra la piratería sólo hay un remedio, tan viejo como ella: colgar al pirata del palo mayor. ¿Por qué los piratas no fueron detenidos por comandos especiales tras abandonar el barco, como ocurrió con los que habían asaltado un velero francés? Pero con una ministra de Defensa que se declara pacifista, sólo queda pagar el rescate. Ya se hizo con don Miguel, gracias a lo cual tenemos el Quijote. Aunque creíamos haber adelantado algo.

http://www.abc.es/20080428/opinion-firmas/piratas-cuerno-africa_200804280325.html

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