jueves, febrero 28, 2008

Ismael Medina, El peor de los candidatos

jueves 28 de febrero de 2008
El peor de los candidatos

Ismael Medina

H A sido un viejo socialista, no Rajoy ni Rosa Díez, quien ha clavado a Rodríguez como una mariposa en la caja de un entomólogo: “José Luís Rodríguez Zapatero es el peor gobernante habido en España desde que murió Franco; el único capaz de colocar como objetivo de su política la ruptura entre los españoles”. Ha sido el profesor Alfonso Lazo Díaz en unas declaraciones a “El Mundo de Andalucía”.

El profesor Lazo impartió clases de historia a un buen número de futuros dirigentes socialistas embelesados con la mandanga revolucionaria del 68 en París, entre ellos Alfonso Guerra y Rodríguez Ibarra, quienes no debieron aprovecharlas a juzgar por los muchos disparates que han escapado de sus bocas. Nacido en Sevilla en 1936, Lazo perteneció inicialmente al PSP de Tierno Galván y luego se integró en el PSOE, partido por el que fue diputado entre 1977 y 1996, portavoz socialista en materia universitaria y presidente de la comisión del Defensor del Pueblo. Alejado de la actividad política y docente, lo primero por decepción y lo segundo por jubilación, contempla el panorama desde un conocimiento histórico, ideológico y práctico del socialismo español. No se trata de un socialista tránsfuga, sino de un socialista crítico al que los ideales no le nublan la mirada.

Las declaraciones del profesor Lazo merecían resonancia nacional. Pero han pasado desapercibidas y las he podido cazar en Internet. Más me sorprende que el equipo de campaña del PP no las haya tomado en cuenta. Cualquier experto en propaganda electoral las habría aireado de mil maneras desde sus propias plataformas u otras en apariencia independientes. Pero no parece que anden muy finos los encargados de recopilar datos para contrarrestar la demagogia barriobajera de la que se encarga Pepino Blanco y hace suya Rodríguez, descubridores tardíos uno y otro del más tópico agit-prop frentepopulista. Vale la pena recoger algunos pasajes clave de las declaraciones del profesor Lazo.

RODRÍGUEZ LANZA CONTRA EL PP A LOS PERROS DE PRESA DEL RADICALISMO

“EL susurro de ZP reconociendo junto a un periodista áulico que necesita aumentar las tensiones del país, y llegar si es preciso al drama, viene a ser el acta notarial que reconoce lo que todos ya sabíamos de manera un poco intuitiva: para mantener el poder, el señor Z necesita mantener el voto de los radicales, los progres, las mentalidades adolescentes, los iluminados, los castristas, los ocupas, los jipis viejos anclados en 19068, gente toda ella abstencionista confesa salvo caso de odios desatados y grave rompimiento social”.

Los hechos apuntalan la anterior y severa constatación del profesor Lazo. Un oleaje creciente de intimidación y agresiones hacia quienes hacen frente a las insidias y mentiras rodriguezcas. Desde Ferraz y La Moncloa han soltado y azuzado a los hambrientos perros de presa de la izquierda radical de variado pelaje aludidos por el profesor Lazo, sin que las autoridades gubernamentales ni las académicas hicieran nada por impedirlo. Pero sí utilizan a las fuerzas de Seguridad del Estado para frenar, incluso con dureza, a quienes incordian a lo dirigentes socialistas.

Las primeras víctimas de la tensión estimulada por Rodríguez fueron tres mujeres: María San Gil, Dolores Nadal y Rosa Díez. Puro machismo, podría decirse con criterios progres. Pero callaron las inclementes feministas cuyas excentricidades y excesos tienen cobertura partidista y financiera del gobierno Rodríguez. Incluso Felipe González se permitió una gracia canallesca a costa de las lágrimas de Rosa Díez, una enteriza socialista agraviada por unos mentecatos teledirigidos.

Todo eso de la paridad, una de tantas memeces zapateriles, hace aguas cuando las exigencias coyunturales lo aconsejan. Y no son sólo los cachorros adiestrados con los métodos piqueteros de las antiguas Juventudes Socialistas Unificadas de Santiago Carrillo los que insultan, coaccionan y agraden. Lo sucedido en Parla pone de manifiesto que las consignas de tensión de Rodríguez han cundido entre militantes y dirigentes maduros de las redes locales del partido. Es la vieja estrategia frentepopulista del miedo, preámbulo del terror, que ya conocimos en los años treinta. Tomás Gómez parece decidido a convertir al defenestrado Rafael Simancas en beatífico ángel barroco. Es uno de tantos profesionales de la política, perrillos falderos que lamen la mano de Rodríguez y, fieles a las consignas de crispar el debate político, componen frente al PP la figura del dragón vomitador de fuego. Forman parte del Arca de Noé sociata, sobre la que navega una fauna de la que Joaquín Leguina, buen conocedor del paño, dijo no hace mucho que la integran gentes sin oficio ni beneficio.

MALIGNO RETORNO AL GUERRACIVILISMO FRENTEPOPULISTA

PROSIGO con las aleccionadoras reflexiones del profesor Lazo: “Y explicado queda el guerracivilismo y el cuidadoso diseño de la Media Memoria Histórica. Los españoles vivían reconciliados hasta que desde el poder se reabrieron las viejas heridas de la contienda; una acción maligna destinada a destruir los esfuerzos pacificadores de Adolfo Suárez y Felipe González”.

¿Qué esfuerzos pacificadores?, cabría preguntar. Conviene recordar que Felipe González pidió el voto negativo en el referéndum para la aprobación de la Ley de Reforma Política, la cual se aprobó por aplastante mayoría. Su apuesta fue la de ruptura con el régimen de Franco y salió trasquilado. El proceso democratizador, conviene recordarlo una vez más, se realizó en cumplimiento de las previsiones constitucionales del Estado Nacional, pues no otra cosa que una constitución compendiaban las Leyes Fundamentales. Ha quedado asimismo en la oscuridad el pacto que la dirección socialista firmó con el PCUS en el hoy San Petesburgo, ya en los albores de la falsa democratización.

Tampoco Suárez contribuyó a la pregonada “pacificación”. Patrocinó una constitución, la de 1978, plagada de contradicciones y que introdujo conceptos tan perturbadores como el de “nacionalidades”, además de abrir el portón a los secesionismos con el infausto Titulo VIII y concesiones finales a los privilegiados nacionalismos catalán y vascongado, fuente de los graves enfrentamientos territoriales que hoy afrontamos.

La Ley de Amnistía, de otra parte, favoreció al terrorismo etarra al perseguir el enterramiento de la indagatoria judicial del asesinato del presidente del gobierno, Carrero Blanco, y amparar el retorno de los comunistas sovietizados, atribuyéndoles vitola democrática. No pasaban de 300 los encarcelados por delitos políticos, o sociales según las nomenclatura del régimen, sobre una población penal de 8.786 encarcelados a la muerte de Franco.

También se olvida que por ley de 1946 prescribieron todos los delitos de sangre u otra naturaleza política derivados de la guerra civil. Y que las nuevas generaciones y gran parte del pueblo español habíamos superado odios y resentimientos para dedicar los mayores esfuerzos a la construcción de un futuro mejor.

¿Sólo maligna la Ley de Memoria Histórica? El intento de enfrentar de nuevo a los españoles setenta años después merece cualesquiera de las rudas descalificaciones de la muchas que existen en nuestra lengua. Una aberración de amedrentadoras consecuencias. Sólo faltaba, se ha escrito, que Rodríguez y comparsa nos digan ahora que el Frente Popular ganó la guerra 1936-1939. Pero cabe esperarlo de un paranoico propenso a los delirios historicistas. Habituado a mentir como un bellaco, propende a convertir sus obsesiones en imperativo legal, a despecho de la realidad y de sus nefandas consecuencias.

EL ESTADO DE DERECHO AHOGADO POR EL ESTADO DE DESHECHO

“GRAN descomponedor –prosigue el profesor Lazo-, ZP incluso llega a poner en peligro el concepto mismo la Justicia en un Estado de Derecho cuando detiene, o pone en libertad, según intereses electorales, a los asesinos de ETA. Personaje tal no merece un solo voto. Que pierda las elecciones pasa a ser asunto de salud pública”.

La Justicia quedó ya averiada y politizada en la constitución de 1978. No sólo introdujo un indeseable asociacionismo que se ha transformado en bloques ideológicos enfrentados. También generó una perversa dependencia de las cuotas parlamentarias y de los gobiernos de turno en la composición de los órganos superiores de la Administración de Justicia. Quebró la independencia de la Justicia subordinándola a los caprichos del poder. Ya lo anticipó con descaro Alfonso Guerra al proclamar la muerte de Montesquieu.

La llegada al poder del descomponedor Rodríguez ha hecho que salten por los aires cualesquiera cautelas. Son de sobra conocidas las tropelías jurídicas de Conde-Pumpido al servicio del gobierno socialista, que no del Estado de Derecho, y la disciplina totalitaria a que tiene sometido al cuerpo fiscal, a lo que se añaden el parejo sometimiento de la Abogacía del Estado, las arbitrariedades egocéntricas del juez Garzón y la deficiente formación jurídica de un crecido número de quienes componen las oleadas de las nuevas promociones judiciales. No exagera el profesor Lazo. El Estado de Derecho se ha convertido en Estado de deshecho.

La sentencia del Tribunal Constitucional que deja impune el delito de estafa de Alberto Cortina y Alberto Alcocer, “los Albertos”, contraria a la emitida por el Tribunal Supremo, ha sido calificado de “escándalo judicial” en medios jurídicos y periodísticos. Pero llueve sobre mojado. Se la compara con la que el mismo Tribunal Constitucional amparó la expropiación ilícita de Rumasa hace veinticinco años. Fue el voto de calidad de su presidente Manuel García Pelayo el que decidió. García Pelayo había declarado días antes que en ningún caso haría uso del voto de calidad si llegaba el caso. Pero prevaleció en él la vinculación ideológica sobre principios de Derecho Luego, de retorno a Venezuela, lamentaría su actuación. Pero ya no había vuelta atrás. Ni tan siquiera ha surtido efecto alguno la sentencia del Tribunal de Estrasburgo de abril de 2007 que ordenaba la devolución a José María Ruiz Mateos de los bienes expropiados y el abono de los intereses devengados durante los 24 años transcurridos.

Recogía en mi recordatorio del expolio de Rumasa, publicado en Contraportada, la afirmación del profesor Velarde Fuertes en el prólogo al libro “El poder de la banca en España”, de Juan Muñoz, relativa al excelente entendimiento entre los banqueros y la izquierda, especialmente llamativo durante la II República. No es el de “los Albertos” el primer caso de un tal favoritismo. Ni será el último.

El suplemento económico “Mercados” del diario “El Mundo” arrancaba en portada con un artículo de Cristina Caballero, subtitulado de manera asaz expresiva: “Escándalo judicial. Las nuevas reglas del Tribunal sobre prescripción de infracciones penales abren la puerta a que muchos otros condenados por delitos económicos evadan la prisión”. Y en un comentario titulado “Estafad mientras os lo permitan”, escribía Tom Burns Marañón: “La percepción de impunidad para los poderosos aviva la demagogia y socava el principio del imperio de la ley para todos que sustenta toda democracia liberal”. Añade “Mercado” un recuadro titulado “Los ricos que evitaron la cárcel”, referido a las causas que se abrieron contra Emilio Ybarra, Emilio Botín, Felipe Benjumea, Manuel Prado Colón de Carvajal y César Alierta”.

¿Era necesaria la creación del Tribunal Constitucional? Su institución fue otra regresión forzada al prefranquismo. Son numerosos los Estados democráticos en que las cuestiones de anticonstitucionalidad los solventa el Tribunal Supremo, sea en una sala especial o en el pleno. Y el sistema funciona. La duplicidad suele desembocar en colisiones competenciales como las que vivimos en España, agravadas en nuestro caso por la creciente politización partidista de ambos órganos superiores de Justicia. En este caso, como en tantos otros, nunca da buenos resultados poner albarda sobre albarda.

ESPAÑA OTRA VEZ A MERCED DE LOS SECESIONISMOS

PROSIGO con las declaraciones del profesor Lazo: “No es posible aventurar en estos momentos quien ganará el 9 de marzo; pero seguro que si gana el PSOE ganará por menos escaños de los que ahora disfruta. Una situación, en efecto, dramática, según la terminología acuñada por el presidente; porque el Gobierno va a quedar todavía a más indefenso ante los chantajes nacionalistas de catalanes y vascos (…) Astuto, sin auctóritas, temido dentro del PSOE aunque no respetado ignorante de la Historia de España, es rehén de los nacionalismos hasta el punto de modificar bajo cuerda la Constitución a fuerza de concesiones”.

El “empate técnico” al que apuntan las encuestas electorales hará que el partido ganador, sea el que sea, no alcance mayoría suficiente para gobernar en solitario. Dependerá de unas minorías insaciables, en particular las secesionistas, que ya, ante tal perspectiva, han elevado el listón de sus exigencias. Desde el teóricamente moderado Pujol al enloquecido extremismo de ERC anuncian que si Rodríguez permanece en La Moncloa “cobraremos por adelantado nuestro apoyo”. Y no será menos el PNV. Apoyado por los batasunos y su brazo terrorista, insiste en celebrar en octubre el referéndum de autodeterminación. Tampoco el calculado eclecticismo de Durán y Lleida le pondría las cosas fáciles a Rajoy.

La posible desembocadura electoral del 9 de marzo creará, sin duda, una dramática situación política que recuerda el proceso en que desembocó la aceptación constitucional de los Estatutos de Cataluña y Vascongadas en la II República. Lo recordaba no hace mucho en “ABC” el catedrático de Derecho Político Manuel Ramírez en relación con Azaña.

Pese a las severas advertencias de Ortega y Gasset consiguió Azaña que se aprobara el Estatuto de Cataluña. Y ya en Barcelona, para recibir el aplauso del catalanismo, calificó con énfasis su decisión como “un hecho de la historia universal”. También Rodríguez, que vive inmerso en la ensoñación de aquella República, se cree llamado a hacer historia. No difiere mucho su actitud de la azañista al sostener que se hará lo que decidan los catalanes. Pero debería aprender del desaliento final de Azaña al denunciar la insolidaridad del “Eje Barcelona-Bilbao” y la demoledora conclusión de que la cuestión catalana subsistirá con cualquier régimen “como la manifestación de una enfermedad crónica del cuerpo español”.

Rodríguez, si permanece en La Moncloa, no dará marcha atrás en la aprobación del Estatuto catalán y la existencia de una “nación” catalana que él mismo patrocinó. Y tampoco hará frente al nuevo “Eje Barcelona-Bilbao”. Incluso hará todo lo que esté a su alcance, que es mucho, para que el Tribunal Constitucional rechace los numerosos recursos de anticonstitucionalidad que se han presentado contra el Estatuto.

Crece el número de quienes desde los medios consideran necesaria una coalición entre los dos partidos mayoritarios para hacer frente al muy oscuro horizonte que ensombrece el futuro de España. Un acuerdo similar al alemán y capaz de abordar las reformas que el sistema precisa con urgencia para superar los gravísimos problemas que lo aquejan, entre ellos la reforma de la ley electoral. Pero no será posible mientras un iluminado como Rodríguez permanezca al frente del gobierno y del P(SOE). El pseudosocialismo actual precisa una catarsis interna que sólo podría llegar con la derrota de Rodríguez en las urnas. Eventualidad problemática, una vez que ha colocado en las candidaturas a los mamandurrias de su confianza y copado con los más serviles las estructuras del partido. La vieja guardia orillada está al acecho y no desaprovecharía la ocasión de la derrota de Rodríguez para tomar venganza. Si es que pudiera.

CUALQUIER VOTO ES VÁLIDO MENOS HACERLO POR RODRÍGUEZ

LAZO responde a la anterior posibilidad que incluso un voto favorable hacia el PP sería comprensible para buenos militantes socialistas horrorizados “con la deriva reaccionaria del PSOE en busca de apoyos entre el tribalismo prehistórico, lo agradecerían. No obstante, a los viejos y convencidos socialdemócratas puede resultarles duro escoger de pronto la papeleta con las siglas del PP. Para ellos se abre el voto del ideal”.

¿Y cual es el voto del ideal para esos buenos y horrorizados militantes? Lazo les propone el voto a Unidad para la Democracia de Rosa Díez. “Ningún otro –afirma- puede ofrecer un friso semejante de intelectuales prestigiosos. Nada más alejado de los mediocres artistas de subvenciones millonarias que cantan las cejas de ZP”.

El problema del partido de Rosa Díez, no radica sólo en la cortedad de sus recursos financieros y el silencio de los medios afines a Rodríguez. Carga con el lastre de Sabater , cuyos extemporáneos pronunciamientos respecto de España como nación y contra la Iglesia, muy en la línea de Rodríguez, espantan a no pocos de los atraídos por la figura y el talante de Rosa Díez. La única que acaso consiga un escaño, aunque sí rebañará votos al P(SOE).

NECESIDAD IMPERATIVA DE RESTAR VOTOS AL PEOR DE LOS CANDIDATOS

Y concluye el Profesor Lazo su severa admonición: “En todo caso, al final, cualquier decisión es buena si termina restando papeletas de las urnas al peor de los candidatos”.

Me temo que el profesor Lazo será escuchado por muy pocos. Coincido con José Ignacio Cubero (“Los que van a votar”, ABC, edición de Córdoba, 09.02.2008). Escribía: “La bajísima capacidad crítica de nuestros conciudadanos me tiene absorto”. Aduce todos los factores negativos acumulados por los cuatro años de desgobierno de Rodríguez, más que suficientes para que las encuestas anunciaran una derrota descomunal. Pero se mantiene el “empate técnico”, con pequeños altibajos. Todo depende de ese 30% que oculta su intención de voto.

Todos los partidos, mayoritarios o no, disponen de un caudal de votos fieles, con independencia de la calidad de sus dirigentes y de su ejecutoria de gobierno. Algo así como el viejo grito de “¡Viva er Beti manque pierda!”. Se apuntan a unas siglas y no hay quien les mueva. Ni tan siquiera mil profesores Lazo. A un tal enquistamiento del voto se añaden otros factores. El voto cautivo de los que en las taifas del sur viven del PER y rechazan ofertas de trabajo una vez cumplidas las sesenta peonadas. Y el analfabetismo funcional o político, uno y otro tan extendidos en España como consecuencia de un sistema educativo desfondado y conscientemente pervertido por la izquierda. Ahí está para confirmarlo el famoso informe PISA que nos sitúa a la cola de Europa, aunque lo nieguen Rodríguez y sus acólitos. No cabe esperar capacidad critica en estas circunstancias.

RAJOY GANO EL DEBATE, PERO POCO CAMBIARÁ

ESCRIBÍ todo lo anterior antes del primer debate televisado entre Rodríguez y Rajoy para no verme condicionado por lo que resultara del mismo a la hora de glosar las declaraciones del profesor Lazo. Es indiscutible que Rajoy ganó la partida al presidente del nefasto gobierno saliente. Quedó lo bastante claro en la escenificación televisiva que Rodríguez es el peor de los candidatos. Pero los inmediatos y apresurados sondeos de opinión daban ganador al perdedor. Y también los comentaristas filiados a la manduca de la progresía de la ceja. Otra cosa resulta de la lectura de los foros abiertos por algunos periódicos digitales. Abundan los que subrayan la derrota de Rodríguez. Y son harto menos los que toman partido por el perdedor, irritados e insultantes. Lo habitual.

La conclusión es obvia: la mayoría relativa, de nuevo dramática para el futuro de España, provendrá de ese 30% de indecisos o que ocultan una elección ya determinada. Es el sino de una ficción democrática que hace posible la ocupación del poder por un ignorante, iluminado, paranoico, arbitrista y sin principios como Rodríguez, el peor de los candidatos existentes y posibles.


http://www.vistazoalaprensa.com/firmas_art.asp?id=4473

1 comentario:

Anónimo dijo...

La indagatoria del asesinato del Almirante Carrero Blanco ya había tomado "camino del carpetazo" antes de la Ley de Amnistía de 1977...........