domingo, diciembre 09, 2007

Enrique Rosendo, Otra vez el probe Miguel (Sebastian)

lunes 10 de diciembre de 2007
Crisis financiera
Otra vez el probe Miguel (Sebastián)
Me barrunto, visto lo visto, que no sólo a Zapatero le hace falta un curso profundo y sosegado de economía. A algunos asesores, por muy universitarios que sean, también.

José Enrique Rosendo

El domingo el gran amigo de Zapatero, Miguel Sebastián, se despachaba a sus anchas sobre el Banco Central Europeo y hacía votos porque Jean-Claude Trichet bajara el tipo oficial del dinero, entre otras cosas porque Nicolas Sarkozy puede perder la paciencia (sic) con un organismo que (olvida con descaro) es estatutariamente independiente de los gobiernos de la Unión. El rojo rojísimo de Sebastián argumentaba además que el BCE debía seguir los pasos de la Fed, dado que los norteamericanos se han mostrado tradicionalmente "más rápidos en sus movimientos de tipos".
La perorata de Sebastián en las páginas salmón de El Mundo venía a cuenta de los malos datos últimos de inflación para la zona euro, pero posiblemente espoleado en lo personal por los aún peores de la España de Zapatero, cuya política económica tanto debe al nuevo columnista de Pedro J. Sin embargo, una cosa es lo que él diga y otra la realidad, habida cuenta de que los datos le contradicen abiertamente: diciembre ha comenzado con un fuerte repunte del euríbor a un mes, que ha pasado del 4,2 en noviembre al 4,857% actual, muy en línea con la evolución de tipos del interbancario, que ha migrado del 4,575 al 4,871%.
Sebastián olvida otra importante cuestión en su artículo, posiblemente motivado por la necesidad urgente de que a su amigo el presidente le sonría la fortuna con una inverosímil bajada de tipos a unas semanas de las generales: que el BCE tiene como única misión de su política monetaria, según los estatutos que le dieron vida, el control de la inflación en la zona euro, y que en base a eso debe implementar subidas o bajadas a sus tipos oficiales. En cambio, la Fed norteamericana actúa con otros parámetros mucho más amplios, con competencias próximas a lo que aquí se entendería en líneas generales como un Ministerio de Economía.
Pero aún hay más, como en los dibujos animados de la Warner. Sebastián reconoce que hay un choque de oferta, derivado del alza de los precios del petróleo y de las materias primas internacionales. Y, a continuación, pone en duda que nos encontremos también y contemporáneamente en otro de demanda restrictivo, derivado de una falta de liquidez y de créditos a nivel global. Es curioso que Sebastián mantenga todavía esas dudas, cuando numerosas entidades financieras, también españolas, han tenido que suspender la emisión de cédulas y la cosa ha llegado al punto de que ese mercado europeo tuvo que cerrar temporalmente por falta de demanda real, es decir, porque las emisiones se quedaban sin cubrir. Que se lo pregunte, si no, a la gente de Bankinter, por ejemplo.
Pocos dudan ya de que la crisis de liquidez va más allá de lo que la propaganda socialista denominó "turbulencias financieras" de la primera quincena de agosto, y me remito a las numerosas informaciones en este sentido que se está publicando, v.g. el Financial Times.
Hoy el interbancario sigue seco y numerosas entidades financieras, sobre todo las pequeñas y medianas, cortan el crédito al tiempo que miran con verdadera avidez a Trichet para que inyecte dinero en los mercados, como si reclamaran que ese tipo de políticas puntuales y excepcionales se convirtieran en medidas estructurales a las que agarrarse desesperadamente. De todas formas, ya veremos cómo pintan las cosas en enero, porque es entonces cuando vamos realmente a darnos cuenta del triste terreno que pisamos.
El caso es que los asesores directos o intelectuales de Zapatero no quieren reconocer la realidad, y por eso España está hoy objetivamente en peores condiciones de afrontar una crisis económica en ciernes. El PSOE promete aumentar el gasto social y además reducir impuestos, lo cual únicamente se puede dar cuando hay una economía expansiva. Los Presupuestos Generales del Estado han sido confeccionados con unos parámetros macro irreales, como ha reconocido el propio Solbes, porque los socialistas no quieren o no pueden dar pábulos a los nubarrones económicos que se ciernen en el horizonte justo cuando comienza el periodo electoral en nuestro país.
Pero ya sabemos que sólo se sale de una crisis cuando hay un reconocimiento de la misma, de sus causas y, por tanto, de las circunstancias en las que cabe desenvolver una política seria y atractiva. Vemos que no es el caso, que nos ciega ese talante optimista que tanto se parece a la inconsciencia patológica. Me barrunto, visto lo visto, que no sólo a Zapatero le hace falta un curso profundo y sosegado de economía. A algunos asesores, por muy universitarios que sean, también.

http://www.libertaddigital.com/opiniones/opinion_40854.html

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