miércoles, noviembre 28, 2007

La traicionada soledad del juzgador

29-XI-2007
La traicionada soledad del juzgador
Por mucho que lleve por título La soledad del juzgador, ese libro dista de ser un homenaje a esa "soledad" que es virtud y necesidad en la difícil tarea de impartir justicia

No parece que el juez Gómez Bermúdez haya tenido muy presente aquel viejo aforismo jurídico que dice que "el juez sólo habla a través de sus sentencias", vista la cantidad de confidencias hechas a su esposa relativas al juicio del 11-M y, sobre todo, al respaldar su publicación en forma de libro a escasas semanas de haber emitido la sentencia, en unos momentos en los que el Tribunal que preside continúa dictando autos aclaratorios y permanece abierto el plazo para presentar recursos.
Por mucho que lleve por título La soledad del juzgador, ese libro dista de ser un homenaje a esa "soledad" que es virtud y necesidad en la difícil tarea de impartir justicia. Si de verdad Elisa Beni quería respaldar esa especifica ética judicial caracterizada por la consideración como arquetipo ideal al juez individualista, mudo e independiente, no debía haber publicado nunca ese libro. Al hacerlo, ha puesto a su marido en la estela de los jueces estrella, pendientes de su imagen en los medios de comunicación y de los grupos políticos que, desgraciadamente, tanta influencia tienen en los nombramientos judiciales. Todo a través de lo que probablemente será un lucrativo record de ventas de ejemplares.
La tardía decisión del CGPJ de abrir un expediente informativo es lo mínimo ante un espectáculo que, como mínimo, es bochornoso en las formas. Eso si no tenemos en cuenta, además, los indicios de vulneración de la confidencialidad de las deliberaciones de Tribunal o las revelaciones que afectan a la valoración de la prueba que contienen algunos de sus pasajes.Posiblemente, como sucediera ya con Garzón y la hagiografía de Pilar Urbano, El hombre que veía amanecer, la investigación termine dentro de unos meses, cuando la polémica ya no esté en la portada de los periódicos, con el archivo de las diligencias. Y precisamente por eso García Bermúdez se ha apuntado un tanto sin asumir demasiados riesgos al solicitar al CGPJ que examinara si podía haber cometido alguna falta que pudiera acarrearle una sanción disciplinaria. No obstante, tememos que la fama de juez serio y trabajador que se había ganado a pulso durante la celebración del juicio del 11-M se haya esfumado y su efigie aparezca a partir de ahora junto a la de Garzón en la definición del término "juez estrella".

http://www.libertaddigital.com/opiniones/opinion_40663.html

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