jueves, noviembre 22, 2007

Empate tecnico ante las urnas

viernes 23 de noviembre de 2007
Empate técnico ante las urnas
SEGÚN el sondeo sobre estimación de voto hecho público ayer por el Centro de Investigaciones Sociológicas, el PP recorta su diferencia con el PSOE a poco más de tres meses de las elecciones generales. El CIS otorga a los socialistas el 39,7 por ciento, ocho décimas menos que en julio, fecha del último barómetro con intención de voto, y concede al PP el 37,4, cuatro décimas más. La diferencia entre ambos partidos es de 2,3 puntos, mayor que hace un año -había una diferencia de 1,4-, pero inferior a los 3 puntos que en julio les separaban. Se trata de una situación de empate técnico, coincidente con otras encuestas publicadas en los últimos meses. Es notorio, pues, que el Partido Popular consigue rentabilizar, aunque no de una manera tan contundente como desearía, los graves errores de gestión del Gobierno de Rodríguez Zapatero en este final de legislatura; y, por el contrario, parece claro que el PSOE concurrirá a las urnas cargado de dudas y con el temor fundado de que una parte de su electorado, desencantado y desmotivado, se abstenga en los comicios. No en vano, Zapatero ni siquiera consigue hoy un aprobado en términos de imagen y liderazgo, aprobado que la ciudadanía sí le ha concedido en estos años. Aunque la etapa decisiva -la campaña electoral- no ha comenzado, lo cierto es que ya no parece haber un gran margen para el despegue nítido de ninguno de los candidatos y es previsible que la pugna se dirima más en el terreno de las propuestas políticas que en el del liderazgo o la «marca» personal.
El sondeo de octubre acredita, por otro lado, que los muchos golpes de efecto electoralistas -el demagógico «giro social» y la campaña «españolista» emprendida por el PSOE desde el verano para recuperarse del varapalo de las elecciones de mayo- no están sirviendo de mucho a Zapatero. La propaganda en forma de subida de pensiones y del salario mínimo, de promoción de alquileres de viviendas o de reparto de «cheques-bebé» no está calando entre los ciudadanos con los efectos calculados por los socialistas. Será la primera vez que el partido vencedor de unas elecciones acude a una nueva cita con las urnas tan desgastado y con una ventaja tan estrecha. La seguridad en sí mismo que Zapatero exhibía ante la dirección de su partido hace dos años, convencido de que el PP sería víctima de la radicalidad y de que con el tiempo quedaría aislado y castigado por el electorado, contrasta ahora con la incertidumbre que atenaza a los socialistas. En efecto, Zapatero sabe de qué habla cuando exige a su Ejecutiva que no se confíe. Y tanto el fin de ciclo de bonanza económica como la pésima imagen que están ofreciendo algunos miembros de su Gobierno -en especial Miguel Ángel Moratinos y Magdalena Álvarez- no contribuyen precisamente a generar un clima de euforia en el PSOE.
Al PP, sin embargo, le favorecen la tendencia y el mantenimiento en el tiempo de ese empate técnico, aunque está por ver la incidencia que la sentencia del 11-M y las valoraciones que se hicieron de la misma puedan llegar a tener en la opinión pública, ya que el trabajo de campo del CIS está realizado con anterioridad al fallo de la Audiencia Nacional. Tampoco debe pasar inadvertido el dato de que el crecimiento del PP se produce a la vez que decrece la preocupación ciudadana por el terrorismo, lo que desmonta de manera concluyente la teoría esgrimida por el PSOE de que el partido de Rajoy utiliza el terrorismo de forma irresponsable como arma electoral para crecer. Y un último dato que refuerza la percepción de que el PP llega a la recta final de la legislatura con sus expectativas de triunfo intactas es el pesimismo económico de los españoles, el más hondo de los últimos siete años, que no juega precisamente a favor de los intereses del PSOE por mucho que Zapatero se esfuerce en dibujar un panorama idílico y tranquilizador.

http://www.abc.es/20071123/opinion-editorial/empate-tecnico-ante-urnas_200711230247.html

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