domingo, septiembre 30, 2007

Antonio Burgos, Pues hay que darle importancia

domingo 30 de septiembre de 2007
Pues hay que darle importancia

POR ANTONIO BURGOS
¿QUE este tío loco y malvado no ha vuelto a inventar las dos Españas, dice usted, las que reconciliaron el Rey y la Constitución? Pues no sólo las ha sacado del armario de los fantasmas familiares y del baúl de los recuerdos, uuú, de Karina, sino que ha ahondado la brecha entre ellas. Hoy las dos Españas están más lejos una de otra que ayer, pero menos que mañana. Dos Españas en la forma de entender la separación de poderes, el bocado con serreta a los separatismos, la propia libertad, nuestro papel en el mundo, la unidad de la Patria
- Ojú...
- Ojú, ¿qué?
- Que ha dicho usted «la unidad de la Patria»
So cobardón, ¿usted no ve cómo cada vez es más tenso esto de las dos Españas? Usted mismo me parece que pertenece a otra que yo: la que se avergüenza de España, la del «vamos a callarnos, no se vayan a cabrear más todavía los que quieren destruirla».
Y la peor de todas las divisiones, no entre constitucionalistas y nacionalistas, no entre centralistas y autonomistas, izquierdas y derechas, trincones progres y mangones fachas, mileuristas y millonetis, defensores de la contención del gasto público y derrochadores del superávit; no entre objetores de Educación para la Ciudadanía y Club de Fans del libro de José Antonio Marina, sino que la más peligrosa se está ahondando en estos días entre los españoles del Habrá Que Hacer Algo y los españoles del No Hay Que Darle Importancia. Los que creemos que Humilladero es un Jaca 2007 a la busca de su Galán y su García Hernández, y los que afirman que No Hay Que Dar La Menor Importancia a la salida de pata de banco de unos comunistas y unos socialistas de pueblo, o de unos separatistas catalanes que no quieren al Rey en los Ejércitos ni de cabo de guardia.
Más que los separatistas de Carod o de Ibarreche; más que el triquitraque de los niñatos catalanes metiendo mecha a los retratos de Su Majestad; más que los que se declaran por las televisiones antimonárquicos con la misma alegría con que los béticos se dicen antisevillistas... Más que los que se niegan a izar la bandera de España porque, claro, como no hay mástil, no hay Casera y nos vamos; más que los que obligan a los niños a aprender en las escuelas cualquier lengua menos la española y les lavan el coco contra España; más que los cobardes y los callados que deberían hablar en defensa del Rey Nuestro Señor; más que los apalancados en el silencio y los estabulados en el pacto con los que quieren acabar con todo este orden de cosas y romper la baraja, entre otras cosas porque cuatro reyes...
Más que todos estos rompepatrias (sí, he dicho rompepatrias, ¿pasa algo?), los que más me preocupan son los que se han hecho ricos potricos con este régimen de libertades, los que viven del sistema o del régimen, precisamente gracias a la concordia y a la estabilidad que, en la persona de Don Juan Carlos de Borbón, trajo la Institución Monárquica, y que están de Belinda, callados como putas, con más miedo que vergüenza, que no tienen ninguna. Me aterran los millonetis de la empresa, del cargo político, de los medios de comunicación, de la actividad pública, de la cultura, de la Iglesia, que están donde están precisamente gracias a que las cosas han sido como han sido, y que cuando en el horizonte de la Historia vuelven a aparecer alarmantemente Jaca y el Pacto de San Sebastián, y los del «no a la guerra» se disfrazan de Agrupación al Servicio de la República, cuando España toda huele a chamusquina, dicen que No Hay Que Darle Importancia, empezando por el presidente del Gobierno y terminando por el presidente de mi comunidad de vecinos, que vota a Izquierda Unida.
Pues sí, Hay Que Darle Importancia. Y recordarles que si hay libertad para que ellos digan que No Hay Que Darle Importancia es precisamente gracias a que Su Majestad la garantizó aquel 23-F donde muchos de los que dicen que No Hay Que Darle Importancia tajelaron más que los italianos en Guadalajara. Hasta mismas las mismísimas trancas estaban todos estos cobardes aprovechateguis de la Menor Importancia.

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