domingo, agosto 26, 2007

Urbaneja, La abrumadora presencia de Sarkozty

lunes 27 de agosto de 2007
La abrumadora presencia de Sarkozy Fernando González Urbaneja

Los cien primeros días de Sarkozy han sido trepidantes, ¡que diferencia con su antiguo y poco amado jefe, el expresidente Chirac que parece ahora un ser lejano en el tiempo! Es como si siempre hubiera estado, ha conseguido a lo largo de estos últimos meses, más planos y más portadas en la prensa internacional que ningún otro político del planeta. A caballo y corriendo, con corbata y sin chaqueta, con michelín y sin él… Sarkozy es un astro que responde a la mínima, con Bush y con Gadafi, contra ETA y frente a los polacos, con Merkel y con Zapatero, frente al Banco Central Europeo y al lado de las familias de las jóvenes acosadas por perturbados. Sólo le ha faltado personarse en Grecia para sofocar los incendios, aunque ganas no deben haberle faltado. Y esa omnipresencia no le ha restado ni un ápice de popularidad, volvería a ganar las elecciones, incluso con más margen.
En pocas semanas ha mandado a la Asamblea una serie de leyes de calado referidas a impuestos, salarios, huelgas, educación… que acreditan que tiene programa y pretensiones y que no quiere perder el tiempo. Ha dejado notar la presencia política francesa en Washington y en Oriente Próximo, en África y en Asia. Y también en España donde tiene contentos al Gobierno y a la oposición. De manera que mucho ruido y algunas nueces, no todo le ha salido bien, pero es evidente que ha llevado mucha agua al molino para que muela.
En la política francesa las disposiciones que ha llevado a la Asamblea son interesantes, tanto la desfiscalización de la ampliación de la jornada laboral, que deja en nada la jornada de 35 horas, como la limitación del poder sindical en los servicios públicos. En el exterior la actuación francesa en Libia confirma la estrategia de norteamericanos y británicos de normalizar relaciones con ese país árabe (un tema que viene de años atrás) e incorpora a ese eje a la diplomacia francesa con protagonismo efectivo.
En Europa Sarkozy ratificó en la última cumbre la sólida alianza con Alemania y la especial relación de los líderes de ambos países decididos a protagonizar un nuevo proyecto europeo tras el fracaso de sus predecesores.
El presidente francés ha navegado con menos éxito, con torpeza, en la crisis financiera, trató de convocar el G8 y sus colegas no le hicieron el menor caso, y ahora trata de influir en el Banco Central Europeo y bien pudiera ocurrir que lo ocurra otro tanto. Quizá a este hombre le falta sutileza, lo suyo es reaccionar, actuar, responder, estar y que se note y no se ha enterado todavía que la política no lo puede todo y que hay territorios en los que conviene extremar la prudencia.
Por ejemplo, una reunión del G8 en pleno agosto para responder a una crisis financiera de la que se sabe aun poco y frente a la que no están claras que medidas se puedan tomar desde la política (coger el toro por cuernos, dicen los demagogos, sin percibir que ni hay cuernos ni hay toro ni hay plaza a la que comparecer) que no sean poner las cosas peor.
Y respecto al BCE Sarkozy debería saber que nada peor que presionar, que poner en cuestión la independencia de la autoridad monetaria, que bastante trabajo tienen los gobiernos con ocuparse de lo que corresponde sin meterse a gestores de la moneda y del dinero.
Sarkozy parece que va bien, pero muy acelerado, un tanto arrogante, excesivamente presente, como si fuera omnipotente. Por cierto ¿No debería Rajoy pedirle que ilegalice a Batasuna en Francia? Aunque quizá esa es materia de los jueces.

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